Con el trabajo en tierra prácticamente terminado, la mejora del saneamiento de la ría continúa acumulando retrasos sobre los plazos anunciados. La parte pendiente está en el mar, concretamente, en la construcción de un emisario submarino que reconducirá los vertidos de la depuradora de Os Praceres a un lugar más alejado de la costa.
Para ello, es necesario una moderna tuneladora que excave el suelo marino. Dado que esta maquinaria no está disponible en España, la Xunta se vio obligada a gestionar su adquisición con una empresa de Alemania.
Y aquí radica la clave de tanta demora. El compromiso inicial era entregar todo el conjunto (se compone de varias piezas) en los primeros días de enero, y así se anunció a finales de año.
Diversos contratiempos hicieron que a finales de enero se fijase un nuevo plazo: la segunda semana de febrero. Pero nuevos incumplimientos de la firma germana impidieron cumplir con el plazo.
Las últimas noticias que ha recibido la dirección de la obra es que ahora sí que está ya todo a punto para su traslado a España. La empresa ha facilitado varias imágenes para corroborar su afirmación e incluso ha establecido unos plazos para el traslado.
La tuneladora partirá de Alemania el próximo lunes, mientras que la empujadora (la parte mecánica que le hará avanzar en la excavación) lo hará el miércoles.
Al tratarse de un transporte especial, debe contar con diversas autorizaciones para poder desplazarse y atravesar localidades. De ahí que todavía se estén estudiando itinerarios y horarios, pero la Xunta maneja -ahora sí- la previsión de que a finales de la próxima semana o principios de la siguiente, la tuneladora y sus complementos ya se encuentren en Os Praceres.
A partir de su entrada en funcionamiento, 3.600 metros de conducción. Un túnel de 700 metros bajo la ría. 2.300 metros de tubería apoyada y 600 metros de tramo de difusores. Seis grúas. Una inversión de doce millones de euros para dar servicio a una población aproximada de 140.000 habitantes en los próximos veinte años.
Son las cifras que enmarcan una de las obras de mayor complejidad técnica del Plan de Saneamiento de la ría de Pontevedra: el nuevo emisario submarino.
