Macky Chuca: "Escribir es desenterrar"

De Argentina a España. De Mallorca a Vila Nova de Cerveira. El tránsito ha inspirado a la escritora y cantante los versos de su primer poemario, 'Saliva'. Este sábado lo presenta en la sede de la Fundación Cuña-Casasbellas de Pontevedra. Recitará seguro. "Cuando empiezo a leer me traslado a otro lugar, un lugar en el que me gusta estar"
La autora argentina Macky Chuca
photo_camera La autora argentina Macky Chuca

Poesía en voz alta es la de Macky Chuca (Buenos Aires, 1973). "La vivo en mi cabeza. Hay algo en ella que tiene que ver con el ritmo, con el aliento". La escritora, autora del libro de relatos ‘La reina del burdel’ (Sloper, 2011), con la que ganó el VIII Premio Cafè Món, publicó en 2015 su primer poemario, ‘Saliva’ (ContraEscritura). Afincada en Vila Nova de Cerveira (Portugal), esta semana está en Galicia presentando su obra. Ayer lo hizo en Vigo. Este viernes está en Santiago (Librería Cronopios, 19.30 horas) y el sábado en A Coruña (Librería Berbiriana, 16.30 horas) y Pontevedra (Sala Versus, 20.00 horas).

‘Saliva’, su primer poemario, recoge "poemas como insectos mutantes". Explíqueme qué es esto.
Siempre cuesta mucho hablar de las propias metáforas porque uno escribe precisamente para intentar saber qué quiere decir y cómo hacerlo. Escribir, en cualquier género, pero sobre todo en poesía, es desenterrar, saber si puedes sacar algo de debajo de la superficie. Este libro, ‘Saliva’, está dividido en dos partes. La primera es ‘Huesos floridos y otras mutaciones’ y la segunda, ‘Tránsito’. Basicamente de lo que hablo es de los cambios que una mujer va atravesando en su cuerpo, en su manera de percibirse... El insecto es una metáfora como cualquier otra. Uno de los poemas más fuertes en este sentido, que quizás sirva para entenderlo, es ‘Abejas’. Yo intento componer siempre a través de la palabra hablada. Cuando hago poesía la vivo en mi cabeza, la digo en voz alta. Hay algo que tiene que ver con el ritmo, con el aliento. De todo eso salieron los bichos mutantes, los insectos trabajando a tu favor o en tu contra, según como les encuentre el día.

¿El libro reúne poemas recientes?
Son poemas de un periodo muy concreto, casi una hoja de ruta desde que dejé mi casa en Mallorca, una isla en el que viví muchos años, hasta acabar encontrando donde se alojan los bichos mutantes. Es la crónica de una búsqueda, de una ‘impermanencia’, de cosas que iban cambiando a mi alrededor y yo con ellas.

Da la impresión de que es una autora que se vacía en sus versos.
Tenía un amigo que solía decirme: "No puedes desnudarte tanto al escribir". Pero, en realidad, esa es la percepción del lector, que, por supuesto, es válida, porque una vez que uno suelta su obra, un poema, una canción, lo que sea, deja de ser lo que era en tu cabeza. El lector le añade lo que le parece. En este sentido, hay una tendencia a pensar que todo en la poesía es verdad. Todo es autobiográfico. Algo de eso es cierto: a mí el tránsito me empujó a hablar sobre el tránsito. Pero nunca es literal.

Es decir, la ficción tiene cabida en sus poemas.
Absolutamente.

En todo caso, sus versos reclaman oralidad y usted invita "a los lectores a salivar leyéndolos en voz alta desde el balcón, entre las sábanas...".
Es curioso eso. Siempre te hace una ilusión tremenda que te publiquen un libro. Es casi como un milagro. En mi caso, una editorial pequeña de Barcelona, ContraEscritura, que apuesta por cosas muy potentes, muy chulas, de repente, me escribe un mail en el que dicen que han dado con un zine de poesía, ‘Síntoma’, que yo había autoeditado hace unos años, que les encanta y que quieren publicarme un libro. Estas cosas no pasan. En mi universo, al menos, no ocurrían. Fue un regalo. Me produjo una grandísima ilusión. Ahora, los poemas funcionan en lo oral. Hay un debate ahora mismo muy interesante sobre esto: ¿Merece la pena leer los poemas? ¿Interpretarlos en voz alta? ¿Hacer recitales? Para mí, el recital sería como la guinda del pastel. Como redondear el proyecto. Porque los poemas nacieron orales, nacieron para ser dichos, pasan por el papel y a mí personalmente me da mucho placer volver a leerlos. Lo llevo haciendo toda la vida. Pese a la reticencia que me produce hablar en público, en el momento en el que empiezo a leerlos, me traslado a otro lugar, un lugar en el que me gusta estar.

Tiene un canal en Vimeo y es autora de un blog. ¿Se entiende bien con las nuevas tecnologías?
Yo diría que soy una cuarentona no reticente. La red está siempre ahí para echarte una mano a la hora de darte a conocer. Lo de Vimeo no es un canal, son dos vídeos que me hicieron en beringola.tv. Y el blog lo tengo porque mola que alguien que te busca, te encuentre. Es una herramienta más.

"Escritora, poeta, declamadora, punkrocker". En el fondo, distintas facetas de lo mismo. ¿O no?
Puede ser. Lo del punk rock es literal. Estuve en una banda durante trece años en Mallorca. Luego en Vigo, en Weed Bug, y ahora quizás salga adelante un proyecto nuevo en Santiago. La música es lo que me mueve. De hecho, mi próximo libro será algo híbrido entre música y poesía.

¿Qué es la poesía para usted?
No lo sé. Es difícil de decir. Siempre había sido eso inalcanzable y etéreo que nos contaban en el colegio. Durante mucho tiempo me resistí a ser catalogada como poeta. No sabría decirte qué es lo que convierte un texto en poesía. Mi primer libro de relatos, ‘La reina del burdel’, fue calificado por mucha gente como prosa poética o poesía en prosa. No sé quién pone las etiquetas. Yo llevo muchos años intentando sacudírmelas todas.

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