Se aproxima la noche más mágica del año. Melchor, Gaspar y Baltasar ultiman los preparativos para hacer realidad los sueños de grandes y pequeños con un único objetivo en mente: entregar el regalo perfecto. Sin duda las cartas que muchos niños —y algunos adultos— remiten cada año a sus majestades de Oriente resultan claves para que los Reyes Magos puedan cumplir con ese propósito, pero encontrar el obsequio ideal puede ser más complicado cuando el agasajado no ha plasmado por escrito su lista de deseos.
Para acertar, conviene tener en cuenta la edad y los gustos del destinatario e intentar sorprender, aunque sin olvidar que el ser original no es garantía de éxito y que existe el riesgo de caer en la extravangancia. Es preferible ponerse en los zapatos del otro y hacerse siempre una pregunta si quieres evitar que tu flamante paquete acabe en un cajón: ¿es algo que nuestro amigo, familiar o ser querido vaya a utilizar, lucir o disfrutar?
La seguridad, lo primero
En el caso de los reyes de la casa, una norma se impone sobre cualquier otra: que el artículo se adecue a la edad del menor. Si se trata de bebés o de niños de pocos años, es fundamental que sea seguro, es decir, que incluya la etiqueta obligatoria de la Comisión Europea (CE), las instrucciones de uso y para qué edad se recomienda.
Ser práctico es una opción más que aconsejable con los recién nacidos. En función del presupuesto pueden regalarse desde sonajeros, mordedores, utensilios para comer, sábanas o juguetes para el carro hasta un termómetro digital, un móvil para la cuna o un gimnasio para bebés. En páginas web como Buykers.com (https://buykers.com/es/cupon-descuento/tutete) puedes encontrar cupones de descuento e incluso un vale para hacerte con un chupete gratis en Tutete. Si el chiquitín ya ha alcanzado los doce meses, los correpasillos, balancines o minimuebles para su habitación se convierten en uno de los productos estrella.
Evitar el exceso y los juguetes sexistas
Los expertos sugieren no dejarse arrastrar por el consumismo imperante en estas fechas y primar el sentido común a la hora de regalar, en especial a los niños, para que valoren cada paquete y no acaben saturados de juguetes sin saber a cuál prestar atención. La mejor manera de prolongar su emoción es que todos los familiares se pongan de acuerdo y seleccionen los artículos que de verdad les hagan ilusión, procurando siempre evitar los juguetes bélicos o sexistas.
Un cuento/libro y otras opciones educativas, como los puzzles, o incluso entradas para el cine o un espectáculo, pueden ser una buena idea para estimular su concentración, desarrollar su imaginación e inducir a los menores la pasión por la cultura. Sin olvidar por supuesto que el día de Reyes es también un buen momento para regalar la ropa, el material escolar u otros productos que el niño necesita, aunque no sean lo que más desee.
La tecnología, acierto seguro con los adolescentes
Aunque es preferible que los adolescentes reciban regalos que les permitan interactuar con otras personas, como los juegos de mesa, si quieres ir a lo seguro con ellos la tecnología puede ser tu mejor aliada. Más allá de móviles, videojuegos o consolas, los jóvenes se sienten atraídos por todo tipo de gadgets, como auriculares inalámbricos, drones y kits tecnológicos para construir con sus propias manos robots u otros artilugios. La ropa o los complementos, y una vez más los libros, pueden ser también una gran opción para regalar a los chicos y chicas en esta franja de edad.
Personalizar y emocionar
A más edad, más difícil resulta encontrar el obsequio perfecto. Con los adultos, personalizar lo más posible el regalo e introducir un componente emocional pueden ser la receta perfecta para aquellos que quieran huir por una vez del clásico perfume, camisa o bolso. Calendarios o tazas con fotos familiares, galletas o tartas con un mensaje de afecto, una caricatura, un retrato pintado a mano o una sesión de fotos son algunas de las ideas que te proponemos. Y para los más aventureros, las cajas de experiencias o un vale casero canjeable por una comida especial o un masaje.
