La lactancia materna favorece y regula el sueño de los niños

Así lo asegura la enfermera y consultora internacional certificada de esta materia, Yadily Magdelana
Una mujer da de mamar a su bebé. EP
photo_camera Una mujer da de mamar a su bebé. EP

La lactancia materna favorece y regula el sueño de los niños gracias a una sustancia biológica que contiene, llamada cronobióticos, que se comporta como un reloj e induce al sueño por la noche.

La enfermera y consultora internacional certificada de lactancia materna (IBCLC), Yadily Magdelana, explica en una entrevista a Efe con motivo de la semana mundial de la lactancia materna, que aunque ya se sabe mucho "de los componentes increíbles" que tiene la leche, de forma general, se desconoce que tiene la capacidad de regular el sueño de los niños.

Destaca que algunos de los componentes de la leche materna, que varía a lo largo del día, se comportan como cronobióticos, lo que permite al bebé irse adaptando al ritmo del día y la noche durante los primeros meses de vida.

Según Magdelena, que es fundadora del Proyecto Albura, una iniciativa que pretende ofrecer cuidados y apoyo profesional en el ámbito familiar, la leche materna tiene, entre otros componentes, triptófano y melatonina que favorecen el descanso durante todo el tiempo que se mantenga el amamantamiento, sobre todo los primeros años cuando el sueño aún es inmaduro.

El despertar de la mujer que da lactancia materna frente a la que da biberón es más corto

De esta forma, la leche se adapta a las necesidades y al desarrollo del bebé, también a la hora de dormir, señala la enfermera, quien sostiene que la lactancia no es solo beneficiosa para el sueño del niño, también para el de su madre.

El despertar de la mujer que da lactancia materna frente a la que da biberón es más corto, pues no es lo mismo que levantarse a preparar un biberón que rápidamente acercarse al bebé y ofrecerle el pecho.

Además, la oxitocina, la hormona que segregan las mujeres durante la lactancia para que se produzca el reflejo de eyección, es decir la salida de la leche, junto a la prolactina tienen un efecto relajante que favorecen un sueño "más reparador" aunque los despertares sean frecuentes, señala la especialista en lactancia materna, quien a través de su cuenta de Instagram @proyectoalbura ofrece consejos sobre lactancia.

Todas estas características "menos conocidas" de la lactancia materna desmienten, basándose en la evidencia científica, que los niños que reciben lactancia materna duerman peor que los que toman biberón.

Resalta que durante los primeros seis meses la leche es el único alimento que se le debe dar al niño y en el primer año de vida es el principal

"El sueño no está ligado al sistema de alimentación", afirma la sanitaria, quien sostiene que los despertares tienen que ver con la maduración y el desarrollo evolutivo del bebé, que nace con dos ciclos de sueño y hacia los cuatro meses de vida pasa a tener cuatro.

Por ello, opina que es un error abandonar la lactancia materna pensando que así el niño no se despertará por la noche, pues en la mayoría de los casos no interfiere en su forma de dormir.

La misma creencia se tiene con la alimentación y "no por dejar la lactancia el niño comerá más cantidad de otros alimentos", advierte la enfermera, quien insiste en que esto corrobora que el sueño del bebé "no depende del tipo de alimentación o del tipo de lactancia" sino de su maduración neurológica y de los hitos que vaya superando en sus primeros años.

Resalta que durante los primeros seis meses la leche es el único alimento que se le debe dar al niño y en el primer año de vida es el principal, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna durante al menos los dos primeros años de vida.

"Seguimos pensando que el problema del sueño es la lactancia y no sabemos cuáles son las distintas etapas madurativas por las que pasan los niños"

A partir del primer año se inicia el proceso en el que otros alimentos, además de la leche, toman el protagonismo, lo que no implica que muchos niños sigan despertándose para comer, con o sin lactancia materna, añade.

Contraria a los planes de sueño generalizados que no tienen en cuenta las fases de crecimiento de los bebés, la especialista en lactancia y sueño afirma que no hace falta que los padres hagan nada para que sus hijos finalmente maduren y adquieran un sueño amoldado a la cultura occidental.

Aunque cada vez más las familias se preparan "mucho" para el parto, "más o menos" para la lactancia, "un poquito" para el postparto, la enfermera lamenta que todavía es "muy poca" la formación que se ofrece sobre sueño infantil, que, debido al desconocimiento y a malos consejos por parte de amigos y familiares y desactualizados por parte de algunos profesionales, acaba convirtiéndose en un problema y en una amenaza para la lactancia materna.

"Seguimos pensando que el problema del sueño es la lactancia y no sabemos cuáles son las distintas etapas madurativas por las que pasan los niños", sostiene Magdalena, convencida de que disponer de información hace que las madres no abandonen la lactancia por problemas de sueño. 

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