Los niños también son víctimas de la desigualdad de género

Los niños también son víctimas de la desigualdad de género y de los patrones culturales machistas que reciben, o que los está llevando, sobre todo en América Latina, al absentismo y al abandono escolar, y con ello a un aumento de los niveles de violencia, criminalidad y desempleo.

Esas son algunas de las conclusiones del informe internacional Por ser Niñas, elaborado por la ONG Plan, que en esta edición lleva el título ¿Y qué pasa con los chicos?. En él que se analiza la participación de los hombres en favor de la igualdad de género.

La directora general de esta organización internacional para la defensa de los derechos de la infancia, Concha López, ha presentado este informe junto a Héctor Hurtado, experto de género de esta ONG en Ecuador. De este país son también Jessenia, una niña de 11 años, e Italo, de 15, quienes forman parte de los talleres de Plan en defensa de la igualdad de género.

"En América latina se está produciendo una feminización de los estudios y se piensa que los mejores son las niñas y hay mayor absentismo y abandono escolar, mientras que en los países en desarrollo hay mayor absentismo todavía por parte de las niñas", ha comentado a Efe Concha López.

EL ROL MASCULINO
Los índices de escolarización de las niñas, habitualmente detrás de los niños, están aumentando y los chicos, "víctimas de patrones negativos de masculinidad como ser violento, duro o indolente", según López, están sufriendo una "brecha educacional": presentan mayores índices de fracaso y abandono escolar.

Las tasas de asistencia escolar en primaria en América Latina y el Caribe son del 92% para los varones y el 94% de las niñas. Las cifras se reducen en secundaria: el 67% para los varones y el 73% de las niñas.

Otro dato apunta a que los chicos en las calles de estos países tienen más riesgo de morir por homicidio; en concreto en el continente americano un hombre entre los 15 y los 29 años tiene 28 veces mayor riesgo que en el resto del mundo. En este sentido, el trabajo de Plan con niños y jóvenes en doce países de América Latina revela que la violencia es una preocupación de todos los encuestados.

Pero, según recalca Plan, las niñas son las "pobres entre las pobres" ya que siguen creciendo en hogares de países de África y Asia, donde se relega su formación a un segundo plano y siguen siendo víctimas de prácticas que vulneran sus derechos fundamentales, como el matrimonio temprano y la mutilación genital femenina.

CUESTIÓN DE CIFRAS
Para muestra, los siguientes datos: en el mundo, 900 millones de niñas y mujeres viven con menos de un dólar al día, lo que supone un 70% de todos los pobres del planeta; cerca de 140 millones sufren de por vida las consecuencias de la mutilación sexual, 62 millones crecen sin poder ir a la escuela y 10 millones son obligadas cada año a casarse antes de cumplir los 12 años.

A estas situaciones se ha referido Jessenia, quien con lágrimas en los ojos, emocionaba a los asistentes al acto con esta petición: "jamás maltraten a una niña, porque yo como niña, como indígena y como pobre, tengo que sufrir la triple discriminación todos los días, y eso no se lo deseo a nadie". La pequeña reside en un pueblo indígena en el centro de la cordillera de los Andes, el segundo más pobre del país. Vive con sus padres y su hermana en una modesta casa rodeada de animales que sirven de sustento familiar y su día a día comienza a las cinco de la mañana para ayudar en las tareas domésticas y cuidar el huerto para luego irse al colegio.

A esa hora también se despierta Italo en Bajos de Afuera, una pequeña población de 2.800 habitantes y con un índice de pobreza del 70%, un porcentaje menor que donde vive Jessenia, que es del 94%. Su casa tiene 20 metros cuadrados, vive con ocho familiares y se levanta muy temprano para ayudar en la agricultura a su padre, después irse al colegio y más tarde ayudar en el pequeño negocio, un precario cíber que tienen en la vivienda.

En la India y en Ruanda, el 65% de los niñas y niños encuestados por la ONG aceptan la premisa de que "una mujer debe tolerar la violencia para mantener unida a la familia" y el 43% de los menores cree que "hay veces que una mujer se merece ser golpeada".

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