Vecinos de las calles Padre Luis y Laranxo denuncian el regreso del botellón

Sostienen que la situación "es peor cada fin de semana" y consideran que la actuación de las autoridades "es insuficiente"
Entorno de Padre Luis y Laranxo en la mañana del domingo. DP
photo_camera Entorno de Padre Luis y Laranxo en la mañana del domingo. DP

El regreso del ocio nocturno y la relajación de las restricciones tras la pandemia ha devuelto a las calles del centro histórico los conflictos de convivencia entre quienes salen de fiesta y quienes reclaman su derecho a descansar.

Vecinos de las calles Padre Luis y Laranxo, en la zona monumental, volvieron a denunciar públicamente la concentración de jóvenes haciendo botellón en las inmediaciones de sus viviendas. "La situación cada vez es peor", señalaron este lunes, "incluso con lluvia en la calle había gran cantidad de chavales que han usado los aleros de los edificios y los soportales del museo para cobijarse y realizar el botellón un sábado más".

Un vecino de la zona aseguró que en la madrugada del pasado sábado una veintena de jóvenes entró en uno de los edificios y "fueron los propios inquilinos quienes tuvieron que dar la cara para que se fuesen ante la tardanza de la policía en llegar". "No creemos que esto sea una situación normal , ni un pequeño desajuste, o colas en pub", añadió este ciudadano en relación a las declaraciones del Gobierno local el lunes pasado sobre la aglomeración de gente denunciada por ellos.

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Los vecinos de esta zona relataron que desde las 23 horas del pasado sábado realizaron varias llamadas a la Policía Local para denunciar la presencia de jóvenes haciendo botellón aunque consideran su intervención insuficiente. "La policía tarda en personarse pero lo hace, eso sí, sin salir del coche patrulla y apenas esta en la zona un par de minutos, tiempo en el cual el comportamiento de los chavales es normal. Una vez que la policía se va vuelven a sacar sus bebidas, a poner música y a usar la calle a su antojo", subrayaron.

Aseguran los inquilinos de esta parte del centro histórico que la situación empeora cada fin de semana mientras "las autoridades competentes en lugar de atajar el problema, simplemente lo minimizan o miran para otra parte". Y reclaman a los representantes municipales que tomen cartas en el asunto "tanto para velar por el descanso y convivencia como para que las calles no sean un estercolero lleno de vasos, botellas, o cristales rotos".

Por su parte, fuentes de la Policía Local de Pontevedra subrayaron que no se registraron incidentes de relevancia durante el fin de semana. Confirmaron, eso sí, que recibieron varias llamadas desde la zona, correspondientes a protestas de vecinos por el exceso de ruido en las calles, por lo que se personaron en distintas ocasiones para comprobar que no se infringía ninguna norma en las calles.

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