Un vecino de O Grove, de 45 años de edad, se dio a la fuga tras arrojar una tasa de 0,94 mg/l de alcohol en aire en un test de la Guardia Civil.
El hombre estaba a la espera de que un conductor alternativo pudiese hacerse cargo de la conducción de su vehículo cuando decidió emprender su marcha. Una patrulla lo siguió y logró interceptarlo en Barro, arrojando de nuevo una tasa de alcohol en aire penalmente relevante de 0,83 mg/l.
El suceso tuvo lugar este domingo por la mañana en las inmediaciones de la ciudad de Pontevedra.
Este conductor se enfrenta a un delito continuado contra la seguridad vial, castigado con penas de prisión de tres a seis meses y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años. Estas penas pueden verse agravadas por su reiterada conducta contraria a la seguridad vial.