El agujero de ozono este año es bastante mayor de lo habitual

Pese a ello, el meteorólogo y comunicador científico de Meteored José Miguel Viñas ha afirmado que su tendencia es "bastante clara a la reducción" gracias a las políticas adoptadas en el Protocolo de Montreal en 1987
Situación del agujero de ozono en torno al Polo Sur en septiembre de 202. CAMS
photo_camera Situación del agujero de ozono en torno al Polo Sur en septiembre de 202. CAMS

El agujero en la capa de ozono de este año en torno al Polo Sur se ha convertido en uno bastante mayor de lo habitual, según las previsiones del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS).

CAMS monitorea constantemente la capa de ozono de la Tierra, rastreando la formación y evolución de la destrucción química anual del ozono que conduce al desarrollo del agujero. Los científicos de CAMS han estado monitoreando de cerca el desarrollo del agujero de ozono de este año sobre el Polo Sur, que ahora ha alcanzado una extensión mayor que la Antártida.

Cada año, a medida que el hemisferio sur se acerca a la primavera, los productos químicos artificiales descomponen el ozono sobre la Antártida, lo que hace que la capa de ozono se vuelva mucho más delgada. Debido a que el agujero de ozono puede ubicarse en regiones con poblaciones en riesgo de estar expuestas a niveles nocivos de radiación ultravioleta, la información que proporciona CAMS, basada en observaciones satelitales e in situ y modelos detallados de la atmósfera, es relevante.

Después de un comienzo bastante estándar, el agujero de ozono de 2021 ha crecido considerablemente en las últimas dos semanas y ahora es más grande que el 75% de los agujeros de ozono en esa etapa de la temporada desde 1979.

"El vórtice es bastante estable y las temperaturas estratosféricas son incluso más bajas que el año pasado, por lo que puede seguir creciendo ligeramente durante las próximas dos o tres semanas"

Vincent-Henri Peuch, director de CAMS, declaró en un comunicado: "Este año, el agujero de ozono se desarrolló como se esperaba al comienzo de la temporada. Parece bastante similar al del año pasado, que tampoco fue realmente excepcional hasta principios de septiembre, pero luego se convirtió en uno de los agujeros de ozono más grandes y duraderos en nuestro registro de datos más adelante en la temporada. Ahora nuestras previsiones muestran que el agujero de este año se ha convertido en uno bastante mayor de lo habitual. El vórtice es bastante estable y las temperaturas estratosféricas son incluso más bajas que el año pasado, por lo que puede seguir creciendo ligeramente durante las próximas dos o tres semanas".

El Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono se celebra cada año el 16 de septiembre para mantener la conciencia sobre el impacto humano en nuestro medio ambiente.

TENDENCIA DE REDUCCIÓN. A pesar de este información, el meteorólogo y comunicador científico de Meteored José Miguel Viñas ha señalado que la tendencia del agujero de ozono es "bastante clara a la reducción" gracias a las políticas adoptadas en el Protocolo de Montreal en 1987.

Viñas no se ha mostrado pesimista tras conocer este dato puntual porque la tendencia descendiente "no evita que en un momento dado pueda haber momentos de fluctuación" debido, por ejemplo, a factores atmosféricos.

La relación entre la subida de temperaturas y la manera en la que en la atmósfera se transporta el aire a otras zonas "es un tema complicado de entender", pero "la tendencia a la baja está ahí"

Viñas ha explicado la situación indicando que la Antártida es una zona "muy aislada" también en términos de circulación atmosférica debido a la separación oceánica existente respecto al resto de continentes del hemisferio sur, lo que en su momento propició "un proceso de destrucción del ozono que culminó finalmente con el agujero".

La relación entre la subida de temperaturas y la manera en la que en la atmósfera se transporta el aire a otras zonas "es un tema complicado de entender", pero "la tendencia a la baja está ahí" y ha insistido en que "para el año 2060 o 2070 los elementos químicos que en su día se lanzaron no van a romper más ozono" y por tanto el agujero desaparecerá.

Los elementos químicos a los que hace referencia son los conocidos como clorofluorocarburos o gases CFC, cuyo uso antes del Convenio de Viena en 1985 y del Protocolo de Montreal en 1987 estaba ampliamente extendido.

Para las organizaciones conservacionistas como Ecologistas en Acción, la aplicación de estos acuerdos es "uno de los grandes ejemplos de determinadas políticas que funcionan" y así lo ha defendido a Efe el responsable de clima y energía de esta Ong, Javier Andaluz.

Para las organizaciones conservacionistas como Ecologistas en Acción, la aplicación de estos acuerdos es "uno de los grandes ejemplos de determinadas políticas que funcionan"

En comparación con el Protocolo de Montreal, "los convenios climáticos más recientes son endebles", ha sentenciado Andaluz.

Así, este protocolo "fue muy claro dando fechas para la eliminación de los CFCs, mientras que el último acuerdo climático que tenemos, el Acuerdo de París, establece un proceso para que los países frenen sus emisiones de gases de efecto invernadero desde sus propias ópticas", sin fijar un plazo concreto, lo cual lleva a un "menor compromiso por parte de la comunidad internacional".

No obstante, ha reconocido que "la aplicación directa de uno y otro es muy distinta" porque con el documento firmado en la capital francesa "estamos hablando de afectar a muchos sectores y de repercusiones mucho más grandes".

Esa diferencia en la repercusión de ambos no implica que el agujero de ozono sea "un problema menor", tal como ha recordado José Miguel Viñas, quien ha indicado que la ausencia de ozono en la estratosfera, como ocurrió en la Antártida, generaría un sitio inhóspito, en el que no se podría vivir. 

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