Juan José García Escribano: "No se está sabiendo dar un discurso sindical alternativo a una sociedad que lo demanda"

El descrédito de partidos y sindicatos moviliza a la gente hacia las ONG

Los datos muestran un claro descenso en la afiliación a agrupaciones políticas y sindicales en los últimos años ► Las cifras también reflejan un incremento en el voluntariado de organizaciones de ayuda humanitaria
Voluntarios del Banco de Alimentos durante una campaña solidaria celebrada en el hipermercado Carrefour de Pontevedra.
photo_camera Voluntarios del Banco de Alimentos durante una campaña solidaria celebrada en el hipermercado Carrefour de Pontevedra.

"La población percibe las ONG como una forma más efectiva de transformación social que los partidos y sindicatos". La cita la firma el sociólogo José Manuel Ruano de la Fuente, doctor en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. 

La hace a tenor de las cifras de afiliación (en los últimos años) a partidos políticos y sindicatos, que hacen patente el desencanto generalizado con la participación política tradicional y la preferencia por la movilización en organizaciones y asociaciones menos vinculadas con lo político y más con la ayuda social y humanitaria. 

Los datos de la última recogida de alimentos y poductos sanitarios para los refugiados de Lesbos en la ciudad de Pontevedra son una buena prueba de ello. En la campaña se consiguieron reunir más de 1.500 cajas en una semana. Tan solo un ejemplo de los muchos que ha vivido la ciudad, como en el caso del Banco de Alimentos, que también ha visto cómo crecía la colaboración de la gente durante este año, aumentando en un 15,3% las toneladas almacenadas con respecto a 2015. O en el caso de Asdegal (Acción Solidaria de Galicia), cuyo número de voluntarios se ha ampliado en un 20,2% con respecto a 2014. 

Pero mientras las muestras de solidaridad alcanzan cotas sobresalientes, la implicación directa con partidos políticos y sindicatos sufre una significativa merma.

"El desencanto con los partidos tradicionales no es un problema español, es crónico de las democracias occidentales"

Interrogados sobre esta situación tanto agrupaciones políticas como sindicatos se escudan en ofrecer versiones de carácter instucional. Son opacos, solo el PSOE y UGT reconocen el descenso en la comarca, de un 10,1% en el caso de los socialistas y un 6% en el sindicato. 

Son pocos los que se atreven a aportar cifras negativas de su organización, y los que lo hacen reconocen una bajada muy alejada de los datos nacionales que maneja el periodista económico José María Triper, que asegura que, "en los últimos años CC OO y UGT han perdido en conjunto 1,4 millones de afiliados, un 43,7%, pasando de los 3,2 millones de asociados que declaraban en el año 2008 a solo 1,8 millones a finales del ejercicio de 2015". 

Los partidos y sindicatos que reconocen el descenso lo achacan a la crisis económica y a la caída de la población activa, lo que según ellos impide que un gran número de miembros pueda pagar la cuota. 

Esta explicación no da una respuesta completa al fenómeno, porque no es exclusivo de la provincia de Pontevedra, ni de Galicia, ni incluso de España, como afirma Ruano de la Fuente, "el desencanto con los partidos tradicionales es un problema crónico en las democracias occidentales".No lo atribuye, por tanto, a factores esporádicos, tampoco recientes, sino a una dificultad de base para saber dar respuesta al interés de la población a nivel global. 

En el caso español asegura que lo que hay es "una percepción negativa de la acción política. No de la política en sí, sino en la forma de ejercer la política por parte de los responsables políticos. La política sigue despertando enorme interés (altas tasas de audiencia de programas de debate político). Sin embargo, hay un hastío claro hacia la forma de hacer política por parte de los partidos tradicionales". 

En cuanto a los sindicatos, el sociólogo Ruano de la Fuente también incide en que se trata de un problema general, su déficit es que "son percibidos como grupos de presión u organizaciones para la defensa de intereses particulares y no del conjunto de los trabajadores o desempleados". 

De los propios partidos y sindicatos depende recuperar la confianza de una población que da señales de haber renunciado a ellos y optado por influir en la sociedad por medio de las ONG.

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