Día contra el cáncer de mama

Una de cada ocho mujeres sufrirá un cáncer de mama

El diagnóstico precoz y la evolución de los tratamientos arroja unos índices de supervivencia globales del 89,2%
Planta de oncología del Hula. XESÚS PONTE
photo_camera Planta de oncología del Hula. XESÚS PONTE

El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en la mujer española. Se calcula que 1 de cada 8 mujeres españolas tendrá un cáncer de mama en algún momento de su vida. La supervivencia media relativa del cáncer de mama tras cinco años es del 89,2% de forma global. El estadio en el que se ha diagnosticado el cáncer influye en la supervivencia. La supervivencia en el estadio I es de más del 98% y en cambio en los estadios III la supervivencia desciende al 24%.

La estimación de nuevos casos de cáncer de mama en España para 2020 es de 33.551, según los datos que manejan la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom).

Por comunidades autónomas, Andalucía (5.705 nuevos casos en 2020) presenta la mayor incidencia y Melilla (49), la menor. En el caso de Galicia la estimación para este 2020 es de 2.190 nuevos casos. Al término de este años se calcula que se habrán diagnosticado 279 nuevos casos, diez más que en Ourense, la de menor incidencia de todas las gallegas.

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Aunque la mortalidad por cáncer de mama ha descendido en los últimos años gracias a los programas de cribado y a la mejora de los tratamientos, el cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en España en las mujeres. En 2019 fallecieron 6.627 mujeres por cáncer de mama en España.

La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 10% se diagnostica en mujeres menores de 40 años.

 

Detección precoz

El cáncer de mama consiste en la proliferación acelerada e incontrolada de células del epitelio glandular. Son células que han aumentado enormemente su capacidad reproductiva.

Las células del cáncer de mama pueden diseminarse a través de las sangre o de los vasos linfáticos y llegar a otras partes del cuerpo. Allí pueden adherirse a los tejidos y crecer formando metástasis. El cáncer de mama puede aparecer en mujeres y hombres pero más del 99% de los casos ocurre en mujeres. El cáncer de mama constituye un importante problema de salud en España, tanto por su elevada incidencia y mortalidad como por sus repercusiones físicas, psicológicas y económicas en la población. A pesar de los avances diagnósticos y terapéuticos, su pronóstico sigue dependiendo principalmente de la extensión de la enfermedad en el momento de la detección. De ahí que el conseguir un diagnóstico precoz siga siendo la mejor vía para mejorar sus posibilidades de curación.

La mamografía se ha acreditado como la prueba de cribado más efectiva. Los programas de cribado mediante mamografía consiguen una disminución en la mortalidad por cáncer de mama. Actualmente todas las comunidades autónomas españolas poseen programas de cribado poblacional de cáncer de mama.

Síntomas y diagnóstico

Un nódulo palpable en la mama es el signo más frecuente por el que se consulta, generalmente no doloroso, aunque también es frecuente la retracción del pezón o alteraciones de la piel de la mama.

Cuando existe una sospecha de cáncer de mama bien por la exploración física (tanto por la paciente como por un médico) o bien por una mamografía de rutina, se inicia un estudio para confirmar o descartar esa sospecha. Las pruebas de imagen orientarán sobre el diagnóstico pero el diagnóstico de certeza de cáncer de mama requiere siempre una confirmación con biopsia. El diagnóstico definitivo de cáncer de mama lo establece el especialista en anatomía patológica al observar células malignas bajo el microscopio a partir de la muestra de la biopsia.

El examen patológico clasificará el cáncer como invasivo o no invasivo. Los cánceres no invasivos también se denominan in situ y son aquellos que no se han extendido fuera del conducto (ductales in situ) o del lobulillo (lobulillares in situ).

El patólogo analiza varios aspectos de la pieza que recibe y así define el tumor y establece algunos factores importantes para determinar el pronóstico y la respuesta a determinados tratamientos.

Tipos

Con el desarrollo de técnicas más sofisticadas se puede analizar los genes de cada cáncer de mama. Estas técnicas han dado lugar a una clasificación más precisa del cáncer de mama que se correlaciona mejor con el riesgo de recaída de la enfermedad. La clasificación molecular establece cuatro tipos de cáncer de mama: Luminal A, luminal B , HER 2 y basal like.

Los tumores luminales tiene receptores hormonales positivos, los HER2 expresión de HER2 y los basal like o triple negativos no expresan ni receptores hormonales ni HER2. El subtipo Luminal A es el de mejor pronóstico y el basal like el de peor pronóstico.

Además, como en el resto de tumores, todos los subtipos de cáncer de mama se clasifican en estadios según la extensión de la enfermedad. Un cáncer de mama en estadio I es un cáncer de mama en una etapa inicial y un estadio IV es un cáncer de mama avanzado que se ha extendido a otras partes del cuerpo.

El sistema de clasificación TNM se basa en el tamaño del tumor (T) y su extensión a los ganglios linfáticos regionales (N) o a otras partes del cuerpo (M). El estadio, por lo general, no se conoce hasta después de la cirugía en la que se extirpa el tumor y se analiza el estado de los ganglios axilares.

Cáncer hereditario

El cáncer hereditario es aquel que tiene su origen en alguna mutación genética.

Se estima que entre el 5 y el 10% de los cánceres de mama son hereditarios. Entre el 20 y el 25% de las mutaciones responsables de los cánceres de mama hereditarios ocurren en los genes BRCA 1 y 2. En un cáncer de mama hereditario, hay otros genes relacionados que están siendo investigados, como el PALB2, p53, CDH1, ATM y CHEK2. La probabilidad de que una mujer portadora de mutación en BRCA 1 o 2 presente cáncer de mama se sitúa en torno al 70% a los 70 años.

El análisis genético de BRCA1 y BRCA2 es complejo y caro, por ello es necesario realizar una selección muy precisa de aquellas familias que se pueden considerar de alto riesgo y en las que esté indicado el estudio genético.

Tratamientos

El tratamiento del cáncer de mama debe individualizarse siempre y se basa en múltiples factores.

El tratamiento óptimo requiere de la colaboración de un equipo multidisciplinar: cirujanos, oncólogos médicos y oncólogos radioterapeutas. Los tratamientos también dependen de los estadios.

Según especifica la Seom (Sociedad Española de Oncología Médica), en estadios iniciales se combinan varios recursos: cirugía conservadora o mastectomía con ganglio centinela o linfadenectomía si es necesaria; la quimioterapia adyuvante si los factores de riesgo lo aconsejan; la radioterapia adyuvante siempre que se haga cirugía conservadora o las características del tumor así lo aconsejen.

También se trabaja en estos estadios con hormonoterapia adyuvante si el tumor tenía receptores hormonales positivos o con Trastuzumab adyuvante durante un año si el tumor era Her2 positivo.

En estadios localmente avanzados, no operables, se trabaja con quimioterapia con intención neoadyuvante. Se pautan seis meses de tratamiento con quimioterapia y posteriormente se plantea la cirugía. También se aplica radioterapia tras la cirugía y el tratamiento adyuvante posterior se indicará en función de la respuesta patológica obtenida y del subtipo tumoral.

Para los estadios avanzados hay otros protocolos.

Se considera estadio IV cuando el tumor se ha extendido fuera de la mama. Esto puede ocurrir durante el seguimiento de un cáncer de mama inicialmente limitado y tratado como tal, o puede aparecer de inicio.

Cuando el cáncer de mama se extiende a otros órganos, la curación ya no es posible y el objetivo del tratamiento es la cronificación de la enfermedad y la paliación de los síntomas.

El tratamiento más importante en este estadio es el tratamiento sistémico (quimioterapia, hormonoterapia y/o terapias dirigidas) y la elección sobre uno u otro depende tanto de factores que afectan al tumor como a características de la paciente incluyendo sus deseos.

El arsenal terapéutico es muy amplio en cáncer de mama y la decisión se toma habitualmente entre el oncólogo médico y la paciente. El acompañamiento en este proceso debe ser muy respetuoso.

 

Seguimiento

Tras completar el tratamiento para estadios precoces, las pacientes deben realizar un seguimiento apropiado.

El seguimiento debe hacerse cada 4 o 6 meses los 5 primeros años y luego de forma anual. Debe incluir historia clínica y exploración física así como una mamografía anual de la mama restante y de la contralateral. No está demostrado que un seguimiento estrecho con gran número de exploraciones aumente la supervivencia.

Si el tratamiento incluye el tamoxifeno, debe hacerse una revisión ginecológica anual (su uso se ha asociado con un aumento del riesgo de cáncer de útero). Si el tratamiento incluye inhibidores de la aromatasa, debe incluir densitometrías periódicas para valorar la descalcificación ósea que pueden potenciar estos fármacos.

Tras el tratamiento del cáncer de mama no debe ganar peso, ya que el sobrepeso aumenta la posibilidad de recaer. Se recomienda también hacer una actividad física regular, ya que el ejercicio físico se relaciona con un mejor pronóstico.

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