Cuenta Beatriz Cortázar en ABC que Isabel Preysler no ha podido evitar salir al paso de una serie de informaciones publicadas sobre la herencia de Miguel Boyer y lo sucedido en el nucleo familiar tras su fallecimiento. De este modo, según la periodista, el patrimonio del exministro era bastante limitado y vivía al día, de modo que lo que han recibido sus hijos son recuerdos de no demasiado valor económico y una magnífica biblioteca. Preysler ha negado que se hayan repartido un Dalí, una colección de relojes o coches de alta gama.
Algo que la ha molestado especialmente es la información que apunta a que ella no dejó entrar en la casa de Puerta de Hierro a los hijos mayores de Boyer, fruto de su matrimonio con Elena Arnedo. Preysler sostiene que visitaron a su padre antes y después de su muerte. El único incidente que reconoce es haberle prohibido a Laura que se llevara una escultura de Benlliure y un cuadro porque entendía que ese reparto tenía que hacerlo el albacea.
Finalmente, Preysler insiste en que no ha pedido ayuda económica a los hijos del socialista en ningún momento, y ello a pesar de que, según dice, ella corrió con los gastos de los cuidados de Boyer desde que padeció un ictus en 2012.