Zapatillas 'caleteadas' para transportar cocaína y hachís en la prisión de A Lama

Un acusado de introducir sustancias desde el exterior de manos de su pareja niega los hechos. "La droga se la compré dentro a un moro"
Los acusados, el miércoles, en el banquillo de la Audiencia pontevedresa. POOL MÓNICA PATXOT
photo_camera Los acusados, ayer, en el banquillo de la Audiencia pontevedresa.
En una zapatilla, en varios compartimentos diferenciados instalados de forma artesanal bajo la plantilla. Así transportaba Juan Manuel P. las sustancias estupefacientes en el interior del centro penitenciario de A Lama, según reconoció en el juicio que se sigue contra él y su compañera sentimental en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Confesó tal circunstancia en la confianza de que ello sirva para acreditar que la cocaína y el hachís que le fueron incautados después de un vis a vis con su pareja no procedían del exterior (que son los hechos que se juzgan) sino que los había adquirido en el interior de la prisión. Esa es la versión de los hechos que ofrecieron los dos acusados, que negaron el delito contra la salud pública que les atribuye la Fiscalía Provincial de Pontevedra.

Sobre el modo de ocultamiento, que quedó acreditado tras el testimonio de los funcionarios de prisiones, el investigado explicó que en las zapatillas ocultaba la cocaína y las pastillas. Las bolas de hachís, sin embargo, las escondía en el ano.

La primera en declarar en el juicio fue Sonia Isabel, también acusada y drogodependiente, que aseguró haber sido cacheada "de forma integral, desnuda del todo, sin ropa interior", antes de entrar en la cárcel para el vis a vis con su compañero. La acusación le atribuye la introducción de la droga y su entrega a Juan Manuel. Ella defiende que no llevaba nada. "Al entrar me cacheó la Guardia Civil con los perros y dentro me hicieron un segundo cacheo, y tampoco encontraron nada".

La droga, que apareció en poder de su pareja, fue incautada inmediatamente después del vis a vis. Sin embargo, nadie cacheó a Juan Manuel antes del encuentro, por lo que no es posible acreditar si, como él asegura, llevaba ya la droga, o si se la entregó su Sonia Isabel. "Al entrar no me hicieron ningún cacheo. Al salir uno integral. Me encontraron dos gramos y medio de coca debajo de la zapatilla", ya distribuido en bolsas. De allí le llevaron al hospital y comprobaron que llevaba tres bolas de hachís en su organismo. "Lo guardé yo antes de salir de la celda. Ella no me dio nada. Se lo compré en la cárcel a un moro del módulo al que llaman Mohamed. Era al que le pillábamos". El acusado aseguró que no podía dejar nada en la celda por seguridad.

La vista oral seguirá a finales de presente mes de enero.