Álvaro de Marichalar: "Fue un viaje estupendo con gente encantadora. Es una historia inventada"

Así fue el delirante viaje en Blablacar de Álvaro de Marichalar

Una periodista relata de forma crítica cómo fue desplazarse desde Logroño hasta Madrid con el excuñado de la infanta Elena, que ofreció otra versión de lo sucedido
Álvaro de Marichalar, junto a su moto de agua, en una imagen de archivo
photo_camera Álvaro de Marichalar, junto a su moto de agua, en una imagen de archivo

La periodista Sabina Urraca ha hecho saltar internet con un mordaz artículo titulado Pesadilla en Blablacar. En él relata cómo fue la experiencia de su último viaje a través de esta aplicación -cuyo fin es compartir gastos en los desplazamientos en coche a través de la unión de varios usuarios- en compañía de Álvaro de Marichalar, entre otros.

Con un estilo especialmente crítico con el excuñado de la infanta Elena, Sabina Urraca expresa perfectamente el sentimiento que este produjo en ella y en el resto de ocupantes del vehículo que cubrió la ruta Logroño-Madrid, un profesor de Karate y una veinteañera. "Era un señor alto, como recién salido de una fiesta en Ibiza con el Conde Lecquio. Pantalón pescador de lino, castellanos sin calcetines, camisa de lino azul marina y un poco arrugada. Bronceado estridente, casi naranja. Y, cómo no, ristra de pulseras ibicencas en la muñeca, con una cintita con la bandera de España asomando orgullosamente entre ellas. Desde el momento en el que entró en el coche dio la impresión de que estaba absolutamente pirado", escribió la periodista en el artículo sobre Marichalar.

Tras una breve presentación, donde el famoso incluso llegó a flirtear ligeramente con la joven veinteañera, Urraca prosigue con su ataque. "Empezó a flotar una incomodidad extraña, pero sólo para los tres plebeyos. Él se repantigó en el asiento trasero y empezó una sucesión interminable de llamadas de negocios en distintos idiomas. A partir de entonces, y hasta Madrid, fue imposible mantener una conversación normal. Si alguno sospechaba algo, desde su primera llamada lo supimos con certeza", relata.

En este punto, y después de una breve consulta en Wikipedia para conocer un poco al incómodo acompañante, la periodista llegó a la conclusión de que  "el parecido entre la información de Wikipedia y su discurso era tan parecido que empecé a vislumbrar lo evidente: quizás él mismo había escrito su propia entrada de Wikipedia".

Esas y otras importantes caricias le dedica Sabina Urraca en su artículo, que no tiene desperdicio de principio a fin.

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