Los científicos esperan convertir al cáncer en una dolencia controlable y crónica a largo plazo

Los tumores pulmonares y el melanoma cuentan ya con nuevos fármacos que prolongan la vida y restan efectos secundarios ▶ Cada día se diagnostican 44 casos en Galicia y los índices de curación para algunos tipos, entre ellos el de mama, superan el 90%, mientras los localizados en el páncreas o el hígado tienen una supervivencia de menos del 10%

Acto de la Asociación Española Contra el Cáncer. GONZALO GARCÍA
photo_camera Acto de la Asociación Española Contra el Cáncer. GONZALO GARCÍA

La palabra cáncer cae como un jarro de agua fría en cualquier persona que acaba de recibir un diagnóstico. Asusta, pero cada vez es más fácil sobrevivir a un tumor. Galicia registró el año pasado 15.969 diagnósticos de este tipo, 44 al día, según datos del Observatorio del Cáncer de la AECC. Sin embargo, gracias a nuevos fármacos, los pacientes con ciertos tipos de tumores podrán prolongar su supervivencia e incluso convivir con el cáncer de forma crónica. Sin embargo, a día de hoy, el 27% de las defunciones en España se deben a esta enfermedad, la segunda más mortal después de los accidentes cardiovasculares.

Un estudio de SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) estima que uno de cada dos hombres y casi una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida. El avance en las investigaciones permitirá que, en los próximos años, cánceres como el de pulmón, el tercero más frecuente, del que solo en 2017 fueron diagnosticadas 2.003 personas en Galicia, se conviertan en enfermedades crónicas gracias al uso de nuevos fármacos que muestran elevada eficacia, tal y como explica la oncóloga del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS) Elena Brozos. "Temos a expectativa de que nos próximos anos poidamos ter mellores tratamentos tamén para outros tipos de cancro", explica la doctora.

Los tumores más frecuentes en España son los colorrectales, de próstata, pulmón, mama y vejiga. Así, tanto el cáncer de colon como el de mama pueden tener una supervivencia del 90% de los pacientes si son detectados a tiempo. En el otro extremo, el de pulmón solo cuenta con un índice de supervivencia a los cinco años del 10,9% de los pacientes, según la AECC, aunque los nuevos tratamientos son esperanzadores.

En los últimos años han surgido nuevos tratamientos que mejoran la calidad de vida de los enfermos y minimizan los efectos secundarios de los fármacos. Si bien la quimio y la radioterapia eran la principal opción de tratamiento hasta hace una década, "nos últimos dez anos están cobrando moita importancia as terapias dirixidas, que son tratamentos á carta para unha alteración concreta que teña o cancro dese paciente. É dicir, cando se diagnostica a unha persoa faise unha análise do seu tumor e, se hai algún tipo de alteración concreta -unha proteína diferente ou un xen determinado mutado- aplícase un tratamento que a ataque directamente", cuenta Brozos.

INMUNOTERAPIA. Lo más novedoso en el tratamiento del cáncer consiste en reforzar el sistema inmune del enfermo para que el propio organismo se enfrente al cáncer. "Trátase de preparar ás células do sistema inmune, que nos protexen fronte a virus e bacterias, para que actúen tamén fronte ás células canceríxenas", explica la doctora. Esta es una terapia que se está probando en muchos tipos de cáncer, pero ya se aplica en la práctica clínica en tipos concretos de cáncer pulmonar, renal, urotelial y melanoma.

En la actualidad, es habitual combinar tratamientos como la terapia dirigida o la inmunoterapia con la quimioterapia. Eso minimiza los efectos secundarios. "A quimioterapia afecta a todas as células, ás boas e ás malas, por iso se producen os efectos secundarios. Ao dirixirnos só ás células malignas, a calidade de vida do paciente mellora moito", explica.

Hay tipos de cáncer que antes eran mortales y que ahora se han convertido en una enfermedad con la que se puede convivir. No es posible curarse, pero sí se puede cronificar. "O cancro de mama, por exemplo, ten unha porcentaxe de curación do 90% e, dese 10% que non podemos curar, en moitos casos convértese nunha enfermidade crónica mentres recibe terapia", explica.

Los mismo ocurre en muchos casos de cáncer infantil, en los que los profesionales se vuelcan especialmente. Aún así, en 2017 fallecieron en Galicia siete niños menores de 15 años a causa del cáncer. "Os nenos teñen moi boa tolerancia aos tratamentos de quimioterapia e iso axuda á súa supervivencia", señala la doctora.

DETECCIÓN PRECOZ. Se suele decir que la batalla del cáncer se gana con la prevención y la detección precoz. La eficacia la han demostrado programas de cribado como el del cáncer de mama o colorrectal.

La detección precoz del cáncer es precisamente la finalidad de la biopsia líquida. Esta es una investigación liderada por un equipo de científicos gallegos del Grupo de Oncología Médica Traslacional (Oncomet). Se trata de que con una muestra de sangre se puedan detectar células cancerígenas para tener un diagnóstico. "Podemos ver que alteracións concretas ten cada paciente sen ter que sometelo a unha cirurxía para estudar o tumor. Coa biopsia líquida gañamos en sinxeleza, rapidez e precisión", señala la doctora. De momento es un proyecto en estudio, pero a la larga ayudaría a detectar el cáncer en fases en las que todavía es fácil de controlar.

Los estudios básicos de laboratorio que se fijan en las células tumorales y la investigación clínica con pacientes son otros de los pilares fundamentales en la lucha contra el cáncer. Y los científicos lo están haciendo bien. "En participación da sociedade e implicación dos profesionais temos un dez. En canto a medios económicos, facemos o que podemos. Tanto en España como en Galicia hai unha investigación de alto nivel, pero ogallá puideramos facer máis", indica Brozos.

LEY ANTITABACO. Paralelamente a la investigación, hay otras medidas que ayudan a frenar el avance del cáncer. Un ejemplo es el descenso del tabaquismo que trajo consigo la Ley antitabaco de 2011. Es pronto para saber si ha supuesto un descenso en el número de casos de cáncer, pero la doctora Brozos señala que en los últimos años ha habido un estancamiento en estos diagnósticos, cuya tendencia era al alza, y prevé que con el tiempo desciendan también los casos de tumores en la vejiga, el páncreas, el cuello y cabeza o el riñón, estrechamente relacionados con el tabaco.

El avance de la ciencia y la concienciación sobre la importancia de los hábitos de vida saludables ayudarán a que, con el tiempo, la palabra cáncer dé menos miedo y sea más fácil enfrentarse a ella.

2.716 pacientes con cáncer viven solos en Galicia, según la AECC
La Asociación Española Contra el Cáncer reivindica estos días la situación socioeconómica en la que esta dolencia deja a muchos pacientes tras el diagnóstico. Uno de los aspectos en los que se fija es en la soledad en que que muchas personas asumen el trance de enfrentarse al cáncer. Así, solo en Galicia y en 2017 hubo 2.716 pacientes nuevos con cáncer que viven solos. Del mismo modo, en 2017 fueron diagnosticados 3.964 enfermos que viven con sus parejas mayores de 65 años y a los que la enfermedad se une a la vejez.

La AECC ha analizado también el impacto económico que produce el cáncer entre la población activa, esto es, en personas mayores de 15 y menores de 65 años. Así, en la comunidad gallega hay 1.533 enfermos de cáncer en riesgo de exclusión social.

EXCLUSIÓN SOCIAL. Se trata de personas desempleadas (con o sin prestación económica) y trabajadores autónomos. La primera gran conclusión extraída del estudio es que, en España, cada año, unas 25.000 personas con cáncer se encuentran en riesgo de exclusión social a causa del diagnóstico de la enfermedad.

Esta situación afecta profundamente a las familias, que ven mermados sus ingresos a consecuencia de la aparición del cáncer, y durante toda la enfermedad, hasta niveles de extrema vulnerabilidad.

El cáncer es una de las dolencias que requieren una mayor duración media de las bajas laborales respecto a otras enfermedades. Así, los tumores de mama son la segunda causa de incapacidad temporal de más de 12 meses, sólo superada por la patología lumbar.