"Xamais toquei a esa moza; todo isto é unha trama para prexudicarme"

Un acusado de abusar de una menor proclama su inocencia aunque confiesa haberle enviado fotografías explícitas
El vecino de Mondariz acusado de abusar de una menor. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El vecino de Mondariz, ayer, durante la vista oral. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Un vecino de Mondariz, acusado de abusos sexuales continuados a una menor con retraso madurativo "que era como a miña neta", reconoció este jueves, en la Audiencia Provincial, haberle enviado una fotografía desnudo de cintura para abajo. "Non sei por que o fixen, pero arrepíntome totalmente, porque iso destrozoume toda a vida", declaró.

Sin embargo, M.A.C. mantuvo en todo momento su inocencia y negó el acceso carnal que le imputan las acusaciones, al igual que el continuo intercambio de fotos explícitas con la joven (que entonces tenía 14 años) y las insinuaciones de mantener relaciones sexuales. "Están tapando a unha persoa, pero non podo demostralo. Xamais toquei a esa moza nin lle puxen unha man enriba, pero preparáronna para que dixera o que tiña que dicir. Todo é unha trama para prexudicarme", manifestó ante el Tribunal.

La niña había sido acogida por la hija del acusado y su marido. En verano de 2017, la menor y el nieto biológico de M.A.C. pasaron las vacaciones en casa del hombre y la que entonces era su esposa (la pareja ahora mismo está en proceso de separación).

Según la Fiscalía, con ánimo de satisfacer su instinto sexual, el acusado comenzó a mantener contacto telefónico con la menor, enviándole mensajes a través de Whatsapp en los cuales le proponía mantener relaciones sexuales con él. El hombre admitió esas conversaciones, pero descartó cualquier contenido libidinoso. "Nunca tiven relacións íntimas con ela, nin a vin desnuda. So tiña unha foto que me pasou en bañador", declaró, pese a que en la galería de su teléfono aparecieron imágenes de ella sin ropa.

INSINUACIONES. Ese intercambio de imágenes eróticas se acompañaban, según mantuvieron las acusaciones y ratificó después el tutor legal de la menor, de insinuaciones para mantener relaciones sexuales. Unas conversaciones que tanto el acusado como la muchacha borraron de sus teléfonos por expresa indicación de él.

Todos esos intentos por tener acceso carnal a la niña resultaron baldíos hasta que un día de junio de 2017 el procesado le indicó a la pequeña que saliese a pasear en una zona de monte próxima a su vivienda, deshabitada y poco concurrida, donde se encontraba una cuadra desocupada. Ella accedió debido a la confianza que tenía en él y pensando que nunca la obligaría a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad.

Sin embargo, M.A.C., conocedor de que la niña solo tenía 14 años (dos años antes había asistido a su fiesta de cumpleaños) y de su enfermedad, la acompañó "y guiado por el vil propósito de satisfacer su deseo sexual, la llevó hasta el interior de la cuadra donde comenzó realizarle tocamientos y a besarla, pese a que ella no deseaba hacerlo, cesando en su acción al cabo de un rato".

Estos abusos se repitieron al cabo de unos días, hasta que en una tercera ocasión se consumaron con una penetración, pese a los gritos de la muchacha para que el hombre parase.

Fiscalía y acusación particular sostienen que esta escena se repitió "en múltiples ocasiones sin poder precisar los días, si bien estuvieron siempre comprendidos en los meses del verano del 2017, tanto en la cuadra con el interior del domicilio". De ahí que soliciten una pena global de 20 años de prisión y que indemnice a la joven con 25.000 euros.

El juicio se aplazó para que la defensa pueda solicitar una prueba contrapericial.