Vicente Cerdeiriña Vázquez-Ulloa, arcipreste de O Lérez y párroco de San Salvador de Poio, ejercerá como administrador parroquial de la Virgen del Camino a partir del próximo domingo, día 6. Le acompañará como vicario parroquial Alberto Domínguez Munáiz, según el acuerdo adoptado por el Arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio.
Tras la muerte del sacerdote Manuel Tasende Díaz el pasado 19 de enero, la feligresía de la Virgen del Camino estaba siendo atendida de forma provisional por el vicario episcopal territorial, Calixto Cobo Franco. Éste presidirá la toma de posesión de los nuevos responsables de la parroquia prevista para el domingo 6, con una misa que se oficiará a las 20.00 horas.
Vicente Cerdeiriña cumple este año 41 oficiando misas en Poio, tanto en el templo parroquial como en las capillas de San Antonio, en A Caeira, y en el centro Ballesol de la tercera edad.
"Hay que racionalizar los equipos sacerdotales. Somos pocos, por lo que a cada cura nos tocará estirar nuestra agenda un poco más", subraya Calixto Cobo. Además, recuerda que hay dos religiosos que aún están "recuperando su salud" tras haber sufrido sendas caídas: Severino Ramón Rey Lapido, párroco de San María de Mourente y Santa Mariña de Bora, y Jesús Acuña Garrido, que está al frente de la feligresía de Nuestra Señora de Os Praceres (Lourizán).
El vicario episcopal territorial, Calixto Cobo, presidirá la liturgia que tendrá lugar el próximo domingo a las 20.00 horas
"Los sacerdotes somos los que somos, y mientras no haya nuevas vocaciones tendremos que ampliar nuestra atención pastoral", señala el vicario, resignado, a la vez que reconoce que esto les obligará a tener que efectuar un poco más de esfuerzo . Para aliviar esta carga de trabajo, que es mayor los domingos, algunos sacerdotes han decidido adelantar a los sábados por la tarde las eucaristías dominicales que oficiaban en las parroquias pequeñas.
Las cerca de 40 parroquias del Arciprestazgo de O Lérez están atendidas por poco más de una veintena de sacerdotes. El descenso en el número de curas párrocos ha provocado una importante reorganización del tejido religioso en la comarca, de modo que muchos de ellos llegan a atender a una media de cinco parroquias.
La falta de vocaciones es el principal problema con el que se encuentra la Iglesia Católica, que en los últimos años ha visto cómo no encontraba relevo para los curas de avanzada edad que iban falleciendo y que obligaba a los religiosos que permanecían en activo a tener que redoblar esfuerzos para atender varias parroquias. A esta medida se ha unido la decisión del Arzobispado de suprimir los cultos dominicales en las capillas de San Mauro y Santa Margarita (ambas en Mourente). "Tenemos que rezar por las vocaciones sacerdotales y esperar que todo se pueda arreglar con la buena voluntad y la colaboración de los seglares", sentencia Calixto Cobo.
