El paseo marítimo que une la Boa Vila con el vecino municipio de Marín es uno de los lugares más frecuentados a diario por personas que salen a pasear o a ponerse en forma con el running. Este martes, Día de Todos los Santos, festivo nacional y de visitas a los cementerios con las que se recuerda a los seres queridos fallecidos, Carlos Núñez madrugó "para hacer un poco de ejercicio" por esa zona, como suele hacer habitualmente.
En los últimos días no sacaba ojo al río Lérez ni a su desembocadura en la ría, consciente de que el cuerpo de Keny podría aparecer "cualquier día y en cualquier sitio". En efecto, así sucedió. "Vi algo flotando en el agua, muy cerca de la orilla (pegado a la autovía). Me acerqué y ya vi que se trataba de una persona que vestía una camiseta azul como la que llevaba el piragüista desaparecido. Fue cuando me di cuenta de que era él", explica Núñez.
Tras el descubrimiento del cuerpo telefoneó de inmediato a la Policía Nacional informándole del hallazgo del cadáver, al que la corriente estaba desplazando. "La gente que pasaba por allí no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo ni yo tampoco les dije nada para que no sacaron fotos. En una circunstancia así hay que actuar con mucha discreción".
Al rato de alertar a la Policía Nacional, Núñez observó a una pequeña embarcación acercándose al lugar. Se trataba del cuñado del piragüista que se había levantado temprano esa mañana para colaborar en las labores de búsqueda.
Acto seguido los servicios que participaban en el operativo de búsqueda se desplazaron hasta el lugar para acordonar la zona y efectuar el rescate del cuerpo del piragüista por mar y por tierra, acordonando el paseo para facilitar las labores de recuperación de los restos mortales de Keny.
"No me resultó un shock haber encontrado el cadáver porque sabía que en dos o tres días el cuerpo podría salir a la superficie", subraya Núñez.
"Por lo menos la familia ya puede darle el último adiós y tenerle en un lugar en el que poder ir a rezarle. Su aparición ha puesto punto y final a días muy dolorosos y llenos de incertidumbre", sentencia Carlos Núñez.
