La gestión del agua ante el cambio climático, un camino aún por recorrer

Un joven se lanza al agua ante la mirada de uno de los socorristas de la temporada pasada, al fondo. J. CERVERA

La depuración de los líquidos residuales es otra de las asignaturas pendientes de los municipios

Sequías prolongadas, inundaciones y peor calidad de las aguas son algunos de los peligros más acuciantes que las ciudades deben afrontar ante el cambio climático, por lo que los expertos urgen a seguir avanzando en la adaptación de sus sistemas de gestión del agua a estos fenómenos.

Aunque en las últimas décadas se han dado pasos importantes en mejorar la gestión urbana del agua, el cambio climático, que ya ha empezado a reducir los recursos hídricos y a empeorar su calidad, se ha convertido en una de las principales amenazas para las ciudades y su abastecimiento de agua.

Por ello es uno de los temas centrales del X Congreso Ibérico de Gestión y Planificación del Agua que se celebra hasta este sábado en la ciudad lusa de Coimbra, donde expertos de España y Portugal esperan profundizar la coordinación y colaboración de estos dos países en materia hídrica.

Hacer frente a problemas como el cambio climático es precisamente una de las "debilidades" que la comunidad científica identifica en los acuerdos y convenios firmados entre los dos países, como explicó a EFE el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla Leandro del Moral.

La cara preocupante de esta reducción es cómo afecta a las empresas que abastecen las ciudades, que han visto reducida su facturación

"Es necesario avanzar en la materialización de cosas que ya están claras a nivel técnico", defendió el sevillano, encargado de la conferencia inaugural del congreso.

Los peligros también están claros: el cambio climático va a reducir la cantidad de recursos disponibles; la subida de las temperaturas y el empeoramiento de la polución va a dañar la calidad del agua, y los fenómenos meteorológicos extremos van a afectar cada vez más al espacio urbano.

Para hacerles frente, Del Moral considera "clave" la incorporación de las aguas fluviales a la gestión urbana y la adaptación de la ciudad a esos fenómenos extremos cada vez más frecuentes por medio de sistemas urbanos de drenaje sostenible.

"Hasta el momento no pensábamos más que en cómo sacar el agua fluvial lo más rápido posible y hoy nos hemos dado cuenta de que hay que integrarla en el conjunto de la gestión del ciclo urbano", señaló el catedrático, que instó a aprovechar la lluvia como un recurso hídrico más.

La depuración de las aguas residuales es otra de las asignaturas pendientes de los municipios, que deben aprender a reutilizarlas y potenciar así la economía circular, uno de los "principios mágicos" para afrontar el cambio climático, según Del Moral.

En ese sentido, Madrid lleva ventaja a otras ciudades ibéricas, puesto que la capital española se ha convertido en un ejemplo de cómo reutilizar las aguas residuales para usos como la limpieza urbana o el riego.

Un punto en el que sí se ha avanzado notablemente es en la reducción de los consumos, con casos llamativos como el de Sevilla, donde en los últimos 25 años el consumo per cápita ha disminuido en un 40 %.

La mejora de la eficiencia de las redes, la modernización de la fontanería y los electrodomésticos, el aumento de la progresividad en las facturas del agua -cuanto más consumes, más pagas-, los contadores individuales y una fuerte campaña de educación ciudadana han permitido esta reducción de los consumos.

Pero a pesar de que "se están haciendo las cosas bien", existen "recursos y margen tecnológico, organizativo y educativo" para seguir mejorando la eficiencia y reducir los litros de agua que consume cada ciudadano, defendió Del Moral.

La cara preocupante de esta reducción es cómo afecta a las empresas que abastecen las ciudades, que han visto reducida su facturación, y en ese sentido desde el congreso, organizado por la Fundación Nueva Cultura del Agua, defienden la titularidad pública de estas compañías.