El movimiento vecinal de Pontevedra, entumecido por la pandemia

Las asociaciones vecinales están paralizadas, con los locales sociales cerrados y a la espera de que las administraciones les faciliten un protocolo
Una reunión de vecinos en el local social de O Gorgullón. RAFA FARIÑA
photo_camera Una reunión de vecinos en el local social de O Gorgullón. RAFA FARIÑA

El movimiento vecinal está sufriendo las consecuencias de la pandemia ocasionada por el coronavirus. Los distintos colectivos, tanto de la ciudad como del rural, mantienen paralizada su programación anual de actividades no solo para evitar el riesgo de contagio que supone la concentración de personas sino también porque el protocolo dictado por las autoridades sanitarias obliga a mantener cerrados los locales.

Entre los centros de actividad que son de titularidad de municipal se encuentra el situado en O Gorgullón, donde la asociación de vecinos Eduardo Pondal desarrolla un plan de dinamización cultural y social que tiene como pilares actividades de diversa índole destinadas a personas de diferentes edades. "Agás as xuntanzas que temos os membros da xunta directiva tivemos que paralizar todo o demais, o que tiñamos programado para este ano e aprazalo para 2021, esperando que a situación sanitaria mellore", explica Begoña Mallo, presidenta de la citada entidad vecinal.

A pesar de todo, los componentes del equipo directivo de Eduardo Pondal mantienen el contacto con los vecinos en la calle, para recoger sus quejas o reivindicaciones y trasladárselas a las administraciones u organismos competentes.

"No presente mes de setembro tiñamos previsto abrir o prazo para a matriculación nas nosas actividades, pero aínda non sabemos cando imos poder reabrir o local social", subraya Begoña Mallo. "O Concello -añade- remitiu á Xunta un informe cos datos da superficie que teñen os locais de titularidade municipal para que fixara o aforo máximo e elaborar un protocolo de uso. A Administración local aínda non recibiu ese protocolo".

El local social de O Gorgullón cuenta con varias aulas de distintas dimensiones. "Damos por sentado que nas pequenas non imos poder desenvolver actividade algunha porque non se pode garantizar a distancia de seguridade entre as persoas", explica Mallo. Además, indica que optar por la fórmula de reducir el número de participantes en las actividades que se venían llevando a cabo en las salas más pequeñas "podería non resultarlle rentable a quen ven a impartir a actividade".

"Os prezos fixados son moi populares, co que temos que garantizar un mínimo de participantes para que aos mestres lles poida compensar", argumenta la presidenta vecinal. Además, pronostica que actividades que hasta que comenzó la pandemia venían teniendo mucho éxito de participación (entre ellas gimnasia de mantenimiento y yoga) "non se van poder desenvolver co número de persoas de antes da crise sanitaria".

Con todo, Mallo no descarta la opción de ampliar las horas de las actividades para crear pequeños grupos. "Sen o protocolo da Xunta non sei se o Concello podería darnos unhas pautas mínimas para poder retomar o programa de actividades, xa que os veciños nos están a meter presión porque botan de menos a rutina de reunirse e recuperar a relación coas demais persoas. Moita xente só sae de casa para ir a realizar as actividades que se desenvolven nos locais sociais".

"Non imos poder volver usar as salas máis pequenas do centro social de Gorgullón pola distancia de seguridade"

El centro cívico de Os Areás, donde la asociación O Castro de Mourente centra su programa anual de actividades, está sin pulso. La parálisis desde el pasado mes de marzo es absoluta. "Sería muy complicado hacerse cargo de la desinfección del local", apostilla Santiago Laya, presidente del colectivo vecinal.

Entre las actividades que reunían a un mayor número de personas figuran el taller de encaje de bolillos, gimnasia de mantenimiento, gimnasia rítmica, pintura y costura. Además, el local de Os Areás era el lugar en el que ensayaba la Coral Polifónica de Mourente.

De cara al último trimestre del año, la asociación O Castro confía en que las administraciones competentes le entreguen un protocolo para poder volver a dar vida al centro social, por el que antes de la pandemia pasaban alrededor de 300 personas a la semana.

"Hemos tenido que aplazar hasta 2021 los actos conmemorativos del 40 aniversario de la asociación de vecinos"

"Nuestro local es un lugar de encuentro de los vecinos de la parroquia en el que conversan y se relacionan. De ahí que estemos deseando volver a abrir las puertas a nuestras 79 personas asociadas", explica Santiago Laya.

"A las asociaciones de vecinos -subraya- nos hace falta un protocolo. Lo poco que vamos sabiendo sobre las restricciones es a través de los medios de comunicación, pero desconocemos cuestiones tan básicas como el aforo máximo de personas que se pueden reunir en nuestros locales".

La situación de parálisis del movimiento vecinal generada por la pandemia también se refleja en la inactividad de la asociación O Chedeiro de Cerponzóns, que incluso se ha visto obligada a suspender los actos conmemorativos del 40 aniversario de su fundación y a mantener clausurado el centro social situado en el lugar de Pidre. "Estamos muy tristes porque hemos tenido que posponer hasta 2021 la práctica totalidad de la programación que teníamos previsto desarrollar en este último trimestre", explica Juan José Esperón, secretario y portavoz de la entidad. "El próximo año tenemos proyectado realizar una iniciativa por el trazado del Camiño Portugués que atraviesa nuestra parroquia con los más pequeños de la parroquias como protagonistas. Esperaremos a ver si nos lo permite la evolución de la pandemia".

Una de las iniciativas que llevará a cabo O Chedeiro en la recta final de 2020 será la entrega del libro Alcumes da parroquia de Cerponzóns escrito por el propio Esperón. En concreto, el autor repartirá de forma gratuita 568 ejemplares entre las personas residentes en esta zona del rural.

"Los vecinos están deseando que se reanuden las actividades, tanto las que organiza O Chedeiro como las que impulsa la Asociación Cultural e Recreativa Chan do Monte", concluye Juan José Esperón.

Incertidumbre sobre la XXX Festa do Caldo Galego de Mourente
La sombra de la pandemia del coronavirus siembra la incertidumbre sobre la celebración de la XXX edición de la Festa do Caldo Galego de Mourente, prevista para el segundo domingo de marzo de 2021 (en concreto el día 14).

Santiago Laya, presidente de O Castro (colectivo encargado de la organización de esta cita gastronómica) indica que "hasta marzo aún falta mucho tiempo. No sabemos cómo afectará la crisis sanitaria y, en caso de que se pueda celebrar, cuáles serán las condiciones".

La Festa do Caldo de Mourente es el único evento culinario de Pontevedra catalogado ‘de interese turístico galego

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