Un pontevedrés relata su propia vida en Youtube para "romper el silencio" sobre el dolor crónico

Rubén Rey quiere hacer visible el día a día con un dolor permanente y altas dosis de medicación ► Uno de los episodios aborda el colapso que sufrió por fentanilo, el opiáceo que acabó con la vida de Prince
Rubén Rey en Diario de Pontevedra
photo_camera Rubén Rey en Diario de Pontevedra

Hace algo más de un año Rubén Rey visitaba este periódico para lanzar un halo de esperanza a los pacientes que, como él, sufren dolor crónico. Los médicos le acaban de implantar un neuroestimulador en la espalda que, según decía, había conseguido poner fin a cinco años de dolor permanente que arrastraba por poder salvar su pierna tras una operación por cáncer.

Esta semana volvió a Diario de Pontevedra, pero en un estado y con un mensaje bien distintos a los de la primera visita. El implante ha dejado de funcionar, por lo que el dolor ha vuelto a perturbar su vida, y esta vez no tiene palabras de agradecimiento a la Unidad de Dolor del CHOP por sus logros, sino más bien un torrente de críticas "por la falta de un control más exhaustivo" en el tratamiento.

En este tiempo ha sufrido varios episodios negros. El más reciente ocurrió el 8 de mayo, cuando sufrió "un colapso" por una sobredosis de fentanilo, "un opiáceo 25 veces más fuerte que la heroína" que tomaba bajo prescripción médica y que, precisamente, causaría la muerte del músico estadounidense Prince Rogers Nelson "dos semanas más tarde", el 21 de mayo. Lo que empezó como un paliativo para apaciguar el dolor acabó creándole una adicción y, si el máximo diario rondaba los 1.800 miligramos, Rubén "llegaba a tomar 6.800".

El día del colapso llegó al punto de estar "fuera de control, con espasmos y delirios". Los médicos que le atendieron le dieron tres opciones y acabó eligiendo "la más drástica y la más dolorosa": reducir el consumo del opiáceo a cero sujeto a una "camilla especial" y permanecer hospitalizado durante tres días.

Los efectos del encierro son presumibles, aunque no hace falta echar mano de la imaginación. Rubén ha colgado su experiencia en su canal de Youtube, Ramsutep, en el que ya lleva subidos 19 vídeos sobre su particular calvario como paciente con dolor crónico. Los clips sobrepasan los 225 minutos de contenido y ya superan las 20.000 visualizaciones.

El autor se decidió a dar el paso movido por dos premisas fundamentales. Por un lado, "hacer visible cómo es el día a día de una persona con dolor crónico", y por otro, "concienciar a las personas que tienen el mismo problema de que hay que abrirse y compartir lo que nos sucede, no volverse herméticos". La meta final es "romper el silencio" y todos los tabús que rodean a esta dolencia, tal y como sucedió con el cáncer y muchas otras enfermedades condenadas a ser objeto de vetos y eufemismos.

Aparte de soltar lastre y exteriorizar sus inquietudes, a Rubén le ayuda ver que su iniciativa "está dando resultado". Casi a diario, recibe correos y mensajes de apoyo de muchas personas "que no esperaba". Además, está contactando con otros internautas que están en su misma situación y que le dan las gracias porque los vídeos de su canal les han ayudado a abrirse a los demás y a contar lo que les sucede a personas de su alrededor. "Algunas incluso están abriendo blogs para hacer más fuerte esta demanda y la verdad es que me sienta bien, porque veo que tiene efecto y me siento respaldado". La parte amarga es que Rubén no se reconoce en los vídeos, porque ve que no es "el mismo de hace unos años". Aun así, el resultado compensa e incluso sopesa la posibilidad de aunar fuerzas con algunos contactos que están surgiendo en la red y formar algún tipo de asociación que lleve sus reivindicaciones hasta las más altas esferas. "Cuanto más digamos lo que nos sucede, más fuerza podremos hacer".

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