El consumo de cocaína, en máximos históricos

El último informe de la Unión Europea descubre incrementos del 300 por ciento en el Viejo Continente tras analizar los últimos seis años a través de los restos en aguas residuales ► España en general y Galicia en particular se mantienen en la punta de lanza, al lado de Bélgica y Holanda ► El cannabis también está muy presente, no así las drogas de diseño
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photo_camera El alijo del buque Karar, 3,8 toneladas de cocacína dirigidas a Galicia. GONZALO GARCÍA

Lo dicen los colectivos sociales. Lo afirma la Policía. Lo acreditan los precios en el mercado ilícito. Lo confirman los propios narcotraficantes. Lo asegura Naciones Unidas y, ahora, la Unión Europea. El consumo de cocaína, totalmente desbocado, alcanzó en 2021 máximos históricos en los 27.

La demanda del estimulante más famoso del mundo se ha disparado en el Viejo Continente y, como era previsible, azota con más fuerza a los puntos calientes, las áreas geográficas por las que 'coronan' los grandes alijos procedentes de Sudamérica.

La última alerta parte del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction, órgano dependiente de la UE, que acaba de hacer pública una nueva actualización, en marzo de 2022, del Análisis de aguas residuales y drogas: un estudio en varias ciudades europeas.

Sus conclusiones son contundentes: la presencia de restos de cocaína se ha triplicado en el último sexenio, y los lugares más afectados son Bélgica, Holanda y España. Coincidencia plena con las tres puertas de entrada de esa droga en Europa.

En concreto, los puntos en los que fija su atención el informe en la Península son cinco: Lisboa y Oporto, en Portugal, y Cataluña, Valencia y Galicia, en España. En todos ellos, el consumo del polvo blanco sudamericano alcanza en 2022 niveles nunca vistos.

El análisis de las aguas residuales constituye una disciplina científica en rápida evolución, potencialmente capaz de facilitar una supervisión de datos en tiempo real sobre tendencias geográficas y temporales en el consumo de drogas ilegales.

Originalmente utilizado en la década de 1990 para efectuar el seguimiento del impacto medioambiental de los residuos líquidos domésticos, este método se ha empleado desde entonces para calcular el consumo de drogas ilegales en diferentes ciudades.

Consiste en obtener muestras de una fuente de aguas residuales, por ejemplo, de un conducto que lleva esas aguas a una depuradora. De esta forma, los científicos pueden estimar la cantidad de drogas consumidas en la comunidad midiendo los niveles de drogas ilegales y sus metabolitos excretados en la orina. En Galicia, la ciudad elegida para la toma de muestras es Santiago de Compostela.

Los precios de la cocaína, que no alcanzan en O Salnés los 25.000 euros, y los testimonios de los narcos colombianos, que explican que no han dejado de enviar alijo tras alijo pese a la pandemia, son elementos que confirman la presencia de la droga en el territorio, pero es el análisis de las aguas residuales el que acredita que mucha de esa droga se queda en el territorio gallego, donde se consume.

El muestreo anual de aguas residuales tomó referencias en 75 ciudades y mostró que, en general, las concentraciones de las diferentes drogas estimulantes detectadas variaron considerablemente entre las distintas ubicaciones del estudio, aunque todas las drogas ilegales investigadas se encontraron en casi todas las ciudades participantes.

El consumo de cocaína sigue siendo más elevado en las ciudades de Europa occidental y meridional, en particular en las ciudades de Bélgica, Países Bajos y España. Sigue siendo una droga asociada al ocio nocturno, y son los países más ricos (Reino Unido, Francia o Italia) los que muestran niveles más altos, junto a los tres citados.

Los casos de Bélgica y Holanda se corresponden con Amberes y Róterdam, los dos puertos más grandes de Europa que, entre ambos, mueven cerca de 30 millones de contenedores al año. Entre ese inmenso comercio lícito, las mafias de la cocaína se infiltran con facilidad. Las autoridades incautaron casi 200 toneladas de droga en 2021 entre ambos enclaves.

En cuanto a España, existen tres puntos especialmente importantes: Valencia y Barcelona, por sus terminales marítimas (ocurre lo mismo que en los puertos del Norte) y Galicia, que sigue siendo puerta de entrada preferente por la vía tradicional de barcos y planeadoras, pese a los constantes esfuerzos policiales por ponerle freno.

En el presente estudio, la medición toma como referencia la presencia en las aguas residuales de benzoilecgonina, sustancia que solo se presenta en la orina tras el consumo de cocaína. La medida que se emplea son miligramos por cada 1.000 habitantes.

Por resumir, en el estudio presentado este mismo mes por la agencia de la Unión Europea se realizó una media a partir de los datos registrados en Amberes Zuid (Bélgica), Zagreb (Croacia), París Sena Centre (Francia), Milán (Italia), Eindhoven y Utrecht (Países Bajos), Castellón y Santiago de Compostela (España).

Estas ocho ciudades fueron seleccionadas debido a la disponibilidad de datos anuales entre 2011 y 2021. El resultado es que si en 2015 se detectaron 227 miligramos por cada 1.000 habitantes como media, en 2021 aparecieron 646. El registro alcista no deja lugar a dudas.

Ocio y balanización. El consumo de cocaína está vinculado, ya no solo en Galicia y España, sino en todo el mundo, al ocio, la diversión y los bares de copas. Ello hace que este aumento sea especialmente preocupante, pues en los últimos meses y por mor de la pandemia, los espacios de interacción social en horario nocturno se redujeron en todos los países.

Así, se sospecha que muchos drogodependientes han trasladado su consumo al ámbito privado, lo que lo convierte en más peligroso. "Un consumidor de cocaína puede meterse cinco o seis gramos, y no tener fin", explica Santos Bernal, jefe de la Udyco Central.

El segundo problema es la sensación, cada vez más presente entre la juventud, de que las drogas no tienen efectos tan dañinos para el organismo. "Estamos viendo que muchos de nuestros jóvenes dicen ese 'yo controlo', piensan que son inmortales, y eso les lleva a consumos abusivos que acaban, más pronto que tarde, con ellos en los centros de desintoxicación".

Jesús Cartelle, jefe de la Unidad de Drogodepencia de Ribeira, explica que solo a través de un esquema transversal se puede frenar esta escalada. "Debemos afrontar todo un sistema de educación para que los jóvenes sepan lo que se están jugando ya no como individuos, sino como generación".

Mientras, la agenda política a nivel estatal es un papel en blanco al respecto, más allá de discursos ideológicos sobre regulaciones de algunas de las sustancias.

Cannabis: 22,1 millones de consumidores en Europa en 2021

El cannabis es la droga ilegal más consumida en Europa, con una cifra estimada de 22,1 millones de consumidores el año pasado.

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Cannabis. DP

La encuesta web europea sobre drogas de 2021, realizada en 30 países, reveló que la hierba del cannabis era una de las pocas sustancias que los encuestados consumían con mayor frecuencia en este período cuando se les preguntó sobre el impacto de la pandemia de covid-19 en su consumo de drogas ilegales en los últimos 12 meses.

Las concentraciones de THC observadas en las aguas residuales indican que el consumo de cannabis fue más elevado en las ciudades de Europa occidental y meridional, en particular en las ciudades de Chequia, Croacia, España, los Países Bajos, Portugal y Eslovenia.

En 2021, más de dos quintas partes de las ciudades objeto de análisis notificaron un aumento de la presencia de THCCOOH en muestras de aguas residuales. La cantidad detectada en Galicia es superior a la de Oporto o Castellón, pero muy inferior a la de Barcelona, donde esta droga está muy arraigada.

Metanfetamina: Primeras señales de alerta

En Europa se consumen anfetamina y metanfetamina, dos estimulantes estrechamente relacionados, aunque es mucho mayor el consumo de la primera de ellas.

El consumo de metanfetamina se ha limitado históricamente a Chequia y, más recientemente, a Eslovaquia, aunque en los últimos años se han detectado aumentos del consumo en otros países como Bélgica, Chipre, el este de Alemania, España y Turquía.

Son las primeras señales de alerta, pero en Galicia por el momento su presencia es residual.

MDMA (éxtasis) Galicia supera a Valencia

Las mayores concentraciones de MDMA, droga de diseño también conocida como éxtasis, se detectaron en las aguas residuales de ciudades de Bélgica, Alemania, Países Bajos, Suecia y Noruega.

El alijo del buque Karar, 3,8 toneladas de cocaína dirigidas a Galicia.
Éxtasis. DP

En España no está entre las sustancias más consumidas, menos aún en Galicia, donde la presencia de la cocaína y la facilidad para adquirir derivados de cannabis dominan el mercado ilícito.

Sin embargo, se analizan las tendencias a largo plazo en el análisis de las aguas residuales, en 9 de las 10 ciudades europeas con datos fiables tanto de 2011 como de 2021, las cargas de MDMA fueron mayores en 2021 que en 2011. Se ha observado un aumento brusco en algunas de ellas, tales como Amsterdam, Eindhoven y Amberes.

En el muestreo efectuado en Santiago, esta sustancia de laboratorio mostró una presencia nada desdeñable, superior a la reflejada en Oporto, Valencia o Castellón y solo por debajo de Barcelona en la Península Ibérica. El consumo parece haberse estabilizado tras irrumpir en torno a 2015, dado que antes era anecdótico en Galicia. 

Heroína: sin datos fiables por este sistema

El análisis en las aguas residuales ofrece datos que no son fiables para estudiar el consumo de heroína, según explican fuentes del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction. Por ello, el organismo no se atreve a establecer una comparativa anual.

Puntos de venta

 El área metropolitana de Ferrol y la provincia de Pontevedra siguen siendo puntos de venta de esta droga bien conocidos, lo que implica que el consumo sigue muy presente.

La 'raia' une el ilícito negocio con los traficantes operando a ambos lados

La acción policial es más difícil cuando los narcos saltan a Portugal, una práctica que sigue a la orden del día ▶ Las condenas no ayudan: poco tiempo en prisión y ya vuelven a delinquir

Los tráficos ilícitos entre España y Portugal a través de la ‘raia’ que une al país vecino con Galicia son tan viejos como la propia frontera. Toda clase de mercancías en tiempos de escasez, personas, tabaco y droga.

Alijo de heroína que iba a venderse en Galicia y en Portugal
Alijo de heroína que iba a venderse en Galicia y en Portugal

Las rutas, innumerables, tienen como objetivo principal eludir la vigilancia de las Fuerzas de Seguridad. La coordinación entre cuerpos policiales de los dos países existe, pero no hace más que cosquillas a quienes pretenden hacer negocio a uno y otro lado del Miño.

La vigilancia en la frontera es escasa o nula. Solo hay que compararla con la que establece la Douane francesa en el área de Hendaya y Bayona, al Suroeste del país, donde cada día se realizan cientos de inspecciones a vehículos, con importantes hallazgos de estupefacientes. Entre Pontevedra y Portugal, la fluidez prima sobre la seguridad. Y eso es bien conocido por los grupos criminales.

Sin embargo, en ocasiones, y merced a la extraordinaria labor de las autoridades, Portugal y España realizan trabajos conjuntos relevantes. Sin ir más lejos, el velero con más de 5 toneladas de cocaína incautado hace escasos meses partió de la Inteligencia de la Brigada Central de Estupefacientes y contó con el apoyo de la Polícia Judicária lusa.

A día de hoy, es el récord mundial a través de ese medio de transporte que, además, incluyó la detención del vilagarciano Carlos Silla, que estaba siendo buscado por una operación anterior.La Guardia Civil, por su parte, también ha desarrollado exitosos operativos transfronterizos.

La fase judicial de uno de ellos acaba de concluir con la sentencia, que condena a una organización criminal dedicada al tráfico de toda clase de sustancias entre el Sur de Pontevedra y el Norte de Portugal.

Fue un operativo liderado por el Equipo Contra el Crimen Organizado de Galicia (ECO Galicia) de la Unidad Central Operativa, que, entre 2017 y 2018, persiguió a una red criminal que había establecido sus bases en Redondela, O Porriño, Vigo, Baiona o Tomiño, todas ellas a tiro de piedra del país vecino. Sus responsables han sido condenados, pero las penas para nada son ejemplarizantes.

"Uno de los motivos que lleva a las mafias internacionales a afincarse en España son las bajas penas. No les importa pasarse unos pocos años en la cárcel, es más, les compensa". Esta frase es de un alto mando de las fuerzas de seguridad, aplicable a todos los que combaten el tráfico de drogas en la Península.

La citada investigación que ahora tiene sentencia con el aval del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) se inició con las vigilancias sobre un individuo que "se estaría encargando de la recepción de sustancias introducidas por medios marítimos, así como de su custodia, para su posterior transmisión a otro escalón de personas, encargadas de su comercialización", revela el dictamen.

En esta investigación se hacía referencia a que este grupo de personas, encargadas del transporte de tales sustancias, se servían de varios vehículos, en los que existirían compartimentos secretos (caletas) para la ocultación de las drogas.

Realizaban transportes a uno y otro lado de la frontera. Así, y tras meses de seguimientos, los agentes del ECO Galicia realizaron varias incautaciones de partidas de cocaína en los citados automóviles, registrando inmuebles en el Sur de la provincia para acreditar lo sucedido.

En paralelo, los mismos miembros de la Unidad Central Operativa, con gran experiencia en la lucha contra el narcotráfico transfronterizo, interceptaron las comunicaciones de otra rama de la organización para confirmar que también se dedicaban al acopio de hachís en Marruecos para su posterior distribución en Pontevedra y Portugal. Así, tras un intenso trabajo, los guardias civiles registraron los domicilios de los investigados en Redondela, y en Vigo con incautaciones relevantes.

Por los hechos, una persona resultó absuelta por falta de pruebas concluyentes. Los ocho restantes recibieron condenas de entre dos años y siete años y medio de prisión, según los casos, lo que se traduce en que algunos de ellos ya no volverán a pisar la cárcel y el resto, si media la buena conducta, saldrán en breve plazo.

El TSXG, que analizó punto por punto la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, dictaminó que debe ser confirmada en su integridad. A pesar de ello, los investigados recurrirán al Tribunal Supremo en busca de amparo y, a la vez, de ganar tiempo. Para muchos, la delincuencia a través del narcotráfico es ya una forma de vida.

Las narcolanchas gallegas se fabrican en el país vecino para eludir el marco legal español

Hace 15 años, la Agencia Tributaria y la Policía Nacional descubrían que una organización criminal que trabajaba bajo la coordinación del cambadés Ramiro Vázquez Roma contaba con un astillero en Viana do Castelo, en el Norte de Portugal, donde se construían embarcaciones que solo se podían utilizar para el narcotráfico. Entonces no estaban prohibidas en España, pero resultaba más sencillo pertrecharlas en el país vecino.

En 2022, con la nueva legislación que en España considera un delito de contrabando la mera tenencia de embarcaciones del tipo de las narcolanchas, los gallegos se han lanzado de nuevo a un lugar que nunca habían perdido de vista.

Así, los astilleros de las Rías Baixas y de puntos cercanos a la frontera han dado paso a loa fábricas del Norte portugués, donde ya se han detectado embarcaciones idénticas a las que operan en el Estrecho. Ingeniería gallega y mano de obra e infraestructura lusa al servicio del narco.

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