¿Cómo nos engañan los negacionistas?

Los mensajes falsos están por todas partes y cualquiera puede cometer el error de creerlos y contribuir a su difusión, pero hay algunos indicios que nos ayudan a identificarlos y a desconfiar de lo que dicen

Es importante valerse de las herramientas necesarias para combatir la desinformación. EFE
photo_camera Es importante valerse de las herramientas necesarias para combatir la desinformación. EFE

"Sin censura: esto no lo verás en los medios", avisa un mensaje que llega a nuestro móvil junto a un vídeo en el que un rostro respetable identificado como experto cita datos y fuentes para demostrarnos que nos mienten... Aunque en realidad el que nos miente es él.

Los mensajes falsos están por todas partes y cualquiera puede cometer el error de creerlos y contribuir a su difusión.

Sin embargo, hay algunos indicios que nos ayudan a identificarlos y a desconfiar de lo que dicen.

1. Cuidado con quien nos dice la verdad frente a la censura

Indicio:

Una primera señal de alerta que podemos advertir en muchos de estos mensajes es que sus autores reivindican que ellos dicen la verdad frente a los políticos y los medios de comunicación, o lo que resumen como "el sistema" para referirse a los poderes e instituciones con capacidad de decisión de una sociedad.

Ejemplo: 

Almudena Zaragoza, integrante de la asociación negacionista Biólogos por la Verdad, defiende en un vídeo publicado en la web de la plataforma que su agrupación quiere "dar una visión completamente diferente" a la que muestra "todo el elenco televisivo" y "pseudoperiodístico terrorista" y los "políticos". "Todo esto es una farsa", agrega.

Explicación: 

Las habituales apelaciones de los negacionistas a "despertar" frente a una gran mentira de los poderes establecidos que nos manipulan "como borregos" y la "censura" de los medios de comunicación suele ser la antesala de un discurso con el que alguien nos pretende engañar a su vez.

Este punto de partida es muy ventajoso para los defensores de las teorías de la conspiración porque les permite asegurar que son ellos los que tienen razón: si alguien les contradice es "parte del sistema" y, según su lógica perversa, el sistema siempre miente. 

Este razonamiento circular es una de las claves que ayudan a que las falsedades se hagan populares y sean difíciles de rebatir.

2. Pueden engañarnos con falsas relaciones causales

Indicio:

Hay publicaciones en redes sociales que nos advierten del peligro de innovaciones científicas o tecnológicas que tienen consecuencias perjudiciales que no han sido suficientemente explicadas. Se basan en datos o hechos nuevos que no se habían producido antes de que se produjera ese avance.

Ejemplo: 

Hace unos meses varios internautas relacionaron la instalación de antenas de 5G con la muerte de palomas en Barcelona.

Explicación: 

Otra clave de la capacidad de persuasión de las mentiras en las redes es que utilizan argumentos muy elocuentes que parecen válidos a simple vista pero que en realidad emplean conexiones falsas entre los planteamientos iniciales y las conclusiones. 

Es lo que en lógica se llaman "falacias". Una de las más habituales entre los teóricos de la conspiración es la falacia "post hoc", también llamada "de la falsa causa". De acuerdo con este tipo de planteamiento, si un acontecimiento sucede a otro, el segundo es consecuencia del primero ignorando otras posibles causas.

En el ejemplo citado, los responsables de la difusión de esos mensajes no tuvieron en cuenta que la hipótesis más probable de la muerte de estas aves era el envenenamiento accidental, como reflejaban las necropsias.

3. Los datos no dicen siempre lo que parece

Indicio: 

Datos oficiales que se pueden consultar en internet ofrecen información clara sobre una tesis negada por las instituciones públicas.

Ejemplo:

Con el avance de la vacunación masiva, han aumentado las tergiversaciones que denuncian el crecimiento de muertes de personas a las que se había inyectado estos fármacos, como reflejan sistemas oficiales de notificación de Europa y Estados Unidos. 

Explicación:

Hay contenidos engañosos que destacan el aumento de muertes o abortos en vacunados contra el covid-19 y para ello se remiten a datos oficiales, pero se trata de nuevo de una correlación errónea o falacia de la "falsa causa".

Los responsables de estos infundios hacen una lectura sesgada de los datos, para lo que se aprovechan de la complejidad que supone su interpretación.

En el caso del sistema europeo EudraVigilance, sus informes advierten explícitamente de que no se debe deducir que los efectos observados tras el uso de un medicamento son necesariamente consecuencia de la administración de dicho fármaco, lo que no tienen en consideración quienes difunden estas falsedades. 

4. Una titulación prestigiosa no protege contra la estupidez

Indicio: 

En muchas ocasiones recibimos mensajes protagonizados por científicos que explican por qué nos están mintiendo las instituciones públicas y por qué no debemos hacer caso de las recomendaciones oficiales. En sus intervenciones subrayan su condición de expertos para respaldar la validez de lo que dicen.

Ejemplo:

La crisis sanitaria derivada de la pandemia ha propiciado la creación de asociaciones de científicos negacionistas como Médicos por la Verdad o la ya citada Biólogos por la Verdad, entre otras.

Los portavoces más activos de estas plataformas suelen investirse de la autoridad que supuestamente les proporciona su titulación académica o su experiencia profesional para realizar aseveraciones sin rigor que van contra las evidencias científicas.

Explicación:

El hecho de que los autores de estos mensajes engañosos se presenten como expertos por ser científicos es una forma de recurrir a la falacia "ad verecundiam", que es una apelación tramposa a la autoridad que supuestamente les daría su profesión, aunque sus afirmaciones carezcan de sentido.

El mismo truco engañoso se da cuando citan supuestas fuentes de gran reputación cuyas conclusiones no han sido debidamente contrastadas. 

En estos casos conviene desconfiar de afirmaciones dudosas que no cuenten con el suficiente consenso científico y es recomendable seguir los consejos de las autoridades e instituciones de mayor prestigio en el campo del conocimiento en el que se enmarquen los mensajes de los supuestos expertos. 

5. Todo argumento se puede ridiculizar

Indicio:

La ridiculización de los argumentos del adversario es una técnica frecuente en las discusiones cotidianas, pero también en la desinformación. Podemos advertirlo cuando observamos exageraciones con las que se pretende caricaturizar una posición con el objetivo de cuestionarla.

Ejemplo:

Desde hace años circula por internet una supuesta carta de una profesora de un instituto público en la que critica el uso del femenino "presidenta", validado por el Diccionario de la Lengua Española, para lo que recurre a expresiones como "ignorantos e ignorantas", "periodisto" o "sindicalisto".

Explicación: 

Los que emplean este tipo de artimaña incurren en la falacia lógica de apelación al ridículo, con la que evitan dar argumentos válidos contra la idea a la que se oponen.

En el ejemplo mencionado, quien rechaza de este modo el uso de la voz "presidenta" se vale de dicha estrategia como una forma fácil de atacar la utilización de un femenino respaldado por las 23 integrantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española y documentado desde el siglo XV.

Estos son algunos de los rasgos más frecuentes en los contenidos engañosos que se difunden en las redes sociales y por teléfono móvil a través de mensajes de texto y vídeo. Detectarlos puede ayudar a protegernos de la desinformación, ante la que todos somos vulnerables.

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