Joaquín Reyes: "Que la gente me preste atención me da subidón"

El monólogo fue el arranque de Joaquín Reyes en el humor y eso celebra en Festejen la broma. Está este viernes en Santiago, el sábado en Vigo y el domingo en A Coruña
Joaquín Reyes. AEP
photo_camera Joaquín Reyes. AEP

LO SUYO es dibujar, pero lo de hacer reír va en su nataruleza. Joaquín Reyes era el graciosete del grupo y pronto se convirtió en el que arrancaba las risas de medio país. Sus raíces pueden tener algo que ver.

¿Qué pasa en Albacete? Están usted, Pablo Chiapella, Raúl Cimas, Ernesto Sevilla… 

Buena pregunta. Yo creo que es porque existe un humor socarrón, muy manchego. Y luego hay algo de pura casualidad: de repente salen Chiapella, Cimas, Goyo Jiménez, de la misma generación más o menos.

¿A los de Albacete les pasa como a los de Lugo, que hacen grupito cuando salen de su tierra?

Hacemos lobby. Si incluso hubo el trío de Albacete: Raúl, Ernesto y yo. Todos somos amigos.

También tienen a Pedro Piqueras, a Constantino Romero, a Iniesta…

¡Hombre! Yo estoy muy orgulloso de mis paisanos y de mis amigos porque todos hemos tenido una carrera más o menos exitosa. Ninguno se ha quedado atrás. Hay pocos casos como este.

Su humor es muy manchego. ¿Se adapta cuando viene a Galicia?

No hago ese esfuerzo porque mi propuesta es bien recibida allá donde voy.

Se va a marcar una gira gallega con Festejen la broma. ¿De qué va?

Es la vuelta al monólogo, con el que empecé, y es un espectáculo en el que el material es nuevo. Luego hay una sorpresita: saco un muñequete, Braulio, y hago un pequeño número de ventrílocuo. Es un amigo de la familia que ha venido a verme.

Es la primera vez que lo saca.

Sí, y la primera vez la gente se quedó ojiplática. Ahí ya dije: "Madre mía, no sé si habrá sido buena idea". Pero al final le gustó mucho al público y ahora se eterniza en el escenario el tío, me eclipsa.

Para muchos sigue siendo el Joaquín Reyes de La hora chanante, ‘Muchachada Nui’... ¿Hay algo de ellos en esta pieza?

Siempre está presente porque tiene mucho que ver conmigo y con el humor que hacemos. Nosotros también compaginamos los sketches con los monólogos, así que a la gente no le resulta raro verme haciendo un monólogo. Es muy reconocible lo que yo hago y la esencia no lo ha hecho.

¿Y la forma de hacer humor, desde que comenzó, sí ha cambiado?

Claro, pero no siento que eso sea un cortapisas ni que haya una situación que no te permita trabajar con libertad. Yo me siento igual de libre que antes haciendo humor.

¿Cuándo se dio cuenta de que era gracioso?

Mi vocación era dibujar, pero siempre he sido el graciosete del grupo y en mi familia había mucho humor.

¿Qué dibuja?

He hecho mucha ilustración, todo Enjuto Mojamuto, muchas de las ilustraciones que salían en ‘Muchachada Nui’, hago portadas de discos... Ahora estamos con una serie de animación para HBO y los dibujos son míos. Es una cosa que nunca dejo porque, como dije, dibujar es mi vocación primera.

Eso es lo profesional, pero por ocio también dibuja.

Sí sí, claro. Ahora, mientras hablo, estoy dibujando.

¿El qué?

Una escritora, Anna Akhmatova. Luego me los cuelgo en mi pared.

Era rusa y usted es un fan de las novelas rusas.

Cuando pensamos en la novela rusa solemos pensar en Guerra y paz, novelas de largo aliento, pero hay mucho en la literatura rusa y desde que entras, es fascinante.

¿Y qué tiempo tiene para leerlas?

Me acuesto muy pronto. A las nueve y cuarto estoy en el catre. Para ser un artista es temprano. Exactamente. Ahí leo, luego cuando cojo el metro… Para lo que quieres sacas siempre algo de tiempo.

Hace poco que hizo su debut literario con Subidón. ¿Hay algo de las novelas que lee en el libro?El personaje de esta novela tiene algo que ver con esos personajes antihéroes, mediocres, con ínfulas, torpes, de algunas novelas de Gogol o Dostoievsky. Obviamente, nadie va a vincular mi novela con Almas muertas. (Risas).

Al protagonista le afecta mucho la fama. ¿A usted también le pasó?

Claro que me ha pasado y llega un momento en el que estás vigilante o te saltan algunas alarmas porque empiezas a cometer algunas tonterías. Pero la fama que yo he tenido ha sido muy llevadera.

¿Cuál ha sido su último subidón?

A mí lo de la entrevista me provoca mucho subidón, o que la gente me preste atención, como tú ahora mismo, que a la gente le interese lo que yo pueda contar. Nosotros estamos expuestos al refuerzo positivo, a que la gente diga "me encanta lo que haces" y eso, a veces, hace que pierdas la perspectiva.

Por el medio también caen críticas. Sánchez Dragó dijo que su parodia era lo peor que había visto.

Me hace gracia que alguien defina algo como lo peor que ha visto, ahí hay algo de halago. Es como cuando nos dijeron que nuestra gala de los Goya era lo peor. Que hubiera debate sobre cuál es la mejor, pero no sobre cuál es la peor me parece muy divertido.

¿Qué tiene que tener un personaje para que se fije en él y parodiarle?

En La hora chanante hacíamos muchos personajes de la cultura popular más desconocidos, o con otro perfil. Y como todos los hago igual, podía hacer cualquier cosa. Pero en esta nueva etapa son personajes que están más pegados a la actualidad política.

Tendrá alguno que le guste más.

Los raros. Björk me encantó.

¿Alguna vez se le pasó por la cabeza dejar el humor y entregarse a la novela y a los lápices?

En algún momento perderé la gracia, tendré que dejarlo y no pasará nada. Los cómicos no envejecemos bien. Pero yo con dibujar y escribir podré soportar perfectamente no volver a salir en la televisión.

¿Ya hay en mente algún tema para el próximo libro?

Quiero que esté relacionado con el mundo del arte, el protagonista es un artista conceptual, un estudiante de Bellas Artes.

Como usted, que también estudió Bellas Artes.

Claro.

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