¿Por qué estoy en la diana de Sito Miñanco?

La Audiencia Provincial de Madrid ha archivado la última querella criminal de José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, contra el periodista de TVE Xaquín López. Es la cuarta vez que un órgano judicial archiva denuncias del narcotraficante gallego contra este profesional por supuestos delitos de injurias. El propio Xaquín López relata en este artículo los entresijos de una persecución judicial legendaria que enfrenta en los tribunales al pionero del contrabando de cocaína en España con un periodista especializado en asuntos de narcotráfico

El periodista Xaquín López, en los estudios de TVE en Madrid. DP
photo_camera El periodista Xaquín López, en los estudios de TVE en Madrid. DP

EN NOVIEMBRE de 2010 acudí a una cita con un viejo amigo, en la Casa de Galicia en Madrid. La excusa era la inauguración de una exposición fotográfica sobre el Ano Xacobeo. Entre canapé y vino español, mi amigo, una fuente sin nombre de las de código rojo, me dijo: "Está pasando algo raro con Sito Miñanco". Cualquier aviso de mi amigo, para mí es una alerta de fuego con llamas por la ventana. "A Sito le han autorizado un permiso de fin de semana en la cárcel de Huelva. La Gallizo está que se sube por las paredes. Lo han hecho de espaldas a Madrid". Mercedes Gallizo estaba en aquel momento al frente de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.

En mi agenda tenía el teléfono de un funcionario de la cárcel de Huelva. Fijamos una reunión en una cafetería de la estación del AVE de Sevilla. "Mira" me dijo, mientras dibujaba lo más parecido a una pirámide en una servilleta de papel, con el nombre del director de la cárcel Huelva en la cúspide. Empecé a sospechar que mi contacto había visto, la noche anterior, la película Todos los hombres del Presidente. Se le veía motivado. Le dejé sentirse mi garganta profunda. "Aquí no podemos seguir hablando. Vivo cerca" me dijo.

El chivatazo
"A Sito le han autorizado un permiso en la cárcel de Huelva. La Gallizo está que se sube por las paredes; lo han hecho de espaldas a Madrid"

Al llegar a su casa, me registró hasta los sobacos como sólo saben hacerlo los funcionarios de prisiones. "No llevo micros ni cámaras. No es mi estilo. Si estás más tranquilo, apago el teléfono" le solté, siguiéndole el juego. La reunión acabó en un restaurante cercano, a base de gambas de Huelva que pagué de mi bolsillo, en la que me quedó claro que merecía la pena investigar la cárcel de Huelva.

En el tren de regreso a Madrid puse las cartas sobre la bandeja de plástico que tenía enfrente: por un lado había una junta de tratamiento bajo sospecha de la Dirección General por darle un permiso al narco más vigilado del país, sin consultarlo con Madrid; a 650 kilómetros de distancia, esa decisión había incendiado los despachos de la planta noble de Alcalá, 38, sede de Instituciones Penitenciarias; al otro lado de la vía del tren, tenía a un carcelero jugando a las intrigas y en Madrid, un amigo de total confianza alarmado por lo que estaba ocurriendo.

A las ocho de la mañana del día siguiente estaba en el despacho de Matías Montero, subdirector de informativos, y mi persona de total confianza en Torrespaña. Eran los tiempos de Fran Llorente en los servicios informativos de TVE y yo estaba en el Equipo de Investigación del Telediario. "Tengo que bajar a Huelva porque he conseguido datos para iniciar una investigación sobre corrupción en esa cárcel». La consigna que me dio ya se la había escuchado en otras ocasiones: "Tienes que tenerlo todo bien cerrado para que podamos darlo".

Las pistas
"Tengo que bajar a Huelva porque he conseguido datos para iniciar una investigación sobre corrupción en esa cárcel"

En mi primer viaje a Huelva me reuní con un expresidiario con su vida normalizada. Me confirmó las sospechas iniciales: "En la cárcel de Huelva, si quieres permiso de fin de semana, tienes que pasar por la taquilla".

Cuanto más indagaba, más crecía la mancha de corrupción sobre el presidio. Lo que en un principio apuntaba a una mala praxis de la junta de tratamiento con el preso Sito Miñanco, por otorgarle un permiso sin consultar con Madrid, se fue convirtiendo en un presunto mercadeo de licencias para salidas de fin de semana a determinados presos afines a la dirección.

A lo largo del año 2011 viajé a Huelva, en mi coche, dos veces al mes. En la mayoría de los casos me acompañaba un reportero de TVE (se reserva su identidad). Hablé y entrevisté a decenas de personas: expresidiarios, presos con permiso de salida y sus familiares, narcotraficantes, lancheros, quinquis, abogados, fiscales, jueces, ongs que trabajan en la cárcel, sindicatos penitenciarios, miembros de la junta de tratamiento, políticos locales, periodistas, la lista ocupa treinta folios en mi archivo. A la única persona que nunca entrevisté y a la que ni tan siquiera llamé por teléfono fue al entonces director del centro penitenciario, Francisco Sanz. Murió súbitamente al poco de declarar ante el juez por este asunto, que finalmente se archivó en la Audiencia Provincial.

Sito Miñanco en la Audiencia de Pontevedra, donde descalificó a Xaquín López. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Sito Miñanco en la Audiencia de Pontevedra, donde descalificó a Xaquín López. JAVIER CERVERA-MERCADILLO


​El 29 de octubre pasado, Sito Miñanco se sentó de nuevo ante un tribunal en Pontevedra, por un delito de blanqueo de capitales del que acaba de ser condenado a cuatro años. Fue su penúltimo juicio en una vida sentado en el banquillo de los acusados. Después de dedicar buena parte de su declaración a desprestigiarme, el presidente del tribunal le preguntó con curiosidad "¿quién es ese tal Xaquín López, al que no para de referirse?". "Xaquín López, yo creo que es la persona que más daño me hizo, con mentiras periodísticas..." respondió Sito. En ese momento, el magistrado interrumpió su alegato. "Es suficiente, tome asiento».

Las reacciones
"El daño se lo hizo él solito y nunca como consecuencia de lo que él llama mentiras periodísticas"

Cuando Sito dice eso tiene razón en lo primero, pero miente en lo segundo: le hice daño, según él, porque a raíz de mis investigaciones, Instituciones Penitenciarias decidió trasladarlo a la cárcel de Algeciras y dejó sin efecto el permiso que le había aprobado la junta de tratamiento de Huelva (aunque a los pocos meses consiguió ese permiso, su primero en diez años, por la vía judicial de la Audiencia Nacional). Él sabe que el daño se lo hizo él solito y nunca como consecuencia de lo que él llama "mentiras periodísticas". Dos jueces de Plaza de Castilla en primera instancia y dos secciones de la Audiencia Provincial de Madrid en última, no han apreciado los delitos de injurias por ningún lado.

El último documento que firmó Mercedes Gallizo como Directora General de Instituciones Penitenciarias fue el cese fulminante del director de la cárcel de Huelva, por pérdida de confianza. Lo hizo el día antes, 20 de diciembre de 2011, de la toma de posesión de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno. Un mes antes le había mostrado a Mercedes Gallizo, en una reunión en su despacho, todas las pruebas que había acumulado sobre la trama corrupta de Huelva. Tenía la investigación cerrada, pero mi amigo Matías seguía con la matraca: "Tienes que conseguir que se abra una investigación oficial". Salí de Alcalá, 38 con la negativa de Gallizo a abrir un expediente de investigación interna, la misma negativa que obtuve en los despachos del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y del fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas.

De toda esa larga historia me cabe la satisfacción de haber reventado una cárcel corrupta y el sinsabor de que tanto trabajo no tuviera la repercusión debida. Algunos dirán que los periodistas de investigación siempre estamos soñando exclusivas. Muchas veces me preguntan si tengo miedo a las represalias del narco más famoso de España y siempre contesto lo mismo: "Mientras esté entretenido en la vía judicial, nada me preocupa".

►Xaquín López es Periodista de Investigación de los Servicios Informativos de Televisión Española

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