Campanario, por su madre... estafa!

Medio centenar de personas concentradas ante las puertas de la Audiencia Provincial de Cádiz recibieron con insultos y gritos de "ladrones” a los acusados de la operación Karlos, sobre una trama para obtener pensiones fraudulentas, a su entrada a los juzgados, donde comenzó la vista oral.

Pasadas las tres de la tarde entró María José Campanario, acompañada de su marido, el torero Jesulín de Ubrique, y de su madre, a quienes gritaron “¡vais a ir a Puerto II!” algunos de los congregados ante la puerta de la audiencia, donde también había numerosos medios de comunicación, en especial de la prensa del corazón. La mujer del diestro es una de las 25 personas acusadas de formar parte de una trama dedicada a obtener de manera fraudulenta pensiones por incapacidad laboral.

El Tribunal Supremo estimó el recurso presentado por las defensas de los procesados y estableció que el juicio por esta causa se celebrara ante una sala de jueces profesionales y no ante un jurado popular. La razón es que el delito principal, que arrastra al resto, es lo de la estafa, que no es competencia del jurado, según establece la ley.

Según el Tribunal Supremo, el resto de imputaciones –falsedad en documento oficial, actividades prohibidas a funcionario y soborno– son meras actuaciones instrumentales para lograr la estafa.

En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal explica que Carlos Carretero, ej jefe de la Policía de Ubrique (Cádiz), ideó un plan para obtener dinero de personas a las que ofreció obtener de forma fraudulenta pensiones de incapacidad laboral o invalidez de la Seguridad Social.

Para eso se puso de acuerdo con su amigo Francisco Casto, un inspector médico de la Junta de Andalucía, quien tenía una situación “privilegiada” para controlar y tramitar altas y bajas en los expedientes de incapacidad laboral. Entre las personas que obtuvieron la incapacidad estaba, según el fiscal, Remedios Torres, la madre de Campanario, que no trabajaba y tenía ya reconocida una minusvalía sin derecho a pensión.

Campanario siempre mantuvo que fue engañada y rechazó pactar
El acuerdo reducía la pena a 2 años, con lo que evitaría la cadena. Ella y su madre podrían ser condenadas a 4.

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