La Guardia Civil y la Policía Nacional llevan años combatiendo por la vía de las investigaciones y las redadas las actividades ilícitas que se producen alrededor del gran supermercado de la droga del Sur de Galicia, el poblado chabolista de O Vao. Lo que parece ser un círculo vicioso que acaba con detenciones, pequeñas condenas y reincidencia en el delito sin solución de continuidad encuentra ahora una voz autorizada que propone un remedio para un problema que se ha convertido en endémico y que, en parte, tiene que ver con acciones que ya se han intentado emprender en el pasado. José Abreu, inspector jefe del Grupo II de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) de Pontevedra, señala que "todo pasaría por una reorganización de este territorio, la urbanización de esa zona".
Abreu, que conoce perfectamente las características particulares del poblado (dirigió, entre otras, la operación Volusia, la mayor redada que se recuerda en el núcleo de infraviviendas), añade que "lo ideal sería que se integrase en el resto de la ciudad".
El representante de la Comisaría Provincial explica que "paralelamente habría que trabajar en la educación y la integración social. Es verdad que a ellos, como a cada uno de nosotros, les gusta la zona donde han nacido y en la que han crecido, pero yo creo que llevar a cabo una acción de urbanización sobre ese lugar facilitaría mucho su integración, tanto en Pontevedra como en Poio".
Sobre la eficacia de la medida, el inspector de la Udyco apunta que "no sé si acabaría, pero sí que limitaría mucho el tráfico de drogas allí".
Abreu indica que "parece que O Vao es algo inexpugnable donde nadie entra".
El agente apela a la intervención de las distintas administraciones y pone en valor su actual trabajo en la zona.
La Policía pide la implicación de los servicios sociales para buscar una solución a una lacra existente desde hace varias décadas
"Sería importante la implicación de los servicios de asuntos sociales de los ayuntamientos y de la Xunta de Galicia. Están haciendo una buena labor, pero deben incrementarla".
O Vao, que recibe cada día a más de un centenar de adictos a la drogas (allí se venden toda clase de sustancias), se halla actualmente en un limbo que permite a sus moradores seguir viviendo allí y que le confiere, como destaca el inspector Abreu, un aura de enclave inexpugnable que le otorga cierta impunidad.
SOLUCIÓN GLOBAL. El jefe de la Udyco también apuesta por una "solución integral" para combatir el tráfico de drogas a nivel global.
"Tiene que haber una solución integral, no solamente relacionada con las acciones policiales y judiciales. Tiene que estar apoyado por la sociedad, por la educación. Eso es clave. Los que tenemos hijos tenemos que preocuparnos por eso y educar a los pequeños".
José Abreu apuesta por la combinación de "presión policial, presión judicial y concienciación social y familiar".
El especialista antidroga pone el énfasis en la familia e indica que "tenemos que hacerles ver a nuestros hijos lo perjudicial que es el consumo de estupefacientes y la repercusión que tendrá en sus vidas".
Abreu concluye que "el acopio de todo eso sería una solución integral, tal vez no definitiva, pero sí importante. Ninguna de estas patas puede ir por libre, todas deben ir al unísono, con el objetivo de evitar consumidores futuros".
POLÉMICA EN LOS REALOJOS DE 2008. El intento por integrar en la sociedad a algunas de las familias de O Vao ya resultó infructuoso en el año 2008. Tras el derribo de algunas de las chabolas, sus habitantes fueron reubicados en la urbanización de Monte Porreiro, lo que provocó una fuerte respuesta vecinal ante las sospechas de que iban a iniciar el negocio del tráfico de drogas en su barrio.
Algo parecido ocurrió en Caritel (Ponte Caldelas), donde fueron realojadas otras familias.
Muchas de ellas acabaron volviendo a o Vao.
"El dato que más nos puede orientar es la ley de la oferta y la demanda, el precio de la sustancia. En el año 2000 era difícil de encontrar un kilo de cocaína por menos de cinco millones de pesetas (30.000 euros). El verano pasado estaba a 25 o 26.000 euros, es decir, más barato, lo que significa que hay más. A finales de año volvió a subir hasta los 29 o 30.000 euros, pero ahora mismo vuelve a estar a precios de 25 o 26. Es probable que haya habido alguna entrada importante de sustancia".
HEROÍNA, A MÁS. José Abreu, que destaca la importancia de las aprehensiones de heroína efectuadas por su equipo en 2017 (con los más de 60 kilos decomisados en Caldas en agosto a la cabeza), reconoce que "hay un repunte en la introducción en Galicia (de heroína). De momento no hay una valoración alarmante de un mayor consumo. Ello se debe a que más de la mitad de las sustancias se desvían hacia Portugal".
La Udyco de Pontevedra llevó a cabo dos de las tres mayores incautaciones de heroína en los últimos años, los citados 60 kilos de Caldas y los 55 hallados en el interior de un todoterreno en Tui unos meses antes.
