Javier Krahe viaja desde un taller de Cuntis hasta Boiro

Una firma de A Ran elaboró la escultura del cantautor que está instalada en Boiro
Un trabajador de la empresa de fundición da los últimos retoques a la escultura
photo_camera Un trabajador de la empresa de fundición da los últimos retoques a la escultura

Sentado ante una mesa y un taburete vacío, con la pierna derecha cruzada sobre la izquierda, elegante como en él era costumbre y con su eterno cigarillo entre los dedos, la escultura de Javier Krahe parece contemplar a los viandantes que caminan por la calle Pablo Iglesias de Boiro.

Ocupa un lugar al lado de la entrada a la Taberna das Ánimas, un local en el que actuó todos los años durante las dos últimas décadas y en el que protagonizó un concierto poco antes de fallecer, el día 15 de junio de 2015, con 77 años.

La estatua fue inaugurada el 18 de febrero, antes de que una veintena de grupos y artistas protagonizasen un concierto de homenaje al satírico cantautor madrileño, entre los que figuraban el Gran Wyoming, Julián Hernández, Albert Pla o Quico Cadaval.

Tres semanas antes de este acto, cinco operarios de la empresa Rey Bronce Casting (RBC), situada en el polígono industrial de A Ran (Cuntis), trabajaron contrarreloj para entregar el trabajo en la fecha convenida.

Ellos fueron los encargados de eternizar a Javier Krahe, convirtiéndolo en una figura de bronce. La carga emocional y anecdótica que se deriva de haber realizado la escultura estriba en que es la primera que sale de la planta cuntiense, donde comenzó la actividad laboral a finales de 2015.

RBC pertenece a la empresa Fundiciones Rey, situada en Rubiáns (Vilagarcía), cuya dirección apostó por diversificar el negocio, sacando de sus talleres la sección de no férricos, apartado en el que figuran los trabajos elaborados en bronce y acero. La razón por la que adoptaron esta medida es la falta de espacio de las instalaciones de Vilagarcía.

El proceso que siguieron para realizar la escultura de Javier Krahe fue el mismo que realizan habitualmente. Después de recibir el original del escultor que hizo el diseño realizan el molde en arena de la figura, dividida en varias partes, y de las otras piezas que componen el conjunto, por medio de un método químico en el que utilizan resina.

Una vez realizada la fundición, sueldan las piezas, a continuación llega el proceso de ajuste y rebarbe y, tras un chorreado, hacen el patinado, para darle el aspecto exterior, que es de un color que recuerda al cuero viejo.

La escultura está hecha a escala natural y pesa 325 kilos. Para realizarla necesitaron 20 días y, desde que fue instalada, para los boirenses que acudían a la Pousada das Ánimas a escucharlo, Javier Krahe es un vecino más.

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