El servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del CHUP acaba de superar la barrera del millar de intervenciones de cirugía bariátrica, la principal herramienta para que las personas con gran obesidad puedan adelgazar. ¿En qué consiste? ¿A quién se dirige? ¿Cuál es el porcentaje de éxito? Todas las dudas las resuelven en este reportaje el jefe de servicio, Alberto Parajó, y la cirujana Antonia Brox que, junto a Ester Mariño, coordina el equipo de cirugía bariátrica, en el que también participan Elena Lois y María Artime.
Una pandemia que afecta al 18% de la población, también niños
Aunque el foco sigue puesto en la covid, la obesidad está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la gran pandemia del siglo XXI, cuya prevalencia y gravedad se ha "incrementado exponencialmente" en los últimos años sin levantar mucha polvareda, en modo "silente".
Según datos facilitados por el servicio de Cirugía, en España más de la mitad de la población tiene sobrepeso y más de un 18% tiene un grado uno o superior de obesidad. Dentro del país, Galicia es una de las comunidades autónomas con mayor prevalencia de obesidad (16,1% en mujeres y 12% en hombres), y en la población infantil se ha visto que en los últimos diez años el porcentaje de niños obesos ha pasado de un 5% a un 19%.
El coronavirus ha contribuido a elevar la incidencia, pero ni mucho menos ha tocado techo. La previsión es que "cada vez nos llegarán más pacientes, más jóvenes y con más peso", advierte Brox. La obesidad no tiene vacuna a la vista.
¿Qué se entiende por obesidad?
Se entiende por obesidad cuando el porcentaje de masa grasa (MG) es superior al 25% en hombres y al 33% en mujeres. No obstante, está mucho más estandarizado el uso del Índice de Masa Corporal (IMC), una fórmula que compara el peso y altura, y que permite clasificar la obesidad en diferentes tipos. Estos son: sobrepeso (cuando el IMC oscila entre los 25 y los 29,9 kilos por metro cuadrado), obesidad leve o tipo 1 (30- 34,9), obesidad moderada o tipo II (35- 39,9), obesidad mórbida o grado III (40-50) y doble obesidad o grado IV (más de 50).
En el caso del servicio pontevedrés, los casos más graves afrontados superaron los 200 kilos.
¿Qué casos se operan?
La cirugía bariátrica está indicada para los pacientes con obsesidad grado tres o mórbida, así como los que tienen obesidad tipo dos con patologías asociadas, como hipertensión, diabetes, apnea del sueño, inflamación hepática...
La intervención está restringida a la población de entre 18 y 65 años y, según la doctora Brox, la mayoría de las veces el paciente acepta operarse "porque llegan a consulta concienciados en cambiar el problema de salud que tienen y saben que la cirugía bariátrica es el tratamiento que tiene más evidencia científica para tratarlo".
Dos tipos de cirugía
Fundamentalmente hay dos tipos de cirugía bariátrica. La de referencia sigue siendo el bypass grástico, que reduce el estómago a una capacidad de entre 20 y 30 mililitros y que va acompañada de un salto intestinal para que el paciente "no absorba azúcares ni grasas en exceso". La otra técnica es la gastrectomía vertical laparoscópica, la reducción de estómago puramente dicha, reservada para determinados casos.
Ambas se han hecho siempre en el CHUP por vía laparoscópica, aunque el servicio acaba de incorporar el robot Da Vinci para practicar este tipo de intervenciones. Parajó recuerda en este sentido que la cirugía robótica implica ventajas para ambas partes: el cirujano obtiene una visión tridimensional que le permite realizar "una técnica más precisa" y el paciente tiene "menos pérdidas sanguíneas, sufre menos dolor postoperatorio, y recupera más rápido la función intestinal".
En todos los casos el posoperatorio suele ser "confortable". El propio día de la operación el paciente sale del quirófano "sin sondajes ni drenajes" y sube a planta.
Eficaz, pero no basta con el bisturí
"Entre un 70 y un 80% de los pacientes" intervenidos en Montecelo han logrado reducir su obesidad a largo plazo y más de un 60% han logrado remitir las patologías asociadas a la enfermedad, aumentando la esperanza de vida en más de 10 años. Sin embargo, como uno puede presumir, "no existen las operaciones milagrosas".
La intervención debe ir acompañada de una dieta adecuada y un aumento de la actividad física. "La cirugía bariátrica permite llegar a un peso que no consigue ninguna otra técnica, pero si el paciente no sigue las recomendaciones puede boicotear él mismo la cirugía", concluye Parajó.
Prototipo de paciente
El perfil más habitual entre los que se someten a una cirugía bariátrica es el de un paciente de mediana edad (unos 50 años) que sufre una obesidad mórbida con otras patologías asociadas y que no ha sido capaz de controlar ni con medicamentos ni con dieta
Enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, entre los efectos de la obesidad
La intervención quirúrgica permite a muchos pacientes dejar o reducir tratamientos farmacológicos
El servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra incide en que "los efectos negativos para la salud de las personas con obesidad son enormes" y en que tener un índice de masa corporal elevado puede ocasionar diversas patologías. Entre ellas, "enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, problemas respiratorios e incluso cánceres".
A estos "tremendos daños físicos" añade los importantes efectos psicológicos que sufren algunos pacientes, como la depresión o la pérdida de autoestima que le ocasiona la obesidad.
Pionero. El CHUP fue "pionero" en la comunidad al ser el primero en ofrecer "un tratamiento multidisciplinar" e integral a los pacientes con obesidad mórbida. De hecho, el equipo de Cirugía agradece a "todos los compañeros enfermeras, auxiliares, anestesistas y endocrinólogos su apoyo, su buen hacer y su involucración en la Unidad Funcional de la Obesidad"
El jefe de servicio, Alberto Parajó, precisa que todos los candidatos a la cirugía bariátrica son estudiados previamente por diferentes servicios, como pueden ser Endocrinología, Digestivo o incluso Psiquiatría.
recuperación. La reducción de estomágo está considerada como una intervención compleja. Sin embargo, no es de las de larga duración (unas dos horas) y sus beneficios son visibles a corto plazo: "La reducción del peso es relativamente rápida, lo que permite al paciente mejorar su movilidad. Además, mejoran los dolores osteoarticulares y en muchas ocasiones los pacientes dejan o reducen la medicación que estaban tomando para las patologías ligadas a la obesidad, como la diabetes, la apnea del sueño o la hipertensión. Con la vista puesta en el futuro, el servicio afronta los próximos años «con la ilusión de seguir a la vanguardia", convencido de que "el cirujano seguirá siendo una pieza angular en el tratamiento de la obesidad", augura la doctora Brox.