Las inversiones de hasta 10.000 euros por conectarse a la red de alcantarillado han desatado la polémica en la parroquia de Alba. Los vecinos del lugar de A Devesa denuncian que las obras de Viaqua para la ampliación de la red de saneamiento en la parroquia crean desigualdades en los costes que los vecinos deben asumir derivados del enganche a la red. Como es habitual, los vecinos son quienes se hacen cargo de los gastos del enganche a la red, sin embargo, estos costes son diferentes en función del lugar en el que esté situada la vivienda. De este modo, un grupo de afectados por las obras pide el cambio del trazado para que el coste del enganche sea más económico.
La obras se llevan a cabo en un barrio con desnivel, de modo que el proyecto contempla un trazado por la zona alta, lo que implica que las viviendas situadas a una altura inferior tengan que salvar la diferencia colocando depósitos y sistemas de bombeo para las aguas residuales. "Tal y como lo plantean es inviable para los vecinos. Somos un grupo de casas que estamos en caída con respecto a la tubería", explica Miguel Hermida, uno de los propietarios de las viviendas. Según explican, son unas diez casas las que se engancharán al alcantarillado. "A cuatro les ponen un grupo bomba y a los otros seis no nos ponen nada, nos dicen que paguemos nosotros. Tenemos que hacer en nuestras fincas un depósito de entre 500 y 1.000 litros, ponerle un sistema de bombeo para que llegue hasta el alcantarillado. Los demás tienen un extractor municipal y nosotros engancharíamos directamente pero cada uno con su grupo de impulsión", explica Miguel Hermida.
La alternativa que plantean los vecinos es "que la obra de saneamiento se haga por la parte de abajo, como todos tenemos caída no haría falta nada más", indican los vecinos, que añaden que la propuesta de Viaqua es "un atropello en toda regla".
Los vecinos aseguran que el trazado de la red no ha sido consensuado con ellos y piden que se tengan en cuenta sus quejas
Señalan especialmente el caso de un vecino al que la inversión le supone un coste de 10.000 euros y al que "le obligan a engancharse". En el mismo sentido, dicen que la decisión sobre el trazado de la red fue tomada sin el consenso de los vecinos. "Aquí no vino nadie a explicar el proyecto ni a interesarse por nuestras opiniones, nos da la sensación de que estas cuestiones se dirimen en los despachos y nosotros lo que tenemos que hacer es pagar y fastidiarnos", lamenta Hermida, que exige que el Concello interceda y se ponga en contacto con ellos para modificar el proyecto de Viaqua de acuerdo con la voluntad del barrio.
