Las células del sistema inmunitario evitarán rechazos en los trasplantes de órganos

Uno de cada tres hígados que se extraen para ser trasplantados no se utilizan ante la posibilidad de que no sirvan

Cirujanos en una intervención. EP
photo_camera Cirujanos en una intervención.EP

El empleo terapéutico de unas células del sistema inmunitario (células T reguladoras) para suprimir la respuesta inmunitaria frente al órgano trasplantado y evitar así el rechazo de forma más específica que los fármacos inmunodepresores es una de las principales innovaciones en este campo.

La investigación, que se encuentra aun en fase preclínica, centrará una de las sesiones del 5ª Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET), que se inaugura en Madrid el 30 de junio, y que será una cita previa al Congreso Mundial del día 2 de julio, que por primera vez se celebra en España.

En la rueda de prensa de presentación del evento, el secretario de la SET, el doctor Marcos López, ha explicado que el rechazo de órganos es uno de los principales problemas de los trasplantes. Para evitarlo, se utilizan fármacos inmunodepresores que, a largo plazo, producen efectos adversos como diabetes o tumores.

El futuro pasa por terapias celulares que consigan mayor tolerancia frente al injerto, una vía que es una de las principales novedades en este campo y que va a suponer un cambio de paradigma "revolucionario", ha asegurado el doctor Valentín Cuervas-Mons, presidente de la SET.

Se trata de células del sistema inmune que se obtienen del propio paciente y que se expanden 'in vitro' mediante cultivo en laboratorio para conseguir un número suficiente que permita suprimir la respuesta inmunitaria.

Además, se está intentando conseguir que esas células T reguladoras vayan directamente al tejido y que no se distribuyan por todo el organismo.

Otro de los retos en trasplante son los nuevos dispositivos de preservación de órganos que permitirán optimizar el número de injertos disponibles.

Y es que, según ha explicado el doctor Cuervas-Mons, actualmente uno de cada tres hígados que se extraen para ser trasplantados (unos 300 al año) no se utilizan ante la posibilidad de que no sirvan.

El cirujano, basándose en su vista y teniendo que tomar una rápida decisión, desecha órganos que quizá podrían haber funcionado.

Con estas nuevas máquinas, que permiten tener en funcionamiento los órganos durante horas, se va a poder comprobar con exactitud aquellos que son susceptibles de trasplantar, con lo que se va a aumentar la tasa de injertos.

Las máquinas ya se están utilizando en algunos hospitales españoles y, aunque aun no forman parte de la práctica clínica habitual, en un año podría ya usarse en la rutina hospitalaria, ha asegurado el doctor Cuervas-Mons.

Por primera vez el congreso va a acoger una mesa dedicada al paciente trasplantado en la que éstos van a poner sobre la mesa sus problemas de integración social y laboral y de discapacidad.

A este respecto, el presidente de SET ha asegurado que "un paciente trasplantado en el que el injerto funciona bien, es un paciente curado en libertad vigilada".

Comentarios