Ana Obregón: "Yo soy de las que creen que hay que reírse con todo"

Uno de los reclamos de la nueva entrega de la comedia teatral ‘'Sofocos'’ ha sido la presencia de Ana Obregón en el reparto. La actriz dice llegar exhausta a Pontevedra, tras año y medio encima de los escenarios, y baraja la posibilidad de tomarse un respiro de las tablas para volver a la tele. El ciclo Summum Teatro se inaugura este sábado en el Pazo da Cultura.
Ana Obregón
photo_camera Ana Obregón

"¡Pero si acabo de estar en Pontevedra hace nada!", dice Ana Obregón (Madrid, 1955) al otro lado del teléfono. "Estuve en Vigo y en Soutomaior grabando la película ‘Santiago Apóstol’, de Alan Coton". La actriz y comunicadora vuelve este sábado a la capital de la provincia como una de las protagonistas del espectáculo teatral ‘Sofocos Plus’ (Pazo da Cultura, 21.00 horas, ataquilla.com, 21,60 euros), una continuación de los montajes ‘Sofocos’, ‘Más sofocos’ y ‘Resofocos’. Esta comedia sobre la menopausia, dirigida por Juan Luis Iborra, cuenta en su reparto también con Teté Delgado, Elisa Matilla y Fabiola Toledo.

¿Qué personaje interpreta?

No es uno solo. En ‘Sofocos Plus’ cada una de nosotras hace seis o siete personajes diferentes en momentos cotidianos: la visita al ginecólogo, las compras en las rebajas, una clase de pilates... La obra propone una desdramatización del ciclo hormonal de las mujeres. Se trata de reírse con eso, con la menopausia y también con la andropausia, aunque sea algo de lo que no se habla. ¿Cuántas veces se escucha lo de mira esta, está menopáusica? ¿Y cuántas has escuchado tú que alguien le diga a un señor que está andropáusico?

Nunca.

Pues eso. Porque desgraciadamente esta sociedad sigue siendo machista.

Dice que la obra desdramatiza el tema. ¿Usted es de las que creen que hay que reírse de todo?

Con todo. Hay que reírse ‘con’ todo. No ‘de’ todo. En este caso la preposición es muy importante. Nosotras nos reímos de una serie de situaciones. Pero sí, yo soy de las que creen que es muy importante el sentido del humor.

¿Se la recomienda más a los hombres o a las mujeres?

A los dos por igual. Mira, como ya estuvimos un año de gira y luego unos meses en La Latina, puedo confirmar que a la función vienen muchos hombres y no sabes lo que se ríen.

"Todo aquello del mito erótico, la sex symbol, la más deseada... son bobadas que muchas veces dan vergüenza ajena" 


¿Cómo se lleva con sus compañeras de reparto?

A estas alturas, somos familia ya. Un año y medio de teatro ha sido para mí una experiencia muy intensa, por eso creo que la de Pontevedra será una de las últimas funciones que haga. Voy a empezar un nuevo proyecto en televisión, del que aún no puedo avanzar nada, pero que me sirve para iniciar una nueva etapa.

¿Deja entonces el teatro?

El teatro era una espinita que tenía clavada. Y me ha encantado quitármela. Después de 30 años de televisión en los que he hecho de todo, tenía ganas de retirarme un poco. Y al teatro yo le tenía muchas ganas porque creo que no eres una actriz completa hasta que no te subes a un escenario. Esa es la prueba de fuego, porque ahí no hay ni trampa ni cartón ni segunda toma. Era una asignatura pendiente para mí. El resultado ha sido muy intenso y me ha dejado agotada. Ha sido muy difícil para mí compaginar las funciones con mi madre en el hospital, que ha estado muy grave. Subir al escenario a hacer reír mientras por dentro estás atrevesando un momento tremendamente doloroso se ha hecho muy duro. El teatro te engancha, pero te exprime porque en cada función das parte de tu energía y tu vida. Ha sido una experiencia que necesiba vivir, pero va a ser muy difícil que repita.

Así que la función de Pontevedra va a ser una ocasión única de verla encima del escenario.

Nunca sabes lo que va a pasar. Dentro de un año quién sabe. Pero ahora mismo diría que sí.

Dice que vuelve a la televisión. ¿La echaba de menos?

No, no, no. ¡Para nada! Como te decía, llevaba 30 años enlazando proyectos en televisión. Poca gente desarrolla una carrera tan larga en la tele. Y me han seguido ofreciendo cosas, pero como estaba con el teatro, las fui rechazando. Ahora sí, ahora vuelvo y vuelvo con ganas. Pero, sobre todo, de lo que tengo ganas es de hacer cosas con calidad y que me llenen. Igual que he vuelto al cine, después de bastante tiempo, para hacer una película americana.

"Esto era una espinita que tenía clavada, pero no creo que repita. El teatro te exprime: en cada función te dejas la vida"


Hablando de su experiencia en América, el otro día retuiteó una imagen mítica: una foto suya en la serie ‘El Equipo A’. ¿Nunca se ha arrepentido de no haber apostado por quedarse en Hollywood?

Qué va, para nada. Cuando yo llegué allí no había ni un solo español. Ni Antonio [Banderas], ni Penélope [Cruz]... Ellos llegaron mucho más tarde. Decías que eras española y te preguntaban que dónde estaba eso: ¿en el norte de África? Tuve mucha suerte de haber vivido aquella experiencia, tanto en ‘El Equipo A’ como en otra serie que hice y en dos películas, una de ellas ‘Bolero’, con Bo Derek, que era una de las actrices del momento. Pero me tiraron otras cosas. Me enamoré de Fernando Martín y me vine para acá. No me arrepiento en absoluto. Sé perfectamente lo que es la fama, lo que supone, y ya me duele lo que le ha costado a mi intimidad la popularidad en España, imagínate si llego a quedarme y me va bien. El tiempo me ha demostrado que hice lo que tenía que hacer. No cambio lo que viví después por nada.

En ese sentido, ¿no le da miedo volver a la exposición pública que supone la televisión? Su amigo Bertín Osborne, por ejemplo, no sale del ojo del huracán.

¿Miedo? Yo tengo un lema que dice: si me hubiera tenido que detener a callar a cada perro que me ladra, jamás habría llegado a mi destino. Con eso te lo digo todo.

Acaba de referirse a la exposición pública de su vida desde que era jovencísima, algo que la ha convertido en una especie de ‘reina de corazones’ española. ¿Le ofende esa consideración? ¿La halaga? ¿Le da igual?

No creo que eso sea lo más significativo de mi vida. Yo, en lo único que me he centrado, ha sido en trabajar, en ser buena madre y buena persona. Me halagaría que dijeras que soy ‘una reina entre las madres’. O entre las hijas o entre las amigas. Esas son mis prioridades. Todo lo demás son tonterías. Como todos aquellos años del mito erótico, la sex symbol, la más deseada... No es que te ofenda, que un poco también, porque te reduce a la superficie y elimina a la persona, su formación, su trabajo, su carrera... Son bobadas que muchas veces te dan vergüenza ajena.

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