Del Winston de batea al Marlboro falsificado

Cientos de miles de kilos de tabaco ilegal eran fabricados en naves del sur de las provincias de Pontevedra y Ourense por 'jornaleros' procedentes de Ucrania, Moldavia y Rumanía
Una imagen del interior de las naves en las que se fabricaba el tabaco. POLICÍA NACIONAL
photo_camera Una imagen del interior de las naves en las que se fabricaba el tabaco. POLICÍA NACIONAL

El negocio del tabaco ilegal es tan antiguo como el propio producto. Para quienes aseguran que la legalización de una sustancia dañina (en alusión a la marihuana) sería buena para evitar su contrabando, he aquí una bofetada de realidad. El primer ejemplo fueron las históricas redes dedicadas al Winston de Batea, aquel tabaco de segunda que llegaba por vía marítima de la mano de redes criminales como la ROS (Ramiro, Olegario y Sito) que lideraba el mismísimo Sito Miñanco. Años más tarde, cuando muchos de aquellos contrabandistas (no todos) se pasaron al tráfico de drogas, otras personas mantuvieron vivo el negocio del tráfico y la producción clandestina de cigarrillos. Ejemplo de ello es, según la Fiscalía de Pontevedra, el exalcalde de Ribadumia, Nené Barral. Con el paso del tiempo, la globalización y la llegada de nuevas tecnologías, los delincuentes han ido un paso más allá. La operación Straperlo desarrollada por la Guardia Civil, el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional en 2020 sirvió para descubrir un entramado criminal que no solo se dedicaba al contrabando de tabaco ilegal, sino a su producción, desde el principio, falsificación incluida, trasladando a los canales comerciales un supuesto Marlboro (que en realidad no era tal) gracias a una organización que contaba con varias naves en la zona de Oporto y las provincias de Ourense y Pontevedra y que empleaba mano de obra muy barata procedente de Europa del Este. Un negocio redondo.

La Audiencia Provincial de Ourense juzga desde este martes aquellos hechos en un plenario que, por la indulgencia de los tribunales, no contará en el banquillo con dos de los investigados, entre ellos el cabecilla, que pusieron pies en polvorosa en cuanto se les levantó la prisión preventiva.

Los 'trabajadores' llegaban a Galicia "sin ni siquiera saber en qué lugar del mundo estaban y cuál iba a ser su tarea"

Rumanía era un país clave en este engranaje criminal. De allí procedía la mano de obra (no regularizada), así como la mayor parte de los materiales, la maquinaria y el equipamiento para la fabricación del tabaco en naves "habilitadas con las instalaciones precisas para el montaje de una fábrica de tabaco no adecuada a la normativa", destaca el Ministerio Público en su escrito de acusación. La misma organización disponía de medios para enviar ese tabaco fabricado de forma clandestina fuera de España, donde se le daba salida a cambio de "un importante montante económico".

En cuanto a los "trabajadores", llegaban a Galicia "sin ni siquiera saber en qué lugar del mundo estaban y cuál iba a ser su tarea, y encerrados en naves trabajaban a destajo".

En el marco de la investigación, los agentes detectaron la llegada de camiones con material a las dos naves principales, ubicadas en la zona de Ponteareas y en Cambeo (Ourense). Posteriormente comprobarían que empleaban cajetillas, papel de filtro, boquillas, cartones y embalaje idénticos a los que usa Marlboro.

Así, en los registros se hallaron toda la maquinaria necesaria para la producción a gran escala de cigarrillos, así como cientos de miles de ellos ya elaborados, unas 130 toneladas de picadura de tabaco, miles de cajetillas ya elaboradas, palés con filtros, papel de aluminio y cartón con los mismos anagramas que emplea Marlboro, entre otros múltiples indicios de las actividades que allí se desarrollaban. Junto a ello, se hallaron dos camiones y un semirremolque que emplearían para el transporte tanto de maquinaria ilegal como de materia prima y del producto ya finalizado.

Los cálculos de las autoridades cifran en unos once millones de euros el valor del material intervenido y la Agencia Tributaria eleva a los 11,8 millones la deuda que se devengaría por la venta de las aproximadamente 3.000 cajetillas de tabaco que fueron incautadas.

Por todos estos hechos, el fiscal entiende que los nueve investigados (en un primer momento se habían practicado 25 detenciones) son autores de los delitos de pertenencia a organización criminal, contrabando de tabaco y contra la Hacienda Pública. Por ello, solicita para los cuatro presuntos líderes penas que alcanzan, sumadas, los 11 años de cárcel, mientras que para los tres restantes pide penas que suman siete años. Además, deberán indemnizar a Hacienda y a la empresa matriz de Marlboro con sumas millonarias.

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