Una agencia de viajes de la ciudad, objeto de phishing

Criminales ucranianos se hicieron con casi 30.000 euros de sus cuentas
Zona de la ciudad en la que se ubica la agencia de viajes
photo_camera Zona de la ciudad en la que se ubica la agencia de viajes

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado, con varios años de retraso, a tres personas por colaborar con una red criminal internacional con base en Ucrania dedicada al robo de datos bancarios de empresas y particulares para hacerse con sus fondos.

El tribunal, que se vio obligado a considerar la atenuante de dilaciones indebidas para los tres procesados (vecinos de Almería y de Madrid), dictaminó penas de once meses de cárcel para dos de los encausados y de tres meses para el tercero, además del pago de los cerca de 28.000 euros que la organización criminal a la que prestaron apoyo logró sustraer a la víctima, una conocida agencia de viajes de Pontevedra.

Los hechos se produjeron en el año 2009. En el mes de agosto, personas desconocidas enviaron a través de Internet múltiples ofertas de trabajo. El empleo consistía en «tener a disposición de la empresa una cuenta corriente en la que serían recibidas cantidades de dinero que debían ser retiradas para remitir posteriormente el efectivo a través de empresas de mensajería a los destinatarios que se les indicasen. Por cada operación se podría retener un 5 por ciento del total de la cantidad en concepto de retribución», señala el dictamen. Los tres condenados accedieron a intermediar entre el grupo delictivo «pese a conocer la ilícita procedencia de las cantidades de dinero».

Las personas desconocidas, afincadas en Europa del Este, empleando algún artificio informático, consiguieron conocer las claves de acceso a la cuenta de la citada agencia de viajes, de la oficina de BBVA de la calle Sagasta. Fuentes de la investigación sostienen que los delincuentes emplearon el phishing (solicitaron a través de email las claves bancarias bajo cualquier pretexto y mediante el engaño). En cuanto tuvieron los datos de la víctima comenzó el carrusel de transferencias desde la cuenta propiedad de la empresa pontevedresa hasta los receptores finales en Ucrania, previo paso por los tres condenados, que actuaban de intermediarios y se quedaban con su cinco por ciento de comisión.

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