"Se está culpando y centrando el foco de atención en los jóvenes de manera injusta"

Ante el incremento de contagios de covid-19 entre jóvenes y adolescentes en esta segunda ola de la pandemia, todas las miradas están puestas en la población de menor edad. El psicólogo pontevedrés Roberto Antón lo tiene claro: a la hora de incumplir las normas, la edad es lo de menos.

¿Cree que la mayoría de jóvenes y adolescentes no conoce la magnitud y gravedad de la pandemia?

Al contrario, creo que la mayoría de los jóvenes y adolescentes son muy conscientes de la gravedad y de las consecuencias de la pandemia, otra cosa es que algunos estén manteniendo actitudes irresponsables. No obstante, creo que estas actitudes son independientes de la edad, y hay algunas personas mayores que también presentan conductas y actitudes incompatibles con las necesarias medidas de protección que debemos tomar para tratar de frenar esta pandemia.

¿Son conscientes del riesgo que supone no cumplir las normas para frenar la expansión?

Desde mi punto de vista, la gran mayoría de los jóvenes son conscientes del riesgo, y son capaces de identificarlo claramente cuando hablamos de sus familiares más próximos. Otra cuestión es si pueden llegar a valorar cuestiones generales como el posible colapso del sistema sanitario, las consecuencias económicas, o las discrepancias políticas. Por eso considero que es fundamental situar esta problemática en su contexto de relación más próximo. Si logran ponerse en la piel de algún familiar que pueda ser persona de riesgo, o en su abuela de 75 años que puede ser vulnerable si se produce un contagio, es más probable que puedan cambiar ciertas conductas de riesgo.

¿Cómo valora las campañas como la que puso en marcha el Ministerio de Sanidad con el lema ‘Esto no es un juego’?

Personalmente, considero que este tipo de campañas preventivas son muy creativas y tienen un componente audiovisual muy potente, pero su impacto a la hora de cambiar actitudes o conductas es muy limitado porque no pueden llegar a las peculiaridades e idiosincrasia de cada familia y de cada joven.

¿Se está criminalizando a los jóvenes en esta segunda ola al poner el foco en ellos?

Como en otros muchos temas, desde mi punto de vista, sí se está culpando y centrando el foco de atención en los jóvenes de manera injusta. Cualquiera que salga a pasear por nuestras plazas puede ver como las terrazas están repletas de gente y no siempre se cumplen las medidas de seguridad. Seguramente la edad media de estas personas se asemeja más a aquel que les escribe (44 años) que a un adolescente. Si se les ocurre acercarse por un centro comercial un sábado de lluvia comprobarán que está repleto de personas mayores compartiendo espacios cerrados a pesar de no ser nada recomendable en estos tiempos. Por otra parte, la inmensa mayoría de los jóvenes son cautelosos y tratan de cumplir las medidas, sin embargo, da la sensación de que esta inmensa mayoría es invisible. Conozco a muchos jóvenes que solamente se reúnen con un grupo reducido de amigos, que recuerdan a sus padres que deben ponerse la mascarilla o que evitan salir a la calle cuando no es estrictamente necesario. ¿Por qué ellos no son noticia?

¿Cuál es la mejor forma de que les llegue el mensaje? ¿Las multas y prohibiciones funcionan?

Creo que la mejor forma de que llegue el mensaje es a través de las personas concretas que tenemos a nuestro alrededor. Cuando sabemos que un vecino, que un amigo o que un familiar tiene la enfermedad o ha estado en contacto, ellos (y nosotros) son realmente conscientes de que es un problema real, que somos vulnerables, y que además con nuestros actos podemos poner en riesgo a las personas que nos rodean y que son importantes para nosotros.

¿Los jóvenes y adolescentes se dejan arrastrar fácilmente por lo que dice el grupo?

Sí, de un modo similar al que se dejan arrastrar aquellas personas que no son adolescentes o que no son tan jóvenes.

¿Cómo les influyen los mensajes de los negacionistas en las redes?

Creo que le influyen de un modo similar al resto de la población. Hay gente en los que está calando ese mensaje negacionista, pero no creo que sea más frecuente en adolescentes y jóvenes.

¿Qué consecuencias han tenido en los jóvenes y adolescentes los meses de confinamiento?

Las consecuencias son muy dispares. Al inicio observamos como la mayoría de los jóvenes habían sobrellevado bien la situación y habían demostrado, en general, una importante capacidad de adaptación y cambio. Con el paso del tiempo estamos observando que, efectivamente, para algunos jóvenes incluso fue positivo este tiempo, pero para otros tuvo consecuencias negativas el confinamiento y la denominada «nueva normalidad». Entre las consecuencias más comunes se observa que muchos jóvenes han perdido ciertas rutinas positivas para su correcto desarrollo (horarias, de trabajo, de estudio, de organización de tiempo de ocio) y eso provoca ciertos desajustes. Con la reactivación del sistema educativo, muchas de estas rutinas se están empezando a retomar y eso será positivo para la inmensa mayoría. Ahora bien, en cuanto al tiempo de ocio, las actividades deportivas, musicales, culturales … están todavía en el aire, y son contextos de relación y de crecimiento fundamentales en este momento evolutivo. Las consecuencias de su ausencia están todavía por valorar, pero se antoja que serán negativas para muchos jóvenes y adolescentes.