La UE destaca el peligro de la conexión entre gallegos y holandeses para traficar

El informe EU SOCTA, el análisis europeo sobre crimen organizado, fija la caída de una red de tráfico de cocaína que fue descubierta en el Puerto de Marín como la actuación más destacada del año en el Viejo Continente ▶ La alianza entre Países Bajos y las rías, más fuerte que nunca
Imagen de la operación Cetil en Marín. DP
photo_camera Imagen de la operación Cetil en Marín. DP

La Unión Europea, a través del informe EU SOCTA (European Union Serious Organized Crimen Threat Assesment) que ha hecho público esta semana, confirma una noticia que ya desveló en su día este periódico: el gran riesgo latente por la cada vez más estrecha relación entre los narcotraficantes de las Rías Baixas y los magrebíes con pasaporte holandés con base en Países Bajos. Así lo indica el citado análisis, que pone sobre la mesa las últimas novedades y las principales amenazas en relación con las mafias del crimen en Europa y que, en el apartado reservado al tráfico de cocaína, destaca por encima de todas la operación Cetil, trabajo policial internacional liderado por el Eco Galicia de la Unidad Central Operativa y que sirvió para desmantelar, al menos de forma parcial, una organización liderada desde Holanda que introducía enormes cantidades de cocaína por distintos puertos, comenzando por Marín.

El estudio sobre la evolución de la delincuencia organizada y grave en el seno de la Unión explica que el 40 por ciento de los grupos criminales investigados se dedican principalmente al tráfico de sustancias estupefacientes (las Rías Baixas siguen teniendo un peso específico importante entre ellos) y desvela que hasta el 80 por ciento de estas bandas disponen de una fachada lícita perfectamente estructurada, integrada en los canales comerciales legales, lo que hace muy difícil su persecución. Al mismo tiempo, destaca la relevancia de las nuevas tecnologías de comunicación que permite a mafias de gran poder económico llevar adelante acuerdos lejos de los ojos y de los oídos de las autoridades, que en no pocas ocasiones operan "con tirachinas contra tanques", como ya declaró en su día Emilio Rodríguez, jefe de la Sección Greco Galicia de la Brigada Central de Estupefacientes.

Mapa difundido por Europol esta semana en el que se aprecian los flujos de cocaína. DPLAS RUTAS. El EU SOCTA también recuerda las principales rutas del tráfico internacional de cocaína entre Sudamérica, donde se hallan los países productores, y Europa, donde se encuentra el que probablemente es el principal mercado mundial, al mismo nivel que Estados Unidos. Entre ellas (se aprecia en la imagen inferior) destaca la que conduce directamente a Galicia, que operan principalmente embarcaciones que contactan con grupos de las Rías Baixas para el transbordo de la droga y su posterior introducción en tierra (o bien su recogida en el agua, pues no es extraña la colocación de dispositivos GPS en los fardos). Junto a esta vía, destacan los alijos ocultos en contenedores de mercancías. Ese es el sistema utilizado por el grupo holandés que decidió apostar por el Puerto de Marín para colar sus alijos entre finales de 2019 y comienzos de 2020, cayendo en las manos del Eco Galicia del Instituto Armado.

PUNTOS DE PARTIDA. Los informes apuntan a que la recepción de grandes cantidades de droga se atribuyen a grupos de holandeses, muchos de ellos de ascendencia magrebí, y otros de Europa del Este, todos ellos afincados en el entorno de Róterdam y Amberes, los dos principales puertos del continente. Unos y otros tienen estrechos lazos con los gallegos, que hacen su tradicional papel de narcotransportistas, tanto para recoger mercancía en puertos o en altamar como para almacenarla e incluso para llevarla de un lado a otro, ya en carretera, empleando vehículos caleteados.

Los puntos de partida de los alijos, al igual que las entradas en Europa, se han diversificado. Así, a los tradicionales puertos colombianos de Turbo, Barranquilla o Cartagena y el delta del Orinoco, lugares dominados por redes de Colombia y Venezuela, se ha unido con mucha fuerza Brasil, con el puerto de Santos como punta de lanza, escenario clave en el tráfico de cocaína a nivel global desde hace ya algún tiempo.

Sobre la operación Cetil que destaca la UE para hacer ver la alianza de gallegos y holandeses, destaca la gran capacidad de la organización, que una vez que se supo descubierta en Marín desplazó sus envíos hacia los puertos de Valencia y de Barcelona. En el transcurso de la investigación, los narcos perdieron 6.000 kilos de cocaína, y muchos de ellos se refugiaron en Dubai.

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