España es uno de los países de la UE con la luz más cara por costes ajenos al suministro

España es uno de los países europeos donde la tarifa eléctrica resulta más cara por costes ajenos al propio suministro como los impuestos y el apoyo a las renovables, informó hoy la plataforma de eléctricas europeas, Eurelectric.

"La factura eléctrica que paga el consumidor español es alta, porque es uno de los países con mayor proporción de costes ajenos a los propios del suministro en la factura de electricidad", aseguró en un comunicado la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa) en referencia al informe de Eurelectric.

Estos costes ajenos al suministro incluyen impuestos y otras cargas relacionadas con el llamado "coste de apoyo político", como son los subsidios a las renovables, entre otros elementos.

España es el país donde ese coste político tiene un mayor impacto en la factura que pagan los consumidores, en concreto, 65 euros por megavatio hora (MWh), muy por encima de la media europea, de 25 euros por MWh.

En materia de impuestos, España figura en sexta posición con casi 50 euros por MWh, frente a los 39 euros de media europea, sólo superada por Dinamarca (90 euros por MWh), Suecia (73 euros), Alemania (63 euros), Holanda (52 euros) y Noruega (59 euros).

"Los impuestos y cargos -que incluyen el coste de las políticas de la Administración- representaban en el segundo semestre de 2012 el 50 % del precio final del recibo eléctrico español en el hogar, situando los precios por encima de la media europea", añade el estudio, que analiza la situación en 27 países europeos.

En términos generales, comunes a todos estos países, Eurelectric afirma que las facturas eléctricas son "artificialmente elevadas como consecuencia de los costes, impuestos y cargas con que se ven lastradas".

Según los datos de esta organización, los costes ajenos al suministro eléctrico se duplicaron entre 2008 y 2012 en los recibos eléctricos europeos, y los impuestos crecieron un 60 %.

Eurelectric denuncia la falta de transparencia en el mercado eléctrico europeo, en el que los consumidores desconocen lo que realmente pagan a través de su factura, y reclama que el recibo deje de ser un cajón de sastre en el que se incluyen los costes de distintas medidas políticas.

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