Pasear por la montaña, un sueño cumplido

El proyecto 'Arrastrasillas' ofrece sillas adaptadas para rutas a todo aquel que lo necesite para que con la ayuda de otras personas pueda disfrutar de la naturaleza

Arrastrasillas cumpliendo el sueño de un niño. EFE (PROYECTO ARRASTRASILLAS)
photo_camera 'Arrastrasillas' cumpliendo el sueño de un niño. EFE (PROYECTO ARRASTRASILLAS)

Lo que empezó como un intento de que un niño con discapacidad pudiera hacer una pequeña ruta por el monte, se ha convertido en un proyecto que permite a personas con movilidad reducida disfrutar de la montaña sobre una silla de una sola rueda impulsada por un grupo de deportistas solidarios: los Arrastrasillas.

Esta iniciativa busca que los amantes de la naturaleza con discapacidad dispongan de forma gratuita de una silla -valorada en 3.800 euros- y que con la ayuda de dos brazos y las ganas de correr de otra persona, puedan recuperar la sonrisa.

El ultramaratoniano Eduardo Pérez cuenta que esta experiencia es "la mejor terapia" para muchos de los que la prueban y aconseja llevar a mano un pañuelo porque emociona al que la vive. "No es extraño ver a tíos como armarios llorar por el monte cuando nos acompañan", explica.

Completar la ruta del Cares, contemplar la berrea, disfrutar de la nieve o llegar al Refugio Cabaña Verónica, a más de 2.000 metros en el macizo central de los Picos de Europa, son algunos de los logros de los Arrastrasillas, cuyo lema es "que nada te detenga y que lo que yo pueda hacer con mi hijo de diez años, por qué no lo vas a poder hacer tú con el tuyo, aunque tenga una discapacidad".

Eduardo recuerda a Pablo, un joven con una enfermedad degenerativa que le dijo: "Lo que más me jode de mi vida es que me voy a morir sin conocer la ruta del Cares". Y Pablo, gracias a los Arrastrasillas, cumplió su sueño de conocer una de las rutas de montaña más turísticas de España.

Los Arrastrasillas es una "terapia única" que ha hecho llorar a quien menos uno se espera, los propias terapeutas, que pese a estar acostumbrados a compartir momentos con personas con discapacidad también se les caen las lágrimas "al ver la cara de felicidad de personas que normalmente son inexpresivas".

El proyecto comenzó como empiezan estas cosas, con las ganas de ayudar de unos pocos, que se propusieron acompañar a personas con discapacidad a hacer rutas adaptadas.

En su caso, Eduardo y su hermano Luis -guía de montañarecuerdan que fueron a dar una charla a los alumnos de un centro de educación especial sobre una ruta adaptada de la prueba Los 10.000 del Soplao y esos estudiantes se animaron a hacer la ruta y les pidieron que les acompañaran.

"Para mí fue muy chocante pasar de competir al máximo nivel a encontrarme empujando por un camino de grija. Me cambió la visión de la vida", reconoce Eduardo, quien señala que los corredores se comen la cabeza con el peso o la ropa para arañar segundos al cronómetro, mientras que los niños lloraban al entrar en la meta sólo por el hecho de haberlo logrado.

Los deportistas que vivieron esa experiencia decidieron repetir en sucesivas ediciones, hasta que una familia les pidió ayuda para que sus hijos pudieran hacer la Marcha Solidaria del Norte, en la localidad cántabra de Cóbreces.

Los cinco maratonianos que se atrevieron a ponerse un arnés y tirar de cuatro sillas de ruedas tradicionales por el barro lograron acabar la prueba y fue así por lo que se les bautizó como Arrastrasillas.

El perfil del arrastrador es de un atleta preparado que, además de tener experiencia en la montaña, "no le importe gastar un día de su vida en hacer feliz a otra persona".

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