Un 'tapón' de 50 minutos desde O Morrazo y de 20 desde Vilaboa

Acceder a la AP-9 en Rande a primera hora de la mañana desde Moaña o San Andrés se convierte en un calvario para los conductores
El corredor de O Morrazo a primera hora de la mañana.JPG
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Siete de la mañana de cualquier día laborable. En el Corredor de O Morrazo la cola supera el kilómetro y medio al llegar a la desembocadura de Rande. Acceder a esta hora punta a la autopista en dirección a Vigo o a Pontevedra es, sencillamente, tedioso. El calvario es prácticamente idéntico por la carretera general, la PO-551, cuyos tres últimos kilómetros se vuelven interminables hasta casi las nueve y media de la mañana.

Lo peor es que no hay alternativa. Los dos carriles de la vía rápida de O Morrazo y los dos de la PO-551 vierten todo su tráfico a una única glorieta en Domaio, que desvía la totalidad de los vehículos por un solitario y estrecho carril hasta la autopista. El embudo retiene hasta 50 minutos a los coches en los momentos más conflictivos del día. La fila supera en sus minutos más intensos los dos kilómetros.

El enfado de los conductores es el germen de una posible asociación de afectados en la que algunos ya están trabajando

Por la tarde, la escena se repite, aunque con menor intensidad. Los usuarios optan desde hace más de un mes por salir de sus casas hasta una hora antes para llegar a tiempo a sus trabajos. "Nos sentimos atrapados", comentan Roberto y Marcos, dos compañeros de Moaña que viven este calvario cada jornada, desde que se levantan a las seis de la madrugada, hasta que ‘aterrizan’ en la fábrica del Caramuxo (Vigo) a las nueve menos cuarto. "Llegaríamos antes desde Ourense", ironizan.

La tiranía de las obras en la hora punta se prolongará todavía al menos dos meses más. Y no sólo se ceba con los conductores de O Morrazo. También los que vienen de Pontevedra utilizando la carretera de Vilaboa se topan de bruces cada mañana con la misma glorieta atascada en Domaio y el mismo estrecho carril de acceso a la autopista para llegar a Vigo.

Muchos usuarios han descartado este itinerario, que consume ahora hasta 20 minutos de retraso respecto a lo que era habitual. Prefieren navegar en su coche de Pontevedra a Redondela y, desde allí, tomar dirección a Mos para enlazar con la circunvalación y llegar a los destinos industriales de Vigo: Bouzas, Balaídos o Valadares. Eso, o atravesar la ciudad entrando desde Redondela por Teis, donde por cierto les esperan más obras, en este caso municipales.

Con el paso de las semanas, el enfado de los conductores se ha vuelto resignación. Y también es el germen de una asociación de afectados en la que algunas personas están ya trabajando. Creen tener derecho a que la concesionaria de la autopista les proporcione algún tipo de compensación. Y consideran que las administraciones públicas con competencias sobre Audasa deberían salvaguardar mejor sus derechos. Las consecuencias de las obras eran previsibles, pero nadie ha aportado más solución que esperar, madrugar y hacer cola.

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