¿Acaba la crisis con el amor?

¿Acaba la crisis con el amor o es que el amor es algo más que un regalo en San Valentín? La pregunta subyace tras una encuesta de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (Fuci) en la que se revela que el 48% de los españoles no va a comprarle nada a su pareja por el Día de los Enamorados.

El dato cobra especial trascendencia si se analiza la secuencia experimentada desde 2008, cuando la burbuja inmobiliaria estalló en Estados Unidos desencadenando la recesión. Ese año, tan solo un 5% de los españoles afirmaba que no compraría nada. Al siguente, con la crisis ya en pleno auge, el porcentaje de descreídos de San Valentín subía hasta el 24%, para proseguir su escalada hasta el 40% de 2010 y el 48% de 2011.

Él compra flores; ella ropa
La encuesta ha tomado una muestra de 1.000 personas, mayores de edad y de todo el territorio estatal, a los que también se les ha preguntado por hábitos de consumo para esta fecha. Dentro de la mitad que sí va a hacer un regalo a su pareja, el 51 por ciento regalará flores, el 33 por ciento bombones, un 2 por ciento joyas, un 9 por ciento ropa y/o complementos y un 5 por ciento otro tipo de obsequios.

Por sexos, los hombres se decantan mayoritariamente por dar flores y/o bombones, mientras que las mujeres optan más por regalar ropa y/o complementos. Respecto al gasto que tienen previsto realizar, la mayoría de los encuestados (75 por ciento) piensa gastar menos de 30 euros, un 16 por ciento entre 30 y 60 euros y el resto (9 pro ciento) destinará más de 50 euros.

San Valentín, ¿patrón del consumismo?
Estos datos son malas noticias para los adalides del consumismo, quien ya llevan semanas anunciando sus productos para esta efeméride de procedencia incierta. En rigor, solo se sabe que San Valentín fue un sacerdote allá por el siglo III. Una de las hipótesis que explica su asimilación con el Día de los Enamorados es que, en unos tiempos en los que los cristianos estaban perseguidos, él se dedicaba a casar parejas a escondidas bajo el ritual de la Iglesia.

También hay quien cree que se trata de una celebración pagana cristianizada, pues por esta época se rendía culto al dios del amor, Eros en Grecia y Cupido en Roma, o quien atribuye la efeméride a algo mucho más biológico: el apareamiento de los pájaros en los países nórdicos, también en febrero.

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