Vuelve la normalidad al mercadillo de la calle Serra

El mercadillo de antigüedades se celebró en su emplazamiento habitual. exceptuando las zonas prohibidas, el frontal de la Praza de Abastos y César Boente ►Acudieron 37 vendedores
El mercadillo de antigüedades GONZALO GARCÍA
photo_camera El mercadillo de antigüedades. GONZALO GARCÍA

El mercadillo de antigüedades de la calle Serra se celebró este domingo con normalidad, aunque con menos puestos de lo habitual, después de una tumultuosa semana precedida por el sobresalto del pasado domingo, cuando una instrucción dictada por la concejala de Promoción Económica, Yoya Blanco, prohibía la continuidad de la actividad por perjudicar al acceso al gastroespacio de la Praza de Abastos y por, supuestamente, ser ilegal.

Las posturas entre Concellería y vendedores fueron acercándose durante la semana hasta llegar al acuerdo de mantener el rastro en este mismo emplazamiento, pero dejando libre el acceso al Mercado de Abastos y también la calle César Boente. Eso sí, la intención es que se siga celebrando de forma paralela a su regularización.

La Policía Local y una funcionaria del Concello acudieron a primera hora de la mañana a Serra para supervisar el montaje de los puestos y comprobar que se situaban en espacios permitidos para no estorbar ni a los viandantes ni a los usuarios de O Mercado. Así, varios se colocaron a la altura del edificio entre el cruce con la calle San Xulián y el frontal de la plaza. Los demás se instalaron desde las intersecciones con César Boente y Arcos de San Bartolomeu. Teresa Pece, portavoz de los vendedores, explicó que todo transcurrió con normalidad ("estaban todos avisados y nos coordinamos durante la semana"), aunque solo se instalaron 37 puestos de los 54 que contaban con autorización. Una de las razones, explicó otro de los vendedores, Manuel Villanueva, es que «el día 1 mucha gente va a la feria de Ourense".

Otro de los motivos es que la relación de 54 puestos autorizados data de hace cuatro años, cuando el entonces edil Vicente Legísima ordenó el traslado del mercadillo desde la plaza de A Verdura a su actual ubicación. "Aún no pudimos contactar con todos los vendedores para saber si siguen viniendo o no", señaló Pece. Casi la mayoría de los que acudieron ayer sí están en dicha relación y alguno más, que se sumó posteriormente, pudo instalar ayer su puesto con el permiso de la Policía Local tras la correspondiente solicitud de autorización definitiva.

En todo caso, apuntó Pece, hay espacio para más vendedores a lo largo de la calle Serra, aunque en el último tramo, junto a la antigua muralla anexa al Sexto Edificio del Museo, solo se podrá poner una fila de puestos.

La decisión de la Concellería de Promoción Económica de mantener, salvo sorpresas, el mercadillo en esta calle es una noticia agridulce para el colectivo de vendedores. «Es una calle sombría, fría y ventosa», un hecho que se acentúa en invierno, "pero en estos tres años hemos luchado para que la gente sepa que estamos aquí", por lo que un nuevo traslado tampoco sería lo más conveniente. Además, la reciente apertura del gastroespacio de la Praza de Abastos les hace ser optimistas. "Tenemos ilusión de que se acerque más gente al venir aquí los domingos".

REGULARIZACIÓN. Ahora esperan que el Ayuntamiento continúe las gestiones para regularizar el mercadillo, lo que incluirá una organización con espacios medidos para cada puesto, pago de tasas y la obligación de darse de alta como autónomos, y también que se lleven a cabo acciones para dinamizar la calle, como podría ser la celebración de conciertos y otras actividades lúdicas.

La mayoría de los vendedores del mercadillo de antigüedades procede de Pontevedra y otras localidades cercanas. Entre los productos que pueden encontrarse en sus puestos figuran desde libros, cómics y revistas a vinilos, cedés y deuvedés, así como antiguas herramientas, objetos decorativos, máquinas de escribir mecánicas, coches de juguete, etcétera.

Esta actividad supone para ellos una pequeña ayuda económica para completar sus ingresos.