Las uvas de Leiro crecen con compost pontevedrés

Los restos de comida que se depositan en los contenedores marrones de Pontevedra acaban en viñedos de O Ribeiro ► El plan de reciclaje de basura orgánica en el centro llega a 2.144 domicilios y 221 negocios
Control de temperatura en la planta de compostaje de Leiro. CEDIDA
photo_camera Control de temperatura en la planta de compostaje de Leiro. CEDIDA

Cristina Ramírez es vecina de la avenida de Vigo. Hasta su calle no llegan los contenedores marrones que el Concello empezó a instalar en julio del año pasado en el centro de la ciudad para el reciclaje de la basura orgánica. "Me gustaría tener uno más cerca de casa, pero no me importa desplazarme hasta el de Frei Martín Sarmiento. Lo importante es reciclar. Ojalá todos hiciésemos lo mismo", comenta.

Cristina se anotó al Plan Composta a través de la página web municipal. "Me enteré por un amigo y me di de alta en Internet porque me parece una muy buena iniciativa. Además, en casa, donde somos tres, reciclamos todo. Hasta el aceite", explica.

Los restos de comida de domicilios como el de Cristina van a parar primero a alguno de los 91 contenedores marrones que hay en el centro. Y después, tras la pertinente recogida por parte de los trabajadores de la concesionaria Cespa, los biorresiduos se envían a la provincia de Ourense.

Nave de maduración de compostaje en Leiro. CEDIDA

El Concello tiene conveniado con la planta de compostaje de Leiro el envío de la basura orgánica del Plan Composta. La empresa Compost Galicia se encarga de su tratamiento y análisis. Según fuentes municipales, el resultado final es un abono de gran calidad.

¿Y qué se hace con este compost? Pues la mayor parte acaba en manos de los agricultores de este concello de la comarca de O Ribeiro, que lo utilizan como fertilizante para sus viñedos. Por lo tanto, parte de las uvas de esta zona se alimentan en parte de los biorresiduos generados en la capital de las Rías Baixas.

MÁS USUARIOS. El programa de reciclaje urbano en Pontevedra se inició en 2020 en 40 calles y este año se ha extendido hasta un total de 70. En el futuro se ampliarán a otras partes de la ciudad.

El servicio ha ido sumando adeptos desde su puesta en marcha. La iniciativa va dirigida a vecinos, hosteleros (bares y restaurantes) y productores singulares (residencias, fruterías o supermercados) que no tengan contratado su propio sistema de tratamiento de orgánicos.

En los contenedores, con capacidad para 700 litros, los usuarios podrán echar frutas, verduras, pescado y espinas, restos de comidas, posos de café e infusiones, cáscaras de huevo y frutos secos, papel blanco de cocina (sin tintes), pasta, arroz, carne, pan y huesos.

En la actualidad, el número de domicilios adheridos se sitúa en 2.144, son casi 200 más que hace dos meses. Y los establecimientos que se han sumado al plan también han crecido, pasando de los 214 de mayo a los 221 del presente mes.

TRES PATAS. Según datos del Concello, los 91 contenedores marrones distribuidos en distintos puntos del centro urbano, zona vieja incluida, han recibido 81,95 toneladas de restos de comida. Todos estos biorresiduos se han enviado a la planta de tratamiento de Leiro.

El reciclaje en el ámbito urbano es una de las tres patas que componen el Plan Composta. Las otras dos son los composteros individuales, que son los que se reparten en las casas con huerto en las parroquias del rural, y los composteros comunitarios, que son islas situadas en los principales barrios de Pontevedra para que los vecinos lleven allí su basura orgánica.

NUEVO CONTRATO. Aunque ahora es voluntario, el compostaje pasará a ser obligatorio con el nuevo contrato de basuras. El Concello está elaborando los pliegos para implantar este sistema y mejorar el servicio. Para ello se ha dado un año de margen para adjudicar el nuevo concurso gracias a la prórroga de la actual concesión hasta el 9 de junio de 2022.

El futuro contrato encarecerá el coste del servicio, pero el Gobierno local descarta que este incremento vaya a suponer una subida del recibo. Además de crear más puntos limpios, la nueva concesión incluirá la construcción de una planta de compost en A Canicouva para cerrar el ciclo del plan.


"Os composteiros máis utilizados son os de Alcalde Hevia, Praza das Regas, A Parda e Eduardo Pondal"

Rául Búa es uno de los cuatro maestros composteros con los que cuenta el Concello. Su trabajo consiste en atender las islas de reciclaje instaladas en los barrios de la ciudad, 32 en total, y resolver posibles dudas sobre el nuevo sistema para tratar la basura orgánica. "O mellor do traballo é o contacto coa xente, que cada vez está máis interesada por este programa", asegura.

Foto al mestre composteiro Raul Iglesias en el compostero comunitario de Eduardo Pondal_ Esta avisado_ Os dejo el movil por si hay alguna incidencia_ 679 54 25 82

Este ingeniero forestal de Vilanova fue uno de los participantes en el Plan Revitaliza de la Deputación, que se encargó de formar a distintos profesionales para atender los composteros comunitarios que iban a ponerse en marcha en distintas localidades de la provincia. Tras un período de prácticas, Raúl pasó a trabajar en el Concello de Pontevedra.

"A experiencia é moi boa. E a xente pregunta moitísimo", apunta este profesional, que explica que "os composteiros máis utilizados pola xente son os de Alcalde Hevia, Praza das Regas, A Parda y Eduardo Pondal".

El primer compostero municipal empezó a funcionar en Monte Porreiro en agosto de 2016. Desde entonces, el número de islas ha ido en aumento y se prevé la construcción de nuevas instalaciones. Este plan de expansión se ha visto interrumpida por la pandemia del coronavirus.

Búa afirma, por otra parte, que cada vez más los vecinos que se unen a este programa del Plan Composta. Los interesados tienen que anotarse en una lista para, entre otras ventajas, poder recibir el abono natural que se genera a través de estas islas.

En los composteros, la basura orgánica alcanza temperaturas de más de 70 grados y, gracias al proceso de aireado, que efectúan trabajadores como Raúl Búa, "non hai cheiros".

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