Un velero con 2.800 kilos de cocaína

Policía Nacional y SVA condujeron desde altamar a Vigo al velero Goldwasser, que partió del Caribe hacia Galicia con el mayor alijo de polvo blanco jamás decomisado en una embarcación así
Las 2,8 toneladas de cocaína, en los fardos, tras su pesaje en el puerto de Vigo, donde llegó el velero detenido en altamar. SALVADOR SAS (EFE)
photo_camera Las 2,8 toneladas de cocaína, en los fardos, tras su pesaje en el puerto de Vigo, donde llegó el velero detenido en altamar. SALVADOR SAS (EFE)

UNA investigación conjunta del Cuerpo Nacional de Policía y el Servicio de Vigilancia Aduanera sirvió para interceptar en altamar al velero Goldwasser, navío que se desplazaba desde el Caribe y hacia Galicia con un alijo de 2,8 toneladas de cocaína en sus bodegas. Se trata del mayor cargamento interceptado en un buque de estas características en dirección a España, aprehendido tras una complicada operación marítima a unas 480 millas al Norte de las islas Azores. El abordaje se realizó el día 8 por la tarde, y el barco llegó este viernes a las Rías Baixas junto con sus tripulantes, ya detenidos, y las sustancias estupefacientes.

Emilio Rodríguez, jefe del Greco Galicia, unidad con base en Pontevedra, explicó que la investigación se inició a finales de 2019, y que lo hizo en base a las gestiones efectuadas por importantes narcotraficantes afincados en las Rías Baixas en relación con personas cercanas a los ahora detenidos. Admitió el responsable policial que no pudieron acreditar la presencia de los gallegos en el narcotransporte debido a que no llegaron a sacar las planeadoras que debían recoger la mercancía. Sin embargo, aseguró que existen "datos muy concretos" que apuntan a que la droga iba a ser descargada en costas del Noroeste Peninsular.

Rodríguez estuvo acompañado en el Puerto de Vigo, punto elegido para remolcar el barco y descargar la droga, de Iñaki Regueiro, subdirector de operaciones de Vigilancia Aduanera, que puso de manifiesto la relevancia de la operación. También estuvieron presentes Estíbaliz Palma, comisaria de Pontevedra, y Jaime Gayá, jefe regional de operaciones de Vigilancia Aduanera.

Simultáneamente al abordaje del velero se produjo la detención de tres integrantes de la organización, así como el registro de sus domicilios en las localidades malagueñas de Mijas y Fuengirola. En ellos se procedió a la incautación de 34.600 euros en efectivo, una pistola, teléfonos móviles que utilizaban para sus comunicaciones, una moto y tres vehículos de gran cilindrada y alta gama, así como diversa documentación para su estudio y análisis.

Uno de los detenidos bajando del velero y acompañado por el dispositivo policial

La organización estaba compuesta por ciudadanos extranjeros, todos ellos con antecedentes relacionados con el tráfico de drogas. Los investigados, a los que no se les conocía trabajo legal alguno, desarrollaban un nivel de vida no acorde con sus ingresos, manejando altas sumas de dinero en efectivo y desembolsando grandes cantidades en actividades de ocio, desplazamientos y alojamientos. Los detenidos en el velero son de nacionalidad de Estados Unidos y República Dominicana, mientras que los arrestados en el Sur de España son de Holanda (dos de ellos) y de Suecia. Todos ellos tenían relación con el grupo gallego que se encargaría de la fase final del viaje, una fase que fue abortada con el apresamiento del barco y ante el evidente riesgo de que la velocidad de las planeadoras que se esperaban superase a las lanchas de Aduanas, lo que echaría por tierra todo el operativo.

La organización disponía de experimentados individuos dedicados a patronear veleros en condiciones climatológicas adversas, habiendo efectuado el transporte durante un peligroso vendaval en el océano Atlántico, hecho que puso en peligro el éxito de la operación.

Un momento del desembarco, este viernes en Vigo, una operación que consumió varias horas

Al igual que en otras investigaciones, los agentes han podido comprobar cómo la organización utilizaba el tráfico marítimo de recreo entre Europa y las islas caribeñas, a cuya sombra expertos en navegación han tratado de aprovechar condiciones climatológicas de peligrosidad extraordinaria para tratar de eludir la acción de las fuerzas de seguridad. Por otra parte, los miembros de la organización contaban con una gran movilidad que dificultó el análisis de su actividad por parte de los investigadores de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y de Policía Nacional.

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