El actor madrileño Paco Algora, intérprete de películas como 'Barrio', 'El abuelo' o 'Un hombre llamado Flor de Otoño' falleció en la madrugada de este miércoles en Cádiz a los 67 años, según informa la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión) en una nota.
Según estas fuentes, Algora, que se había afincado en Vejer (Cádiz) hacía 25 años, murió en el hospital de Puerto Real a consecuencia de un cáncer de pulmón contra el que llevaba más de un año luchando.
Francisco Javier Jiménez Algora comenzó en el mundo de la interpretación en el teatro para luego debutar también en televisión y en el cine, donde hizo más de 60 películas entre ellas 'Habla mudita' y muchos de los títulos de José Luis Garci.
El actor presumía de que había nacido el 7 de diciembre de 1948, "en un lugar reservado solo para las estrellas", el Observatorio Astronómico madrileño, donde su padre trabajaba como portero.
Juan Antonio Bardem despertó su pasión por el celuloide con 'Cómicos' (1954) cuando era un niño, aunque su debut interpretativo le llegó a mediados de los sesenta sobre los escenarios.
Como miembro del Teatro Estudio de Madrid, Los Goliardos y el Teatro Experimental Independiente, se puso a las órdenes de Miguel Narros, William Layton o Ángel Facio.
Paco Algora (Madrid, 1948) participó en alrededor de 60 largometrajes a las órdenes de directores como Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Garci, Juan Antonio Bardem o Pedro Olea. Entre sus actuaciones destacan su papel secundario en 'Barrio', de Fernando León de Aranoa, con el que aspiró a un premio Goya, así como 'El abuelo', 'You're the one', 'Historia de un beso', 'Tiovivo C. 1950', 'Luz de domingo' y 'Sangre de mayo', de Garci.
Asimismo, en su filmografía se encuentran títulos como 'Habla, mudita', de Gutiérrez Aragón; 'Bruja, más que bruja', de Fernando Fernán Gómez; o 'Tiempo de silencio', de Vicente Aranda.
El intérprete llevaba más de 25 años residiendo en el municipio gaditano de Vejer de la Frontera, donde había sido designado recientemente Vejeriego de Adopción. No tenía hijos y le sobreviven su madre, de 95 años, y su única hermana, ambas domiciliadas en Madrid capital.
Gracias a la televisión encarnó personajes como el fraile convertido en bandolero de 'Curro Jiménez' o el cura de 'Fortunata y Jacinta', conoció la dantesca España decimonónica que retrataba 'El mayorazgo' de Labraz y retrocedió hasta la posguerra con 'Amar en tiempos revueltos'. Llevaba, sin embargo, cerca de ocho años sin trabajar.
Algora fue condecorado en 2013 con el Premio Actúa, la máxima distinción honorífica de Aisge, un trofeo que, en sus palabras, supuso un "estímulo para no tirar la toalla". "Echo de menos la interpretación como sinónimo de desnudar el alma, aunque primero hay que tenerla, y eso resulta difícil en un mundo envilecido por el dinero. Ya se le ha negado todo respeto a esta hermosa forma de ganarse la vida", señaló quien sus amigos definían como "muy humano, muy religioso y muy de izquierdas".