En pareja, ¿mejor hablar o callar?

Aprende a resolver el conflicto interno que sientes cuando no sabes si contarle a tu pareja algo que sucede

SEGURAMENTE, alguna vez te hayas arrepentido de haber hablado de más y de meter la pata hasta lo más profundo. Y todo porque se apoderó de ti el ‘espíritu de la verdad’ y tuviste que decir todo lo que pensabas, sentías o te había pasado a tu pareja y por ese mismo ‘sincericidio’ se ha liado una bien gorda.

La mujer peca más de querer hablar de casi todo con su pareja, y es que seguimos creyendo que nos va a entender lo mismo que nuestra mejor amiga, ya sea para contarle en qué invertimos una tarde aburrida (si fuimos de compras y dejamos la tarjeta temblando) o si tus ex están detrás de ti pidiéndote una segunda oportunidad. Si hablas según qué cosas con tu pareja, esto puede dar lugar a confrontaciones y a que tengas que justificar ciertos acontecimientos de tu vida sentimental o secretos que se pueden volver en tu contra. Por eso, ¿para qué tocar ahí, si ya todo quedo atrás?

Realmente, se busca quedarse más aliviado, seguro y tranquilo al contar algo. Pero antes de hacerlo debes valorar la información que le vas a contar a tu ‘churri’, y si esta no influye y no tiene nada que ver con la relación, pero puede dar lugar a confusión, ¡ahórratela!

Sinceramente eternos. La sinceridad sirve para tejer una relación sólida, es un modo de expresarse y de comportarse, libre de fingimientos. El problema surge cuando no somos coherentes con nosotros mismos, ya que difícilmente lo seremos con otra persona. Cada persona tiene su propia idea de cómo ha de desarrollarse la relación, por ello deben de ponerse en común las ideas y creencias de ambos y sus deseos más profundos, que no todos son capaces de contar. Solo es posible la sinceridad cuando estas dos cosas confluyen en armonía. Si no puedes ser tú mismo, entonces recurrirás a la mentira. Y, si tienes más que callar que que hablar en una relación, es que vives en un engaño. Lo ideal es ser sinceros y trasparentes en los sentimientos de uno hacia el otro para ser leales.

Silencios necesarios. Dejar un espacio para la privacidad nutre la atracción y la curiosidad. Si quieres ser sexy, no vayas de súper amigo de tu pareja: el misterio tiene su importancia. Claro que ahí no hay cabida para que uno sea controlador o domine a su pareja. El amor necesita aire, algún silencio. La verdadera confianza, simplemente, se siente, y eso ya protege tu libertad personal: si crees en lo que sientes ya confías. Ser completamente honesto requiere coraje y valentía, la valentía de ser auténtico.

Verdades como puños. Estas son algunas:

-Si una pareja se convierte en solo buenos amigos, dejarán de buscarse sexualmente.

-Una buena relación supone que cada uno también tenga sus parcelas y luego se fusionen en cosas en común.

-Generalmente buscamos tener confianza en el otro, pero si lo vemos muy seguro tampoco nos atraerá.

La intimidad es autenticidad y confianza. Ocultar lo que somos señala un problema

-Cuanto más encuentres tu propio equilibrio, más lo podrás compartir con tu pareja para avanzar juntos con respeto y cariño. En el lado contrario estarían los detalles a omitir:

-Amores del pasado. Lo único que tiene que saber tu pareja es que es la mejor de todas las personas que has conocido y así lo debes hacer sentir, alguien especial cada día. No es necesario detallar la lista de tus relaciones o aventuras pasadas, estas son anécdotas de una vida que ya pasó.

-‘Llevar’ a tus ex en la cama. Comparar, relatar escenas o posturas que te hacían o te dejaban de hacer es lo peor y lo menos galante que alguien puede contar, y mucho menos si estás en una situación íntima con el actual.

Si tu pareja es la adecuada y la quieres, habrá poco que ocultar y el vínculo será sano

-Tonteo. Si alguien te entra o te piropea sin que tú fomentes nada, no viene a cuento contarlo, porque pensará que tú buscas eso o lo quieres poner celoso. Si semi-coqueteas buscando elevar tu autoestima al sentirte deseada, quizás debas replantearte si en tu relación falla o falta algo. Atraer la atención del sexo opuesto mola, pero que no sea un juego que te salga caro si deseas una relación monógama y estable.

-Economía. No tienes porqué dar explicaciones de tus gastos, y menos si las cuentas están separadas. Gustos y gastos deben ser personales.

-Familia. Evita comentarios personales sobre las personas que más quiere, resérvate juicios y trata de adaptarte. No hables mal de su familia ni de la tuya.

-Amigos. Si cada uno tiene los suyos, respetad esas parcelas. Si se comparten amigos, que nunca sean prioridad frente a la pareja.

¡Mentir, nunca! La intimidad se basa en la confianza y la autenticidad porque, si no podemos mostrarnos tal y como somos frente a nuestra pareja, ¡tenemos un problema! Una cosa es ocultar ciertas cosas y otra es mentir.

La mentira incluye decir medias verdades, manipular la información mediante exageración y retener información o sentimientos que son importantes para alguien que tiene ‘derecho a saber’ nuestro estado emocional. Las mentiras ‘piadosas’ (del tipo «te queda bien ese vestido») no tienen nada que ver con ocultar una infidelidad o que no lo quieres y sigues con él.

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