La Xunta creará 20 nuevas plazas de marisqueo a pie en la ría de Pontevedra

La Consellería do Mar celebrará un sorteo el próximo día 18 para deshacer el empate entre 93 aspirantes con la puntuación más alta ►Será el paso previo a la selección final de candidatos
Una mariscadora en la playa de Lourido. JAVIER CERVERA-MERCADILLO (ADP)
photo_camera Una mariscadora en la playa de Lourido. JAVIER CERVERA-MERCADILLO (ADP)

La Xunta creará 20 nuevas plazas de marisqueo a pie en Pontevedra. Lo hará a través de una convocatoria que inició el pasado mes de octubre y que ahora está a punto de cerrar. Antes de hacerlo, la Consellería do Mar deberá deshacer el empate entre 93 aspirantes que han obtenido la puntuación máxima en el proceso de selección.

La situación se resolverá a través de un sorteo que se realizará el próximo 18 de junio por videoconferencia. Su resultado determinará la lista definitiva de candidatos. "Meteranse as bolas numeradas nun bombo ou bolsa e irán saíndo unha a unha de forma aleatoria. Cada bola co número que lle corresponda irase colocando por orde do 1 ao 93 sobre unha tabliña e anotarase a orde acadada ao lado de cada persoa do listado", explica la Xefatura Territorial de la Consellería do Mar de Vigo en su resolución.

Los 20 carnés en juego se dividen en dos categorías. La primera, de carácter general, es la que cuenta con más puestos: 18 en total. La segunda, con dos plazas, se reserva para personas con pocos recursos económicos. En la lista provisional, aprobada el pasado 17 de febrero, 139 candidatos se disputaban los empleos de la primera tabla y otros once los de la segunda. Tras la fase de exposición pública, en la que se presentaron 58 alegaciones, la Xunta estimó 52 reclamaciones que supusieron cambios en la puntuación, la admisión de la única aspirante que previamente se había excluido del proceso por no pagar las correspondientes tasas y un cambio de una persona que pasó de la categoría general a la de "circunstancias socioeconómicas de especial necesidade".

RETORNO FRUSTRADO. Los nuevos efectivos se adscribirán a una de las tres cofradías de pescadores que hay en la ría, concretamente a la de San Telmo de Pontevedra. Su incorporación se produce en un año complicado para el sector debido a la crisis del coronavirus. El marisqueo a pie lleva sin trabajar desde el pasado 13 de marzo como consecuencia de la pandemia. Su regreso a la faena, previsto para el pasado 2 de junio, se vio frustrado por la presencia de toxinas. La actividad extractiva en las playas se mantiene paralizada desde principios de mes, en plena antesala del verano, una de las épocas de mayor ganancia para el sector.

El cese de actividad se compensó con ayudas específicas del Instituto Social de la Marina, que se concretaron en el pago mensual de 994 euros a los mariscadores que llevaban más de un año de alta y de 661 euros al mes para los que tenían una antigüedad inferior. En muchos casos, la cuantía es similar a la que ganaría un trabajador en activo.

El plan de explotación revela que el marisqueo a pie emplea a 434 personas: 219 en el pósito de San Telmo, 173 en el de San Andrés de Lourizán y 42 en el de San Gregorio de Raxó. Según el sector, el número actual asciende a 423.

El balance. Los días de cierre por toxinas de este año superan a los registrados en 2019
Las toxinas están jugando una mala pasada al marisqueo. Las playas del fondo de la ría de Pontevedra permanecen cerradas como consecuencia de esta alerta biológica desde el 1 de junio. En lo que va de año, los arenales pontevedreses acumulan 28 días sin actividad por las biotoxinas. De ellos, ocho se contabilizaron en febrero, cinco en marzo, dos en mayo y 13 en mayo (dato oficial del domingo).

Las jornadas de parón de la actividad extractiva superan ya a las registradas durante todo el ejercicio de 2019, cuando se registraron 23 días de cierre, tal y como recoge el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) en sus informes estadísticos.

Los de a flote, parados
Además de los mariscadores a pie, el cierre por toxinas también afecta a los trabajadores a flote. La zona de la ría en la que faenan está en cuarentena desde el pasado 9 de junio.

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