Covid-19, cómo va y qué esperamos

El jefe de Medicina Interna del Chup, Juan Carlos Rodríguez, analiza el punto en el que nos encontramos en esta pandemia. Aconseja analizar si las clases en los colegios deben ser presenciales y señala que la infección por ómicron imnmuniza contra los peores efectos de la variante delta, cosa que no sucede al contrario
Imagen del colapso en urgencias este fin de semana, con multitud de positivos asintomáticos. DP
photo_camera Imagen del colapso en urgencias este fin de semana, con multitud de positivos asintomáticos. DP
Como ya se ha comentado en varias publicaciones recientes, lo esperable se ha cumplido y la variante ómicron se ha vuelto altamente prevalente por su elevada transmisibilidad (infecciosidad) y por la poca protección frente a ella de haber padecido previamente la variante delta u otras. Sin embargo, su patogenicidad (capacidad de enfermarnos), es menor que la variante inicial Wuhan y, desde luego, también más que la variante delta. Estos son algunos aspectos que merecen consideración ante la situación actual.

1. ¿Cómo evoluciona la situación con la nueva variante ómicron y la pandemia en general?

En ausencia de una nueva variante hiper-mutada, lo cual es muy poco probable, lo presumible es que la población, ya inmunizada de forma importante, se inmunice mucho más en estos dos próximos meses con la aparición de ómicron. Lo normal es que la infección pase a ser una viriasis respiratoria endémica y que esto ocurra en los pacientes más susceptibles: personas en general menores de 40 años, no vacunados o aún insuficientemente vacunados.

Hay que tener en cuenta en ómicron que, además de su contagiosidad muy alta, otro parámetro crítico es su tiempo de generación (días que transcurren desde la primera persona que es infectiva hasta que los contactos de ella también lo son. Con sarampión este tiempo es de 12 días y con ómicron, de 4 días). Este factor haría que en una población no inmunizada (por infección previa o vacunas) causara 14 millones de personas infectadas en 2 meses, frente a 760.000 en caso del sarampión, según publicaciones recientes de expertos en este campo.

Pero, en el mundo real, por ejemplo en España, con muchas personas ya vacunadas o que han pasado la infección, la situación es muy diferente y la cifra original de infecciosidad será considerablemente inferior. Además, afectará fundamentalmente a la población susceptible, donde se manifiesta con patologías leves o de forma asintomática. De ahí, una vez más, lo importante de destacar la enorme importancia de la vacunación, con todos los refuerzos indicados por los expertos, su ajuste a los grupos de riesgo y la adherencia a la prevención del contagio.


2. ¿Que esperamos para estos dos próximos meses de invierno?

Aunque ómicron es poco patogénico (capacidad de enfermarnos), su altísima transmisibilidad está haciendo que el número de casos se multiplique por diez y así continuará en las próximas semanas para luego ir decreciendo y, en dos-tres meses, entrar en valores basales y dirigirse a una situación de endemia.

Al haber tantos casos seguirá habiendo muchas infecciones, la mayoría asintomáticas o leves. Debemos estar atentos al número de infecciones más graves que precisen ingreso, incluso en la Uci, para ir emprendiendo medidas de control. Estas infecciones afectarán sobre todo a la poblaciones concretas más predispuestas. Entre ellas destacan los no vacunados e inmunodeprimidos graves. Ambos son grupos de alto riesgo que podrán ser subsidiarios de ingreso en la Uci. A los primeros les pido que se vacunen y a los segundos, que extremen las precauciones con vacunaciones múltiples, incluso una cuarta dosis, y que mantengan gran adherencia a las medidas de prevención del contagio: mascarillas, evitar agrupamientos y distancia de seguridad de más de 1,5 metros).

También son grupos de alto riesgo los mayores de 60 años (cuanto más edad más riesgo por debilitación del sistema inmunológico de defensa: inmunosenescencia) y cuanto más comorbilidad (enfermedades crónicas asociadas), también más riesgo. Si bien con las tres vacunaciones el riesgo de enfermedad grave ha disminuido mucho, es bien sabido que esta población tan frágil puede complicarse de forma grave e incluso fallecer con infecciones leves que descompensan sus comorbilidades, por lo cual les pido la mismas medidas que a los dos grupos anteriores.

Otra característica importante y de gran beneficio es que adquirir la infección por la variante ómicron produce inmunidad frente a la delta más grave, por anticuerpos neutralizantes (cosa que no se produce al revés). Como también se indicó en estos días pasados, no deberíamos asustar a la población con cifras diarias astronómicas de casos positivos, la gran mayoría asintomáticos o leves, y limitar más los resultados de estas pruebas a expertos en epidemiología y que sean estos quienes trasmitan sus conclusiones.

La población debe saber cómo están los hospitales y concienciarse del problema real. También, y dado que las próximas 2-4 semanas serán de riesgo potencial alto, sugiero que se debería estudiar y considerar, según la evolución de los casos hospitalarios, la interrupción estas semanas de las clases escolares presenciales.


3. Aspectos a no olvidar y a tener en cuenta

Saber que existe el síndrome de postcovid (persistencia de síntomas más de tres meses después de la infección covid), un cuadro no del todo definido pero aceptado y bien reconocido con posible base inmunológica/infamatoria que está haciendo que un 2%-3% de la población que han sufrido covid y en menor medida de los que se han vacunado, presenten de forma prolongada clínica muscular a múltiples niveles, del sistema nervioso periférico y en menor medida neuropsiquiátrica, aunque con potencial afectación de cualquier órgano, y por lo tanto potenciar la investigación del mismo y la creación de unidades específicas.

La importancia de vacunar a la población de los países en vías de desarrollo, dada la capacidad de propagación tan alta, donde el virus inicial o cepas variantes iníciales podrían emerger con unas mutaciones mucho más graves, fácilmente dispersables dada la globalización.

Que no somos conscientes de la gravedad potencial de las pandemias y que aunque los avances científicos de los últimos 20 años han sido impresionantes, no son suficientes y si apareciera una pandemia de más gravedad, lo cual tendría consecuencias devastadoras, no estaríamos preparados. Se deberán por lo tanto preparar más a profesionales y a la población en general para esta potencial situación.

Juan Carlos Rodríguez es jefe de Medicina Interna del Chup

Comentarios