Urgencias acusa la falta de camas y el "síndrome del profesional quemado"

Enfermería denuncia que "la falta de personal" y la sobrecarga laboral aumentan "el riesgo de cometer errores" y alertan que los pacientes pueden sufrir complicaciones por "el retraso en la atención"
Acompañantes esperando fuera de urxencias. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Acompañantes esperando fuera de urxencias. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La tensión en Urgencias de Montecelo va en ascenso y, según advierten los trabajadores, las consecuencias pueden ser graves. Profesionales de enfermería denuncian que "la falta de personal" que arrastra el servicio y "el aumento de carga laboral" que se registra desde hace unas semanas les hace ser víctimas del efecto burnout, el conocido como síndrome del profesional quemado, que también golpea a los facultativos y que, según dicen, merma sin paliativos la calidad del sistema. ¿Hasta qué punto? La plantilla es tajante y asegura que todo esto lleva consigo "un aumento en el riesgo de cometer errores, así como un aumento en las complicaciones del paciente asociadas al retraso en la atención y agravamiento en la situación vital".

La situación ha sido denunciada en una carta colectiva que han hecho llegar a los responsables del Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés. En ésta reclaman que se reevalúe la asignación de recursos humanos, así como la dotación de materiales (camillas, sillas de ruedas...) para poder proporcionar una calidad asistencial "que no comprometa la seguridad del paciente" ni la de los profesionales.

SIN CAMAS. La falta de espacio es una carencia crónica de Urgencias que se ha visto agravada por la pandemia, que obliga a mantener activos los circuitos reservados para casos sospechosos de covid. El gran escollo es que a esto se suma ahora una cascada de pacientes que han perdido el miedo a acudir a Urgencias y que muchas veces buscan en este servicio solucionar un problema que no han podido atajar en el circuito de Primaria (debido a la tardanza en obtener cita).

El aumento de la demanda, aunado al repunte de casos covid, ha reducido el número de camas disponibles y, por extensión, la espera en Urgencias para acceder a planta hospitalaria. Los propios trabajadores de Urgencias indican que el lunes pasado había por la tarde 25 pacientes ingresados en el servicio y que de éstos "más de la mitad" no tenían cama asignada. Esto obligó a repartirlos por los pasillos, "dificultando", según la plantilla, "el paso de los demás enfermos y llegando incluso a interferir en ciertas ocasiones el acceso a los boxes de críticos". Por la noche 17 seguían sin cama y muchos enfermos, tras seis horas y media de espera, aún no habían sido valorados por un médico.

Los profesionales aseveran que se ha instaurado "un ratio enfermera/paciente desmedido que desemboca en una responsabilidad legal que no podemos asumir". Y recuerdan que los pacientes que ingresan en Urgencias requieren unos "cuidados específicos" que ahora mismo el personal de Enfermería no puede asumir por la carga de trabajo y las dimensiones de la plantilla.

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