Mariola Esteban: "Si tenía que echar a mi hijo de casa, lo hacía"

Su vida aparentemente perfecta saltó por los aires al descubrir las adicciones y trastornos de sus hijos adolescentes. Ahí comenzó una lucha que relata con detalle en el libro 'No te rindas, mamá'
Mariola Esteban. EP
photo_camera Mariola Esteban. EP

Mariola Esteban encajaba a la perfección en el prototipo de mujer de éxito: diplomada en Turismo, divorciada, madre de dos hijos adolescentes, moderna, segura de sí misma y con un trabajo de ejecutiva de ventas en el sector de la tecnología. El perfil de una mujer feliz. Pero todo saltó por los aires la mañana en la que los servicios sociales llamaron a la puerta de su casa. Su hija Candela, de 15 años, se había escapado por tercera vez del instituto. Cuando bajaba del coche de su madre ante la puerta de entrada, la joven daba media vuelta y se iba a un parque a fumar porros con otros chicos. Mariola ni siquiera lo había imaginado.

Cuando los trabajadores sociales le explicaron lo que estaba pasando, dice que fue consciente de que "se me había ido de las manos la adolescencia de mis hijos".
Sí, ahí es cuando descubro lo que está pasando y que tengo que pedir ayuda de la buena. Los niños ya estaban viendo a un psicólogo desde mi separación, sobre todo Gonzalo, al que después diagnosticaron un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) importante, pero ahí pienso "¿qué está pasando aquí? Esto no es solo por la adolescencia, por cosas del cole o porque nos hayamos separado". Ahí saltaron todas mis alarmas. 

¿Dónde pide ayuda?
Primero probé, a la desesperada, a llevar a Candela a un internado a Guadalajara. Ya lo había hecho con Gonzalo –a él, o lo controlaban o no sacaba ni la Eso y además en casa también estaba agresivo– y le había funcionado de lujo. Fue muy doloroso, pero sacó la Eso y allí se sintió comprendido. Pero con la niña la bola ya se había hecho demasiado grande y Candela no duró ni 24 horas en el internado. Lo único bueno es que cuando la fui a recoger me dijo: "Necesito ayuda, mamá, llévame a la psicóloga". Después de su entrevista, la psicóloga me dijo "yo llego hasta aquí, porque no estoy especializada en esto. Ahora tiene que empezar un protocolo de tóxicos y recibir otro tipo de asistencia".

Di muchos palos de ciego hasta encontrar nuestro camino

Y tuvo que empezar otra nueva búsqueda de ayuda.
La vida te va dando de todo, cosas malas y buenas, y en este caso una persona con la que yo trabajaba tanto en México como en España colaboraba con una asociación, el Centro Orientak, y me lo recomendó. Además de darles a los chicos el apoyo terapéutico que precisan –en el caso de mi hija, estuvieron viviendo en casa con nosotros, en un acompañamiento de desintoxicación–, trabajan con ellos sin desescolarizarlos, ya que o siguen con sus estudios o escogen una formación ocupacional que les interese. Di muchos palos de ciego hasta encontrar nuestro camino.

En poco tiempo pasó de ver en la tele Hermano mayor junto a sus hijos, y de comentar con ellos los casos límite que aparecían, a ser usted la que convivía con un extraño para ayudar a su hija a desintoxicarse.
Sí, es muy fuerte, pero yo es que además hice pleno, porque me pasó con mis dos hijos a la vez. La decisión de que Raúl –uno de los coachs de Orientak– viniese a vivir a casa fue algo consensuado, pero obviamente no es plato de buen gusto para nadie. Pero finalmente resultó positivo para todos, porque me ayudó a cambiar muchas cosas de mi forma de ser y de vivir y fue así como descubrimos que también Gonzalo tenía un problema gordo.

Yo hice pleno: mis dos hijos tuvieron a la vez problemas de adicciones

Encontró el centro adecuado, que resultó ser privado, para ayudar a sus hijos, ¿pero qué pasa cuando solo se puede acceder a los recursos públicos?
Yo me encontré poca ayuda y mucho desconocimiento, sobre todo de cara a los trastornos de comportamiento y de personalidad de los niños. Mis dos hijos están diagnoticados con trastornos de conducta (TC) genéticos, Candela con trastorno límite de personalidad y Gonzalo con TDAH con un pelín de autismo. A mí, en los juzgados de Primera Instancia del Menor me pasaban a los despachos para que les explicase qué estaba haciendo, porque ellos no contaban con herramientas ni información, pero tenían las salas de espera llenas de personas devastadas. Yo llegaba rodeada de psicólogo, terapeuta, coach... y me decían "estos niños no pueden estar más blindados". Si nosotros estábamos en la situación que estábamos, imagínate los que no están blindados.

Me encontré poco apoyo y mucho desconocimiento por parte de quien se supone que tenía que ayudarnos

¿Cómo afrontó, emocional y económicamente, ese largo proceso de rehabilitación?
Lo primero fue reconocer el problema en toda su magnitud y cuando lo hago ya me dedico única y exclusivamente a recuperar a mis hijos. Trabajo para ingresar para pagar, y además hago todo lo que me dicen: tengo que echar a mi hijo de casa, lo echo; tengo que llamar a un cerrajero y cambiar todas las cerraduras, lo hago; me tengo que levantar por la noche cada dos horas para comprobar que no se han escapado, pongo el despertador y me levanto... Y no hay otra. Sí, hay que pagar todo lo que necesiten, pero el cordón umbilical lo tienen con nosotras y hay que estar dispuestas a muchos sacrificios. Y a cambiarlo todo, empezando por ti misma. 

Ahora que sus hijos están mejor, ¿le han explicado cómo empezaron sus problemas?
Ellos no lo saben. Simplemente, son cosas que van sucediendo, pero estos últimos años han sido una verdadera catarsis, que al final nos ha reconstituido como familia. Nos hemos reinventado los tres juntos, somos mucho más fuertes y finalmente todo ha sido para bien. La pandemia nos permitió pasar mucho tiempo juntos y a mí, personalmente, me sirvió para tomar la decisión de empezar de cero. Dejé la empresa, terminé con los viajes a México, me formé y empecé con mi propio negocio, que me permite trabajar muchas veces desde casa y tener un hogar. Candela se ha matriculado en Nutrición y Dietética para trabajar conmigo y Gonzalo también me ayuda.

El proceso de rehabilitación
► En el libro No te rindas, mamá (Plataforma Editorial) los expertos del Centro Orientak explican cómo se desarrolla un proceso de desintoxicación .
► "Los procesos terapéuticos no son lineales, en contra de lo que la mayoría de las personas creen y asumen".
► "En casi todos los pacientes, en especial en aquellos que se están recuperando de una adicción, la evolución es lenta y hay mejoras y recaídas".
► "En el caso de los adolescentes, los procesos suelen ser aún más complicados".
► "Con la terapia conseguimos mantener el cerebro limpio por más tiempo. Cuando los adolescentes comienzan a consumir drogas, estas entorpecen su maduración cerebral".

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