¿La obesidad es de ricos?

Aunque mucha gente cree que esta enfermedad va unida a la opulencia, esto no es así

Una hamburguesa. EP
photo_camera La hamburguesa, barata y calórica. DP

Son muchas las personas que creen que la obesidad es más frecuente entre las clases sociales altas, e incluso hay algunos que piensan que es una enfermedad que va unida a la opulencia y a los países desarrollados, y que la solución es tan simple como "comer menos y moverse más"…

Pero lo único cierto de todo lo anterior es que sí deberíamos movernos más y no pasar tanto tiempo sentados, lo demás es una leyenda urbana. Sí que es verdad que en los siglos XVII y XVIII, la obesidad era cosa de los más ricos, y hasta estaba bien vista, pero ya en el siglo XX –y mucho más en el siglo XXI– la obesidad es mucho más frecuente en los pobres y entre la clase media baja. Las razones las vamos a explicar ahora.

VIGILA LO QUE COMES. La clave no está en comer menos, sino en comer mejor. Sí es cierto que hay que comer menos azúcar, grasas trans, grasas hidrogenadas, aceites de semillas poliinsaturados, productos ultraprocesados, etc., pero si tomamos alimentos de calidad, naturales, saciantes y poco procesados, normalmente podemos confiar en que el apetito ya nos va a decir cuando tenemos que parar de comer… que al fin y al cabo esa es la misión del apetito.

Cada vez más la obesidad y el sobrepeso se ceban con las clases más humildes y desfavorecidas

En Grecia y en Roma no tenían básculas digitales para pesar los gramos de grasa, ni una tabla de la máxima ingesta de colesterol al día, y muchos tenían unos cuerpos fibrosos y sanos, no hay más que ver el testimonio que nos dejaron con sus estatuas, de cuerpos atléticos y musculados, fuera de toda duda…

INFÓRMATE. Como decía, y contrariamente a lo que piensa mucha gente, las personas con alto poder adquisitivo normalmente se cuidan más, tienen menos estrés y preocupaciones –y por lo tanto duermen más y mejor–, tienen acceso a la cultura, saben lo importante que es comer sano, pueden pagarse un nutricionista y un entrenador personal, tienen tiempo para hacer deporte y pueden comprar sin problema comida sana y saludable.

De hecho, cada vez más la obesidad y el sobrepeso se ceban con las clases más humildes y desfavorecidas y, a día de hoy, México tiene el dudoso privilegio de ser el país con el mayor índice de obesidad del planeta.

La pregunta que surge inmediatamente es, pero… entonces la comida sana, ¿es muy cara? No es que la comida sana sea muy cara… es que la comida insana es muy barata, ahí es donde radica el problema. La comida chatarra, antes llamada comida basura o fast food no solo es muy barata, sino que además es muy palatable, es decir, tiene muy buen sabor, y hackea el centro del control del apetito del cuerpo humano, de forma que deja de funcionar, ya que aumenta la sensación de recompensa y hace que cada vez quieras comer más.

Una comparativa poniendo los euros sobre la mesa

¿Resulta más cara o más barata?

▶ Si comparamos el precio de una ensalada de salmón salvaje a la plancha con un poco de aguacate, lechuga, tomate ecológico y espárragos blancos de Navarra con el precio de un paquete de Donuts o con el de un paquete de minicroisants de chocolate, el plato saludable tendrá un precio hasta nueve veces superior.

▶ ¿Es esta la prueba de que comer sano es muy caro? No, solo de que comer mal es muy barato, porque los ingredientes de la comida insana son súper baratos. Los ingredientes de la comida basura.

▶ Estos suelen ser azúcar blanco refinado en grandes cantidades (así de un tiro matan dos pájaros, por una parte el azúcar blanco refinado da un buen sabor a la comida, la hace más gustosa y aumenta la palatabilidad, y por otra parte el azúcar blanco refinado es un gran conservante, por eso antes se utilizaba un kilo de azúcar por cada kilo de fruta dulce para hacer la mermelada, ¡así no hacían falta más conservantes!).

▶ Otro ingrediente súper barato es la harina blanca refinada (la llevan la pasta, el pan blanco, la pizza, todos los pasteles, etc), que si además la juntamos con azúcar, conserva muy bien.

▶ Otro ingrediente muy barato es la sal, que añade palatabilidad a alimentos como los doritos o los nachos y también es un excelente conservante.

▶ Si a todo esto le añadimos la presencia de una grasa trans (una grasa hidrogenada o parcialmente hidrogenada, como puede ser el aceite de palma o los aceites de soja y girasol refinados) ya tenemos un arma perfecta de destrucción masiva del sistema cardiovascular y de la salud en general.

▶ Ya solo falta añadirle a este auténtico coctél molotov un elenco de saborizantes, conservantes, estabilizantes y potenciadores del sabor para crear un delicioso bollo industrial con gran sabor y muy barato de producir, pero con consecuencias nefastas para la salud.

Comentarios