Víctor Pedreira: "Soy socio de Alba desde su fundación y tengo en ella todas mis querencias"

Su trayectoria como psiquiatra y su férrea defensa de la sanidad pública son los aspectos que motivaron que fuese reconocido por el jurado

Víctor Pedreira, psiquiatra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Víctor Pedreira, psiquiatra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"ME ALEGRO mucho de que le hayan dado este premio a la Escola de Xadrez porque tengo un nieto muy aficionado que participa en competiciones. En diciembre estuve en un torneo y había un ambientazo". El psiquiatra y defensor de la sanidad pública Víctor Pedreira (A Coruña, 1950) llega a la cita en la Praza da Peregrina y felicita al premiado en la categoría de Persoa Xurídica. Su trayectoria como médico y su compromiso con una sanidad pública de calidad le han valido el reconocimiento del jurado. Fue fundador de la asociación Alba de familiares de enfermos mentales, impulsor de la creación del Servizo de Psiquiatría en el Hospital Provincial y miembro de Batas Blancas y SOS Sanidade Pública. Además, es miembro de la Asociación Galega de Saúde Mental, fue director médico del ya inexistente Hospital Psiquiátrico de O Rebullón y Subdirector Xeral de Saúde Mental durante el bipartito. Protagonizó un pleito contra el Sergas por haberlo relevado de su puesto de Xefe de Psiquiatría del Chop al asumir este cargo. Años después, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia le dio la razón.

¿Qué supone este premio?
Me siento muy orgulloso y muy agradecido, fundamentalmente a quien me propuso, la Asociación Alba, de familiares y amigos de personas con enfermedad mental, que es a lo que he dedicado toda mi vida. También siento agradecimiento hacia colectivos y entidades que apoyaron la candidatura y al jurado. Yo lo entiendo como un premio que reconoce una trayectoria en defensa de la sanidad pública, porque en eso ha consistido mi carrera. El nuestro es un sistema que no todo el mundo valora. Nosotros estamos acostumbrados a disfrutar de él y no nos damos cuenta del privilegio que supone tenerlo. Es el más eficiente del mundo, puedo afirmarlo con toda la rotundidad. A un coste mucho más barato que otros, tiene unos beneficios mayores.

El nuestro es el sistema sanitario más eficiente del mundo y puedo afirmarlo con toda rotundidad, pero también tiene deficiencias y existe la amenaza de que deje de serlo

¿Está en riesgo de dejar de serlo?
Efectivamente. Esa amenaza existe. Que sea un sistema muy eficiente no quiere decir que tengamos que dejar de ver cuáles pueden ser sus deficiencias. Yo creo que son dos: de accesibilidad –por las listas de espera– y de confortabilidad. En los tiempos que vivimos creo que sería adecuado que los hospitales dispusieran de habitaciones individuales con facilidades para que los familiares acompañen a los enfermos, algo que en muchos hospitales ya se está haciendo. Además, la sanidad tiene que adaptarse a los cambios demográficos, el aumento de las enfermedades crónicas y al hecho de que los usuarios son más exigentes que en el pasado –y tienen todo el derecho a serlo–. Hoy hay unas posibilidades de tratamiento que no existían antes, lo que genera expectativas positivas de los usuarios pero también problemas de sostenibilidad. A esto hay que hacerle frente, pero no recortando, sino mejorando la eficiencia. Hay que encontrar fondos para poder abordar las enfermedades con las nuevas técnicas que los avances permiten. El problema es que los clusters financieros y las entidades privadas que trabajan en el ámbito de la salud son cada vez más, quizás como consecuencia de la crisis y la reducción de la obra pública, ya que hay empresas que antes se dedicaban a ello y ahora buscan un nicho de negocio en la sanidad privada. Yo no tengo nada en contra de las iniciativas privadas, pero el sistema público tiene que seguir siéndolo.

¿A quién le dedica el premio?
Podría dedicárselo a SOS Sanidade Pública, pero permitidme que se lo dedique a Alba.

La Asociación Alba trabaja con personas con enfermedad mental grave y tiene una enorme repercusión en ellas y en sus familiares

Son personas con las que ha tenido trato durante su vida profesional. ¿Sigue colaborando con ellas?
Yo soy socio desde el principio y presidente de honor de la entidad. Tengo todas mis querencias allí. Es una asociación que trabaja con la enfermedad mental grave, como trastornos psicóticos o de la personalidad, que tienen una enorme repercusión en la vida de las personas y sus familiares. Es una suerte poder trabajar con ellos y con las familias que soportan el peso de la atención diaria y los retos que supone tratar con las personas con enfermedad mental.

¿Cuántos años lleva la asociación en funcionamiento?
Creo que se fundó en 1997. Ya ha cumplido 20 años. Antes no existía la posibilidad de asociarse y hay que decir que en el Servizo de Psiquiatría que yo dirigía decidimos poner en contacto a las familias para que creasen una asociación. Fue iniciativa nuestra, de los profesionales, una trabajadora social del hospital y otros miembros del equipo. El hecho de poderse reunir y compartir experiencias es una descarga muy importante.

Entonces usted fue impulsor de dicha asociación.
Sí, por eso le tengo tanto cariño.

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